Ya lo cantaba Lucinda... world without tears
La normalidad vuelve, afortunadamente, y las luces de navidad se apagan, aunque para mí la Navidad terminó extraoficialmente hace días y el día de Reyes amaneció entrada la mañana sin roscón ni regalos. No hubo carta alguna con peticiones ni buenos deseos, aunque anoche, de madrugada, algo me esperara sobre la almohada, justito al volver de la improvisada parranda, aunque yo sólo quería un café... y es que Don Julio habló por él. Y yo, claro, no supe agradecer, porque aunque me gusten las sorpresas, las que te traen cosas buenas; nunca he acabado por aprender del todo cómo mostrar mi agradecimiento.
Como tampoco he aprendido a comportarme. En realidad sé que no hay normas o reglas en este juego, aunque a mí me gustaría que las hubiera, todo sería más fácil. Tener un manual que indicara cuándo hablar y qué decir, cuándo callar y cuándo desnudarse. Que no tenga que venir Aute a recordármelo.
Como tampoco he aprendido a comportarme. En realidad sé que no hay normas o reglas en este juego, aunque a mí me gustaría que las hubiera, todo sería más fácil. Tener un manual que indicara cuándo hablar y qué decir, cuándo callar y cuándo desnudarse. Que no tenga que venir Aute a recordármelo.