miércoles, agosto 29, 2007

Sucesión de sí mismo




Revisaba mis discos e iba leyendo en voz alta títulos y nombres comentándome que El jefe tocará en Baracaldo y Madrid y que habría que intentar hacer una escapada para verle. Se sorprendía cuando al lado de Victor Jara (¿pero tú escuchas a Victor Jara?, y no, no lo escucho, al menos desde hace un buen puñado de años) se encontraba con Intocable (serás hortera, sí y a mucha honra) y abandonaba ese minucioso registro para encaminarse a otro estante donde impera el desorden entre libros, “La felicidad de las mujeres” de María Fasce, del que me apropié indebidamente y que hizo más amena el retraso de tres horas con el que Iberia sin explicaciones nos obsequió, notas en post-it y recetas como la de ese sublime bizcocho de plátano y nueces, el pasaporte, pastillas de yodo y la discografía completa del bueno de Bach. Vuelve a mirarme sorprendido (¿para qué quieres todo Bach?).

Precisamente no creo que tenga que explicárselo… lo poco que “sé” de música clásica se lo debo a él. ¿Acaso no recuerda que nos dormíamos siempre con los conciertos de Brandenburgo y que la Pasión según San Mateo le hacía llorar?.

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