miércoles, abril 23, 2008

Quebrando abril



Alguien me reclama... no, no he desaparecido, ni me he evaporado. Volveré, antes de que se termine abril. Ocupaciones más prosaicas retienen mi tiempo.

jueves, abril 10, 2008

Dixie chiks



"I Can Give You Two Good Reasons
To Show You Love's Not Blind
He's Two And She's Four, And You Know They Adore You
So How Can I Tell Them You've

Changed Your Mind"

You were mine

martes, abril 08, 2008

Perdida


Nada está saliendo como debería, si es que hay una forma correcta y tal vez eso sea mucho suponer. El tiempo se queda corto aunque a veces los días se hagan muy largos y los planes son infinitos.

A pesar de todo aún hay celebraciones y motivos. Da la impresión de que me llegan a destiempo, como si mi cupo de alegría ya se hubiera cubierto y mi sonrisa sea forzada murmurando parabienes y felicitaciones que juro que siento aunque ni yo misma ya me lo crea.

Me gustaría poder caminar a dos palmos del suelo y mirar por encima del hombro a esos seres tan perfectos y felices con sus pequeñas vidas ordenadas.

sábado, abril 05, 2008

Entre (buenas) amigas


Su intuición nunca la abandona. De ello presume. De poseer ojo clínico, de no equivocarse nunca. Juez y parte en todos los asuntos. Siempre dispuesta a dar una opinión que nadie le ha pedido. No importa que nadie siga sus dictados o consejos. No es ésa su pretensión. Se conforma con ser escuchada. Bien, yo la escucho, atentamente o eso parece, incluso asiento y de tanto en tanto le doy la razón de forma efusiva, pero no pienso hacerle ni puñetero caso, que si de algo soy dueña es de mis fracasos, el próximo me espera a la vuelta de la esquina, a mí la intuición tampoco me falta ni me falla.

Reivindicando

En apoyo de las bibliotecas y los bibliotecarios del Ayuntamiento de Oviedo

http://www.firmasonline.com/1firmas/camp1.asp?C=1301

Despedida



-¿Quiere usted que hablemos en francés?

-Yo no hablo francés. Simplemente quise averiguar si es la eminencia que mi hermano describía.

-Sí. (Enfadada) ¡Una mujer hecha a su medida! Domino varios idiomas, toco el piano, mi conversación es inteligente y mis dientes perfectos. ¿Quiere usted contármelos también? ¿No es eso lo que se hace con los caballos? ¡Se les miran los dientes! ¡Por fortuna no me falta ninguno!

-Ni mal genio tampoco.

-Sí, ya lo sé. A usted no le gustan las mujeres con mal genio.

-No me asustan. Yo lo tengo mucho peor.

-¿Quien lo iba a imaginar?

-Es usted una mujer excepcional: inteligente, bonita, sin embargo debe de tener algún defecto. No voy a tener la suerte de encontrar una mujer perfecta sin salir de la selva. Todo el mundo tiene defectos.

-Ah… Creí que no le gustaba, que le había decepcionado… Lo que tiene es miedo de mí.

-¿Usted cree?

-Ansía descubrir en mí un defecto, algo que desmerezca en su opinión.

-Conoce bien a los hombres.

-Quiere completar su obra con una mujer a tono con el resto de su mobiliario, traído por el río con enormes dificultades para alimentar su vanidad y que las termitas no se lo arrebaten. Era esa la clase de esposa que exigía. Ahora me encuentra a mí y le inspiro miedo.

-Insisto en que conoce bien a los hombres.

-Mejor que usted a las mujeres.

-¿Dónde lo aprendió? ¿De qué hombre? ¡He puesto el dedo en la llaga!, ¿verdad? ¿Ha pertenecido a otro?

-Estuve casada. ¿No se lo dijo su hermano?

-No. Eso me lo ocultó. Me refirió todos los pormenores, su vida entera, todo menos eso.

-No es mía la culpa. Fue un olvido involuntario. Le advertí que se lo dijera.

-Quizás mi hermano me conoce mejor de lo que yo creía. ¿Cuánto tiempo estuvo casada?

-Casi un año. Se mató.

-¿Cómo?

-Bebía. Era muy alegre, muy simpático y muy borracho. Y una noche salió a caballo más alegre y también más borracho que nunca. Su hermano me dio dinero para pagar sus deudas.

-Sería un pobre inútil.

-Era el hombre más bueno que he conocido.

-Un hombre débil al que no quería.

-Sí le quería.

-¿Cuántos más se han cruzado en su vida?

Ella calla.

-Señora… Ha visto usted mi casa, tardé siete años en construirla, un auténtico milagro en el corazón de la selva. La gente se reía de mí, de mi afán por conseguirla, pero yo no hice caso, quería rodearme de las cosas hermosas de la vida. Crear una familia y poder ofrecerle una casa de la que me sentí siempre orgulloso, en unas tierras que arrebaté a la selva y al río sólo con mi voluntad. ¡La única exigencia que yo imponía era que todo cuanto subiese por el río fuese nuevo, que valiera la pena! Por ejemplo, ¡el piano ante el cual se sienta jamás fue abierto por nadie antes de su maldita llegada!

Ella da un golpe a las teclas del piano, se levanta y tras una pausa dice:

-Si usted supiera más de música, se daría cuenta de que un piano suena mejor cuando se ha tocado. Este no es un buen piano…

"Cuando ruge la marabunta"

martes, abril 01, 2008

Carla Bruni



"On me dit que nos vies ne valent pas grand chose,
Elles passent en un instant comme fanent les roses
On me dit que le temps qui glisse est un salaud
Que de nos tristesses il s'en fait des manteaux,
Pourtant quelqu'un m'a dit que..."

Quelqu'un m'a dit



P.D. 1 Hacía mucho que se había ganado un lugar en mi corazón. Confesaré que la descubrí tiempo ha, en la portada del Vogue, aunque siempre me pareció una de esas bellezas andróginas y frías, por mucha clase que destilen las mujeres de pómulos marcados. Resurgió de las cenizas de mis recuerdos en un anuncio de Nescafé, lo confieso, no rebuscando entre vinilos en una vieja tienda de pongamos, Saint Denis. Los anuncios ya no son lo que eran desde que Tom Waits denunció a Audi.


P.D. 2 A los que acusan con el más absoluto de los descaros a Madame Bruni-Sarkozy de copiar los estilismos de Jackie (Kennedy) Onassis aclararles que nada más lejos de la realidad. El protocolo (real) británico exige que al aire libre se lleve la cabeza y las manos cubiertas.

Vacaciones en Roma




Paradójicamente fui yo quien lo recordó. Por imperativo legal antes del 1 de abril tenemos que elegir fechas para nuestras vacaciones. Sin muchas alternativas ni posibilidades, julio o agosto, agosto o julio, que si de mí dependiera serían noviembre o marzo, tal vez junio, nunca pleno verano. No faltó la amenaza ya habitual de celebrar un sorteo si no se alcanzaba acuerdo y una vez más, y ya van tres, mi cesión, ante la vergüenza no tanto propia como ajena, provocada por la incapacidad de siete personas adultas, supuestamente, de llegar a un consenso.

El formulario con las fechas impuestas, que no elegidas, se quedó sobre mi mesa bajo el dietario, a modo de pisapapeles, durante al menos tres semanas, testigo mudo de una de mis muchas rendiciones, hasta que fue reclamado en el último momento. Sólo nos faltas tú. Y a mí, que me faltan tantas cosas.

Con un poco de suerte tal vez en plena Piazza Navona me de una insolación que me deshiele el corazón (y juro no he preparado el pareado).


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