jueves, diciembre 02, 2010

Dice Ryan Adams en su nuevo disco que deberías dejar de playing con my heart... pero qué dejar de hacer cuando es una misma la que juega con el suyo...




Está nevando de nuevo, bueno, algo parecido, que para mí nevar es otra cosa. Y alguien a mi lado se queja y opina que esto es un asco de tiempo... qué frío, qué humedad, de ésa que cala hasta los huesos, y qué pérdida de tiempo.

Creo que sólo estoy de acuerdo con lo último. Porque por lo demás ni el tiempo me parece tan malo, ni encuentro que sea un asco. Pero sí, estoy desarrollando una elevada intolerancia a las pérdidas de tiempo, tanto a las propias como a provocarlas en otros. Pereza y mucho cansancio serían las palabras adecuadas.

Y no sé por qué estoy hablando de esto si de lo que en realidad quería yo hablar era de blogs y sus lectores, a raíz de los pequeños contratiempos con ciertos comentarios de hace unos días. De programas que te ofrecen estadísticas detalladas de las visitas que recibe una página web y que yo ni sé leer ni interpretar, tampoco es que haya puesto mucho interés, que jugar a las adivinanzas nunca ha sido lo mío.

Y todo esto lo cuento porque hace un rato, de regreso a casa, mojándome bajo una incipiente nieve, y ahora toca corregirme, porque ahora sí está nevando de verdad, me crucé con alguien que en realidad no era nadie. Quiero decir que me recordó o se parecía a alguien que conozco o conocí, aunque en realidad creo que no nos vimos más que un par de veces o algo así, pero que en todo caso no era él, creo.

Eso me hizo acordarme de nuevo de un tema al que todos los que de una u otra forma nos mostramos públicamente, volvemos cada cierto tiempo. A nuestros lectores, a quién nos lee, por qué, cuántos de ellos son "reales" o la oportunidad o no de mostrar este espacio a la gente de nuestro entorno más inmediato, que evidentemente lo desconoce. Y esto viene a cuento porque esta persona a la que probablemente y si no recuerdo mal no vi más que un par de veces en mi vida, y a la que apenas conozco y de la que apenas sé (y de esto puede que haya pasado un año, tal vez más, o menos, no recuerdo), me dijo tiempo después de llegar a la conclusión de que entre nosotros no había química o algo así (en aquellos días yo no habría tenido química ni con una tarta de chocolate, rellena de dulce de leche y adornada con sugus de cereza) que seguía entrando aquí y leyendo todo lo escrito.  Y no, jamás hablé de él, aunque puede que alguna vez haya hecho alusión a la H, de Hornby, "High fidelity", por supuesto. Ni siquiera sé si sigue haciéndolo, tampoco es que tenga importancia alguna, ni sabría como comprobarlo de querer hacerlo, que no quiero.

Y lo recuerdo ahora y sigue sorprendiéndome que tantos meses después siguiera encontrando divertido o interesante o entretenido, no sé qué adjetivo hubiera empleado él para describirlo, lo aquí escrito, y perdiera el tiempo perdiéndose, valga la redundancia, entre las palabras y consonantes de alguien que en la vida real puede llegar a ser completamente vulgar, aburrida, anodina y asocial. Y en realidad no era de esto de lo que quería hablar... y allá afuera sigue nevando. Así que mejor corto y cierro... por hoy.





P.D. Patricia Neal

De exilio y deserción




No quiero que nadie me de las gracias por méritos que no me corresponden, porque yo simplemente me limitaba a pasar por allí. No quiero ser la causante de las lágrimas ajenas, pero tampoco de su felicidad, porque será el primer paso para serlo de su infelicidad.






P.D. Louise Brooks

Hoy es el día perfecto para pedir al mundo que se pare, que yo me bajo y en cierta forma es justo lo que he hecho. Aunque el mundo sea un cabrón y lo único que he conseguido es que gire más despacio, pero no es mérito mío sino del frío y de la nieve y del temporal... Pero he dado un saltito, y ale hop, nadie me echará de menos




Y como no me apetece contar lo que querría contar; ya saben, eso de me encantaría, pero no me apetece; y tampoco tengo tiempo, que el hecho de que una se baje del mundo no implica que no tenga que seguir girando en su propia órbita, me ha dado por mirar donde estaba hace exactamente un año en este rincón... y qué bueno, y que curioso (de nuevo), y qué raro (por enésima vez), porque esto lo podría haber escrito perfectamente esta mañana, fíjeseustedquétontería...









[Escuchando lo último de Ryan Adams (and the Cardinals)]


P.D. Janet Leigh

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