jueves, septiembre 30, 2010
Niebla y silencio. Tiempo y nada.
¿Saben lo que estaba haciendo hasta hace escasos instantes? ¿Durante los casi seis minutos que dura esta canción y alguno que otro más de propina?...
Bueno, tampoco (les) importa...
Miraba una foto.
Sigo mirándola... y esa mirada no se me va a ir hoy, ni mañana, ni durante muchos días, de la cabeza...y ahora sí que la he perdido definitivamente.
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Etiquetas: Persigo un sueño... mañana seguiré
Hay placeres fantasmas
P.D. Nadia Gray
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Etiquetas: Corazón de Frankenstein
(Sin)vergüenza
Adivinen quién tenía las tetas más grandes...
P.D. 1 Para el sector masculino... ¿Es cierto que ustedes lo hacen en los baños de los bares? O en las duchas del gimnasio, los que vayan al gimnasio... que tanto me da.
P.D. 2 Jane Greer
[EDITO: Entiendo que lo de las comparaciones entre hombres en los baños de los bares y en las duchas de los gimnasios son una leyenda urbana. Y concluyo con que el tamaño no importa, ¿no?]
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Etiquetas: Geografía privada
miércoles, septiembre 29, 2010
Envenenándome de azules
Hace escasos minutos bajaba la basura y me cruzaba en el portal con un vecino. Dije, murmuré, buenas noches; mientras le cedía el paso. No contestó ni agradeció el gesto...
Era la primera persona con la que intercambiaba palabras en el día de hoy, aunque no fuera estrictamente un intercambio. La primera e imagino que la última (ni voy a volver a salir a calle, ni nadie va a llamarme ya por teléfono).
P.D. Debra Paget
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Etiquetas: Tiempo de habitaciones separadas
Artículo 28.2
Yo hoy no he ido a trabajar, aunque tampoco hice huelga. Había pedido el día libre por otros asuntos hace mucho tiempo, mi don de la oportunidad no tiene precio, y aunque fuera a desaprovecharlo, decidí no cambiarlo. No sé lo que hubiese hecho de tener que haber elegido entre quedarme en casa sin un día de sueldo o ir a trabajar soportando los insultos de los mal llamados 'piquetes informativos'. Probablemente me hubiese quedado con la primera opción.
Hoy no he leído los periódicos ni he visto las noticias y desconozco a estas horas si se puede calificar la huelga de éxito o de fracaso, o de si el seguimiento ha sido más o menos mayoritario. Supongo que cada una de las partes se considerará con la verdad absoluta. En todo caso sigo pensando que la mejor opción sigue siendo exiliarse de este país, que cada día que pasa está más atrofiado y anestesiado. Se nos llena la boca acusando a los políticos que en realidad todos nosotros elegimos y votamos, a unos sindicatos de los que de alguna manera formamos parte y en todo caso toleramos y a una sociedad acomodada y conformista; olvidándonos que nosotros somos esa sociedad que hasta hace bien poco se enorgullecía considerándose rica por poder pagar a plazos un coche de alta gama, unas vacaciones en Punta Cana o el último modelo de IPhone.
No sé cuántos de los que hace un rato recorrían estas calles con el puño en alto y vanagloriándose de haber ido hoy a la huelga, se han acordado de los que hoy no podían ejercer tan básico derecho por no poseer un puesto de trabajo al que dejar de acudir por un día. Por no mencionar cuántos de los españolitos de a pie se han interesado por conocer en detalle en qué consiste la tan traída y llevada reforma laboral. País... que diría Forges.
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Etiquetas: Geografía privada
Yo me acuso
Mis más sinceras disculpas a todos y todas los que se han sentido terriblemente ofendidos por mi opinión sobre la sin par ELO. A mí sigue provocándome náuseas, pero tras haber recibido unas cuantas quejas, lo cortés no quite a lo valiente. Que digo yo que será una cuestión generacional porque parece ser ha sido la banda sonora de los mejores años de muchos lectores y lectoras de este rincón.
Puede que no les sirva de mucho consuelo, pero de ser ustedes no tendría en cuenta mis opiniones musicales, teniendo en cuenta que yo por ejemplo soy fan absoluta de esta mujer en general y de esta canción en concreto... ¿qué va a esperarse de mí?
P.D. Madge Bellamy
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Etiquetas: Acuse de recibo
Vacío
Sí. No. Huida. Bienvenida. Deserción.
Cinco palabras. Elijo.
y de silencios, digo yo...
y de elección, dice él....
y de cobardes, digo yo....
A solas, obvio.
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Etiquetas: Acuse de recibo
martes, septiembre 28, 2010
Macht die Musik von damals nacht...
A. es mi compañero de fatigas laborales. Lo de fatigas es un decir, pero no crean, que los funcionarios aguantamos lo nuestro. Por ejemplo esta mañana no menos de cinco minutos de improperios de todo tipo y condición, aunque finalmente acompañados de una disculpa: Ya sé que la responsable no eres tú, mocina, pero se me calienta la lengua y... No, el responsable es mi jefe, que para no perder la costumbre me pide que sea yo la que llame al usuario en cuestión y le explique educadamente la situación, que viene a ser que o presenta de una puta vez los papeles (es que he decidido comenzar a decir tacos) o se le da de baja.
A. en realidad no se llama A., aunque eso poco importe, y menos los motivos del apodo. Nuestra relación al principio fue francamente complicada, básicamente porque él se comportó conmigo como un auténtico hijo de puta (ya he advertido que iba a comenzar a decir tacos), al margen de que sufre una desagradable tendencia hacia la misoginia. Pero yo, aunque no siempre lo parezca, tiendo a ser una persona tolerante, paciente y cordial, y si tú me tratas mal, ni modo, no verás en mí más que el espejo en el que se refleja tu propia cobardía. No digo que sea un método infalible, pero a veces funciona. Este fue el caso. Casi dos años después distamos bastante de ser amigos, pero al menos somos capaces de mantener cierto nivel de conversación y hasta nuestras bromas privadas. Nuestra relación no pasa de cordial, pero tampoco traspasa la línea de la falta de respeto y la mala educación sobre la que él bailó durante meses, y creo que como poco he conseguido ganarme su respeto, que me pidiera disculpas y esta mañana me regalara una canción.
Suelo decirle que la música que él escucha me hace vomitar, directamente. Su grupo de referencia es la ELO y se muere por el rock sinfónico, aunque confiesa que en su juventud (es de edad imprecisa, lo mismo tiene 30 que 45), lo suyo era el heavy metal más extremo, pero no, ni por esas despierta mis simpatías (ya confesé en más de una ocasión mi debilidad adolescente por las melenas, los pantalones pitillo y las chupas de cuero).
Así que en esas estábamos, mostrándome su último fondo de escritorio, no sé qué pamplinas de "El mago de Oz", otra de sus incomprendidas fascinaciones, cuando de repente saca su mp4 y me pide que escuche una canción, que seguro me gustará. Que parece ser MClan ha sacado un nuevo disco y yo debo de tener pinta de que me guste MClan. Pero va a ser que no, y es la segunda vez en esta semana que digo lo mismo, que a mí lo único que me gusta (y mucho) de MClan, es Carlos Tarque. Lo más sexy que ha parido el rock español disculpando a Calamaro (que al fin y al cabo es argentino) y a Mike Ríos (juraré no haber dicho esto). Tengo que puntualizar, que parece ser, como ya anticipaba Enrique Urquijo (cómo explicar que me vuelvo vulgar al bajarme de cada escenario), que lo de pose sexy y desmelenada sólo es arriba, encima del escenario; que Nebroa lo confirma, que es un esgarramantas en toda regla (gracias Cactus por la palabra). Y ahora creo recordar que la lió parda hace algunos años en un pueblo con mar después de un concierto, la policía local de Gijón se las vio y se la deseó para reducirlo.
Pero A., no ceja en su empeño, y busca y rebusca entre su lista de canciones hasta dar con la que según su criterio hace juego conmigo, y de pronto dice muy ufano que con lo macarrilla que soy yo, a veces, matiza, y sólo musicalmente hablando, vuelve a matizar, y lo mucho que me gusta Springsteen, ésta no puede fallar. Esto me recuerda que este fin de semana, la parte femenina de los madrileños me dijo a modo de disculpa que ni yo pedí ni necesitaba, que ni se les había ocurrido preguntarme si hubiese o hubiera querido ir a ver a U2... porque como a mí sólo me gusta Bruce Springsteen... en fin... que el pobre alma de cántaro, no dudo que con la mejor de sus intenciones y su sonrisa más ensayada, me pone una canción de Carlos Goñi... a mí, Carlos Goñi, si es que...
Y yo que siempre sospeché que él y mi amiga Sal hubiesen hecho buena pareja, encuentro la señal definitiva.
Sal adoraba a Carlos Goñi, tenía (y supongo que aún conserva) todos sus discos y acudía a todos los conciertos (y a mí arrastrándome con ella). Hasta llegaba a encontrarle atractivo, y por ahí si que no podía pasar yo. Pero como era un quid pro quo, y para la próxima, que por cierto nunca llegaba, te debo una; allí estaba yo sabiéndome de memoria eso de que era tan sólo amor...
Y la ocasión llegó, quién me lo iba a decir, con las fiestas de mi pueblo. Durante una breve legislatura el ayuntamiento decidió tirar la casa por la ventana y situar a esa insignificante y absurda villa en el mapa de las giras de los grupos esos que suenan en los 40. Un año trajeron a Amaral, allá fuimos Sal y yo; otro a Victor Manuel, que tampoco es que tenga mucho mérito, que al fin y al cabo es del pueblo de al lado; otro, cómo no, a Revolver, y de nuevo en primera fila estaba Sal, y yo a su lado. Y por última vez, cuando ya el presupuesto municipal debía flojear y antes de consagrar los escenarios a los grupos locales (algunos incluso hasta dignos, otros no tanto, ejemplo del primer caso "La Col.l.a Propinde"; del segundo, por qué no decirlo, "Mokomitas"); decidieron traer a un tal Elliot Murphy, teloneado por unos tales "Stormy Mondays", y yo, yo vi la luz... y ésta me la debes.
En realidad tampoco tenía mucho mérito. Uno de los chicos de Jorge Otero, entonces, era paisano, el mismo que tuvo sus 15 minutos de fama, al menos aquí, con su "Asturiano en Madrid". Supongo que en tiempos de tanta 'leyenda urbana', la canción tenía su gracia, aunque yo nunca se la encontré. Siempre me gustaron más las "Leyendes urbanes" de Toli Morilla.
Y en una fría noche del mes de octubre, con Sal a mi lado con los morros llegándole al suelo, tuve el honor y el privilegio de ver a Mr. Elliot Murphy encima de un escenario acompañado del guitarrista francés ése tan guapo cuyo nombre no recuerdo nunca.
Obviamente estábamos cuatro gatos mal contados, y dos éramos nosotras, una de las cuales, Sal, no dejaba de preguntar qué coño hacíamos allí y quién eran esos tipos que ni siquiera cantaban en español... Los teloneros, Sal, los teloneros... lo bueno viene luego. Y cuando por fin aparece Elliot Murphy, Sal, cuyos morros seguían arrastrando el suelo, me dice que es imposible, cómo va a estar Tom Petty encima de un escenario en esta mierda de pueblo. Cuando le explico que no, que no es Petty, sino Murphy, Elliot, ella ni me escucha, está demasiado obnubilada por la presencia del guitarrista ése francés tan guapo, cuyo nombre nunca recuerdo, y que ella, creo, aún no ha olvidado.
Así que pese a todo aguantó estoicamente y cumplió con creces su promesa de que la próxima me tocaba a mí. No está mal, un concierto de Elliot Murphy a cambio de cinco de Revolver, uno de Maná, tres de Sabina, dos de Duncan-Dhu...
Aunque la que se fuera acompañada a casa esa noche, fuera ella...
P.D. Elke Sommer y Sharon Tate
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Etiquetas: Anatomía de la señaldá
Quisiera que alguien me esperara en algún lugar
Le robo el título a Anna Gavalda. Le tenía muchas ganas a ese libro, y hoy por fin lo he secuestrado en la biblioteca . He leído no más de cinco páginas de su primer relato (Pequeñas ocupaciones germanopradinas) y ya he caído rendida a sus pies...
"[...]Que os conmuevan con esas veladas prometedoras, esos hombres que os hacen creer que están solteros y un poco tristes.[...]
-[...]Me preguntaba si aceptaría usted cenar conmigo esta noche...
-[...]Pero al verla alejarse, me he dicho: no puede ser, me cruzo con una mujer en la calle, le sonrío, ella me sonríe, nos rozamos y vamos a perdernos... No puede ser, de verdad, es demasiado absurdo."
P.D. Viveca Lindfors
[Alguien me dice que los crisantemos tocan a muerto... pero los crisantemos son otoño, y como todos ustedes bien saben, las cosas buenas, de verdad, de la buena, siempre suceden en otoño]
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Etiquetas: Afinidades electivas
En ocasiones es complicado esconderse detrás de una máscara y llega el momento de cambiarla.
P.D. June Allyson
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Etiquetas: Tiempo de habitaciones separadas
Lo peor no es el miedo, sino el entusiasmo que se esconde tras el miedo
Alguien me preguntaba hace poco dónde se acababa el personaje y dónde empezaba la persona, o al contrario, aunque creo que esto no viene a ser lo mismo. Y otro alguien, aún más recientemente, se escandalizaba por ciertas cosas escritas.
daeddalus@gmail.com
Publicado por Daeddalus 22 perdidos en el laberinto
Etiquetas: Acuse de recibo
A veces, sucede... otras, nos quedamos en el intento (o simplemente con las ganas)
No he pedido empezar mejor la mañana, recibiendo una estupenda noticia laboral. En realidad es más posible que probable, pero menos es nada. Y como mañana no trabajo, aunque no haga huelga, tengo el día libre por otros motivos, no sé, no sé... algo habrá que hacer, que puede que llegado el momento no tenga nada que celebrar.
P.D. Glenda Farrell
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Etiquetas: Geografía privada
lunes, septiembre 27, 2010
¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?
P.D. Mylène Demongeot
Publicado por Daeddalus 20 perdidos en el laberinto
Etiquetas: Corazón de Frankenstein
Como Antonio Gamoneda, pido piedad para mi boca... liba, lame, y no necesariamente las sombras
Es domingo, pasa del mediodía, me siento a ver la tele. Es raro, yo nunca enciendo el televisor, pasa por ser un elemento decorativo más; pero no me gustan los domingos por la tarde, como a tantos, supongo. Sale en la pantalla Timothy Hutton, o alguien que me recuerda a Timothy Hutton. El actor. En realidad no soy capaz de recordar ni una sola película suya. O sí, porque de repente me viene a la memoria "Beautiful girls". Creo que ahí aparecían él y Uma Thurman, pero sólo lo creo, a lo mejor eran otros, no sé, tampoco voy a comprobarlo.
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viernes, septiembre 24, 2010
L'aldaba del tiempu
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Etiquetas: Afinidades electivas
No quiero que sea fin de semana, que mañana sea sábado y un domingo como tantos a la vuelta de la esquina.
No sé por qué me cuesta tanto, aún sabiendo, creérmelo; y obrar en consecuencia, claro.
Sigo esperando que pase algo...
P.D. Kathlyn Williams y Marguerite De La Motte
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Etiquetas: Persigo un sueño... mañana seguiré
Ejercicio de aritmética
Me gusta conducir a solas, con la música a todo volumen... hoy escucharía Darkness on the edge of town (la canción), una y otra vez... sin rumbo, ni lugar donde llegar; sólo por el placer de devorar kilómetros...
Se ha pasado toda la noche lloviendo, me gusta la lluvia en la oscuridad... un cocktail de desperfectos físicos me ha dejado para el arrastre y yo sólo quiero subirme a un coche, aunque sea otro el conduzca hoy o tener un destino que alcanzar.
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Etiquetas: Tiempo de habitaciones separadas
jueves, septiembre 23, 2010
Yo no lo sé de cierto, decía Jaime Sabines
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Etiquetas: Persigo un sueño... mañana seguiré
Anywhere but here
Puede que no sea mujer de fuertes convicciones, pero pasó su tiempo antes de que me arrepintiera de la decisión tomada. No porque un buen día descubriera que te comenzaba a echar de menos, no, nunca lo hice, a la única que eché de menos era a la mujer que yo fui contigo, y como bien sabes eso nunca fue suficiente. Pero sí es cierto que un día me desperté con la firme convicción de que nadie me querría como tú lo habías hecho... Aunque eso tampoco resultara suficiente y haya comenzado a echar de menos a quien nunca he tenido.
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Etiquetas: Despedida y cierre
En los cantos oscuros de los cuentos
Yo lo he hecho, lo hago, con cierta frecuencia. Dirigirme a alguien cuando escribo aquí. La gran parte de las veces el receptor, receptora o receptores no leen esto; así que mis palabras son no más que un ensayo previo de lo que puede que llegue a decir, o no, allá fuera.
Otras veces, pocas; puede que lo lean y se den por aludidos, o no. Nunca he preguntado. Imagino que todos, los que escribimos aquí, caemos alguna vez en ese juego, de contar sin decir y decir sin hablar.
A veces siento que yo también juego sin saberlo, pero no en el iniciado por mí, sino por otros. Y disculpen (la) mi presunción, pero, no puedo evitar tener la extraña sensación de que últimamente determinadas palabras en otras esquinas no son más que un aviso, dirigido a mí. Habré visto demasiada televisión.
No sé si alguien alguna vez pensó en mí al escribir algo, me hubiera gustado, en algunos casos... pero esta vez es diferente, creo... supongo.
P.D. Anne Shirle y Carole Landis
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Etiquetas: Acuse de recibo
No soy una 'ha sido'. Soy una 'será'.
No sé que pensar... Tras verte ayer.
Sólo recuerdo que me debes un libro que te presté. Ni siquiera recuerdo cuál.
También he olvidado quién fui. Aunque sé que me gustaba.
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Etiquetas: Corazón de Frankenstein
Sobra todo lo demás (hasta el título)
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Etiquetas: It's only Rock'n Roll (but I like it)
miércoles, septiembre 22, 2010
Se admiten (y se ruegan propuestas)
Tres semanas de vacaciones por delante antes de fin de año, aunque una de ellas ya está reservada al estudio de la Ley de Contratos. Es triste, lo admito, pero qué hacer con el resto cuando no tienes ni un céntimo, ni planes, ni compañía...
P.D. Mylene Demongeot
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Etiquetas: Después del mar
Living on velvet
Si se trata de miedos, no tengo rival. El miedo es mi sombra y mi reflejo en el espejo, el que se sienta a mi lado en el asiento vacío del copiloto al conducir y el que se acuesta todas las noches en el lado izquierdo de la cama. El que me despierta incluso antes de que suene el despertador.
Si se trata de oportunidad, tampoco. Siempre lo he tenido claro. Cuando a mi madre le brindaron la oportunidad de conceder dones a sus hijas no tuvo dudas. Una está acostumbrada a formular tres deseos, así que con el cuarto se tiende al despiste y a mí me tocó precisamente ése, la inoportunidad. Pero no, no a la forma de Jorge Drexler en sus "12 segundos de oscuridad", tan a tiempo, tan bienvenida y tan inoportuna. No, yo nunca llego a la hora prevista, o llego con retraso, o con adelanto, o no llego; y si lo hago, nunca en el momento adecuado, ni preciso, ni oportuno.
Y si hay algo que me guste menos de lo que yo me gusto a mí misma, es precisamente eso. Saber que de nuevo estoy fuera de lugar, incordiando, estorbando, importunando... aunque a veces lo disfrace de felicidad, que ya sabemos que a diferencia de la puta tristeza, sí tiene fin.
P.D. Dorothy Lee y Bert Wheeler
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Etiquetas: Entre tinieblas
martes, septiembre 21, 2010
A penny for your thoughts
Esta tarde finalmente logré sentarme a estudiar. Ordené apuntes, desparramé legislación, afilé lápices y saqué los colores. 20 artículos, lo que me sitúa en el 40 de la Ley de Contratos del Sector Público. Primer objetivo cumplido.
Caminé durante horas hasta el agotamiento. El teléfono felizmente olvidado en la repisa, y ya de vuelta conseguí no tenerlo a mi vera y no dejar de mirarlo insistentemente con la ilusión de conjugar un temblor.
Tampoco bailé con él de mano en mano, paseando pasillo arriba, pasillo abajo entre dudas y números que finalmente ni suman dos, ni una voz que al otro lado dice 'hola'.
Pero no conseguí retener mis palabras, no del todo...
Y no he logrado sacarme esta canción de la cabeza.
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Etiquetas: Geografía privada
¿Qué hay de cierto en la witch disfrazada de bitch, come on sugar darling let me sratch your itch?
Ni capaz soy de mentirme a mí... a los demás, ni modo.
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Etiquetas: Le rouge et le noir ne s'épousent-ils pas?
La impaciencia... sí que ha sido mi fuerte
Será que aún traigo el rumor de las olas en mis oídos, que me he acordado de Javier Ruibal...
P.D. Paulette Goddard
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Etiquetas: Afinidades electivas
lunes, septiembre 20, 2010
Hubiera querido más que esto y a la vez nada
Acabo de darme cuenta de que debo vivir en un universo paralelo. Regreso a casa y por las aceras y en mi misma dirección caminan muchas personas, pero muchas, de verdad de la buena... demasiadas, grupos de gentes, niños y mayores. Apenas son las once, es lunes y esto es Oviedo, no Times Square. Es raro... aunque mucho me temo que la rara soy yo, que no me entero hasta que escucho una conversación ajena en un semáforo de pasada. Un par de niños emocionados les preguntan a sus papás a qué hora empiezan "los fuegos". Y entonces es cuando recuerdo una conversación de esta mañana en el trabajo, la típica discusión entre las dos facciones antagónicas y enfrentadas, Oviedo versus Xixón discutiendo la calidad y cantidad de sus respectivas noches de fuegos artificiales. A saber, la de Oviedo es esta noche, o esta madrugada, a partir de la medianoche; y parece ser que la gente ya va buscando posiciones. También es cierto que recuerdo preguntarme a a mediodía por qué no permitían aparcar en mi calle... pero va a ser eso, yo habito un mundo paralelo alejado de las realidades cotidianas (y así me va).
A todo esto, a mí no me gustan los fuegos artificiales, aunque tampoco me disgusten, simplemente no me interesan. Pero como imagino que desde mis ventanas se verán y/u oirán, presupongo una noche larga de desvelo aunque pese a todo esté cansada, y justo ahora no precisamente de mí aunque venga de haber estado hablando durante algo más de una hora única y exclusivamente de mi persona.
A veces cuando menos te lo esperas la vida te sorprende y te da regalos en forma de manos tendidas, complicidad o palabras que llegan de lejos (gracias a quien correspondan) y alguien se sienta frente a ti y con interés sincero pide que le cuentes. Aunque a mí me cuesta contar, y titubeo al principio, pero al final las ganas y el cariño me pueden, y hablo y cuento y señalo. Y lo que parecía extraño ya no lo es tanto al verbalizarlo; y las dudas y los temores que nunca faltan pasan a un segundo plano. Y el "y si" y el "qué pasaría si sí o si no" se convierten en certezas. Porque yo soy yo y estoy aquí, y aquí seguiré estando, recordando a Benedetti, ya saben, mi táctica es ser franca y saber que sos franco y que no nos vendamos simulacros, para que entre los dos no haya telón ni abismos, y hoy, mañana no sé, con eso me quedo. No sé qué es lo que tú esperas, quieres o deseas; en el caso de que conjugues alguno de esos tres verbos. Pero yo si sé, espero, quiero y deseo; y me falta tiempo para contártelo.
P.D. Dorothy Lee y Bert Wheeler.
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Fuegos de artificio
Sé que algunos de ustedes lo comprenden y lo comparten... ¿A qué se le puede comparar la emoción de lo que se avecina?...
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Etiquetas: It's only Rock'n Roll (but I like it)
Si yo fuera ustedes no me molestaría en leer esto
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Etiquetas: Geografía privada
domingo, septiembre 19, 2010
Nos hemos reconocido... hemos desaparecido
Quiero que me devuelvan esa parte de ese sueño chiquito que era mío por entero.
P.D. Elke Sommer
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Etiquetas: Persigo un sueño... mañana seguiré
What's a simple man to do
La primera decisión que tomé a la hora de reformar el cuarto de baño fue que quitaría la bañera para ganar espacio y me quedaría con una ducha. De tener que elegir prefería lo segundo que lo primero y supongo que fue una buena decisión de la que nunca me he arrepentido... hasta hoy.
Esta mañana hubiese deseado tener una bañera en la que sumergirme durante horas, pero tuve que conformarme con una ducha de casi veinte minutos, que nunca será lo mismo y de la que salí con la piel ardiendo y el mismo dolor de cabeza con el que entré. Juro que nunca bebí tan poco y me sentí tan mal. Consejo que seguro todos conocen, no beban jamás con el estómago vacío.
Qué es lo peor que puede suceder en una mañana de domingo de espantosa resaca... que salga el sol. Que en esta Asturias nuestra a punto de ser visitada por el otoño, ayer vi las primeras castañas alfombrando el Campo San Francisco, brille un sol que te empuja a sus calles y fuera de la cama, no sólo en busca de aspirinas.
Y cómo el mejor método que conozco para combatir el dolor de cabeza es bailar, aprovechando la ausencia de vecinos a izquierda y derecha, invito a Steve Earle a que se pase por casa. No debe tener nada mejor que hacer este domingo, así que decide quedarse y le invito a comer y le llevo de paseo por el Parque de Invierno y ahora me acompaña en la espera, de nuevo en modo on, y me invita a bailar... ¿Bailas?.
Sí... tú. Y no me digas que eres tímido, que eso ya no cuela...
Que de lo simples que son los hombres hablaré, quién sabe, tal vez mañana...
P.D. Joan Crawford
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Etiquetas: Geografía privada
A Dios pongo por testigo...
Esto... que mejor no cuento nada y le dejo a D. Luis que haga la crónica con luz y taquígrafos... Sólo quiero que conste en acta que ya comienzo a entender a Demi Moore...
P.S. Voy a buscarme una farmacia de guardia a comprar aspirinas.
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Etiquetas: Acuse de recibo
viernes, septiembre 17, 2010
Entá nun sabes de mio más que los llabios y la risa que pongo nos minutos cimeros de l’angustia (*)
Llueve en una ciudad engalanada y yo llego a casa forzando la sonrisa, la música que suena en mis oídos ayuda; aunque sea poco más que una mueca, un triste esbozo, gimnasia bucal; me obligo, ya desentono bastante con el ambiente festivo por mis vaqueros desvaídos y mi cuero negro.
Se me había olvidado lo guapa que se pone la gente en esta ciudad. El rímmel corrido, la lluvia que me empapa, el paraguas olvidado quién sabe donde. Y sonrío, aunque no tenga motivos. Rememoro la conversación dejada atrás o más bien el monólogo del que fui espectadora y oyente. Lo poco que yo dije y lo mucho que me hubiera gustado decir. Pero dejo que sean los otros los que cuenten, y aunque no me importen ni lo más mínimo sus cuitas vitales escucho pacientemente, opino, contesto y me posiciono.
Cuando finalmente me preguntan cómo me va todo, sólo acierto a decir que bien, sin cambios, sin novedades, con la misma ausencia de afectos y los mismos temores. Y no cuento porque pienso que si a mí poco o nada me interesan sus vidas, por qué van a interesarles a ellos la mía. Que de sobra sé a nuestros años que el interés no es sincero y que lo que hace juego con el logo de mi camiseta y el carmín de mis labios es que cuente alguna anécdota divertida acerca de algún administrado, historias laborales de ventanilla y vuelva usted mañana, alguna broma cruel sobre mi estimado compañero de fatigas o las últimas novedades del catálogo Ikea 2011 que ya me sé de memoria.
Ejecuto mi papel, con cierta torpeza, todo hay que decirlo y pese a ello todos aplauden con risas y carcajadas mi brillante actuación. Cuento lo de aquél tipo que me regaló bombones o el de la cuarta que me tira los tejos y me busca con excusas y me invita a cafés que no me gustan, o aquél que me subió los colores, o la última excentricidad de la Viudita Alegre o lo del último reloj que se compró A. en China vía internet. Recibo palmaditas en la espalda y la sonrisa cómplice del camarero que me sirve el segundo gin-tonic mientras busco en el fondo del vaso de ginebra el tiempo que siento estoy perdiendo ahí sentada aunque nadie me espere para cenar en casa. Y como atendiendo a mis derivas llama E., así que cedo el testigo de bufón de la corte a otro probablemente mucho más divertido que yo. Parece quiere rescatarme, tomar un cafelito, salir de esta ciudad; su casa puede ser un buen refugio en esta noche de viernes sin nada mejor por hacer.
Pero comienza a hablar, a contar y a decir; más de lo mismo, lo de siempre y sé que él tampoco... y le quiero, aunque me agota, y yo hoy necesitaba ser la protagonista de todos los dramas, el personaje secundario, la sombra de Edward G. Robinson. Ni modo, me alejo hacia la puerta y me despido con un gesto de la mano, mientras escucho pacientemente la voz que llega al otro lado del teléfono intercalando monosílabos. El único que parece percatarse de mi huida es el camarero, el único al que le devuelvo la sonrisa, la misma con la que salgo a la calle ya transformada en mueca.
Me despido a su vez de E. con la manida excusa del no eres tú, soy yo; hoy no sería buena compañía (la misma que me hace reír a carcajadas cuando la escucho en otros); y me arranca la promesa de compartir la tarde del domingo, acepto, pero no prometo. Me pierdo entre el gentío, que es casi multitud, entre los paraguas ajenos, me aíslo con música en mis oídos e inicio el ascenso hasta mi calle, aquí siempre se trata de subir o bajar. Sigue lloviendo y paso a paso voy empapándome mientras Steve Earle dice que la lluvía llega como un ángel caído, y desearía encoger con ésta, hacerme pequeñita, desaparecer... Y por enésima vez en estos días me acuerdo de ti, como si no tuviera nada mejor en lo que pensar, como si no tuviera a nadie a quién recordar but you. Un extraño irrumpiendo sin permisos en una parte de mi vida que creía muerta, cuando ya nada queda de mí, cuando ya soy otra...
[Te debía una canción... quid pro quo]
Lonesome dark eyed beauty - Willie Nile
P.D. Ginger Rogers
Publicado por Daeddalus 9 perdidos en el laberinto
Etiquetas: Te debo una canción