Envenenándome de azules
No sé en qué momento mi victoria pasó a convertirse en tu derrota, y mi derrota en tu victoria.
Cuándo dejamos de reconocernos y mal disimular nuestros instintos y nuestras cicatrices. Cuándo descubrimos que nuestras sonrisas eran de archivo, apolillados nuestros abrigos en una entrada que nunca cruzábamos.
Cuándo nos traicionó el futuro.
En todo caso, el día que perdamos que no sea por cobardía… y mucho menos por miedo.
Cuándo dejamos de reconocernos y mal disimular nuestros instintos y nuestras cicatrices. Cuándo descubrimos que nuestras sonrisas eran de archivo, apolillados nuestros abrigos en una entrada que nunca cruzábamos.
Cuándo nos traicionó el futuro.
En todo caso, el día que perdamos que no sea por cobardía… y mucho menos por miedo.