(si yo sólo) Pasaba por aquí
Será que hoy ha amanecido en gris, llueve, o para ser más preciso, orbaya. Aunque debería estudiar, el aburrimiento me puede. Esto está vacío, o están de vacaciones o una comisión ha sacado a prácticamente todos mis colegas de la oficina. He dormido mal, fatal en realidad, me he despertado varias veces con malos sueños; tal vez el calor. Hoy no parece que sea verano, lo que no es malo del todo. Estoy cansada, tengo anemia, sueño y un ligero cabreo con el mundo en general y mi mismidad en particular. La semana que viene me la he tomado libre... Todo esto para qué. Para qué lo cuento, digo; absolutamente para nada. Simplemente me apetece.
Igual que durante mucho tiempo no contestaba a los comentarios. Porque no me apetecía, porque no tenía nada que decir. Además se evitaban los agravios comparativos, si no contesto a ninguno, nadie se puede sentir ofendido. Y es que de comentarios precisamente quiero hablar, de los tuyos en concreto, estimad@ Anónimo.
No sé quién eres ni cuál es tu motivación para que día sí, día también, entres, leas y de cuando en cuando (supongo que lo sabes, pero eres, cuando menos, tan previsible como yo), comentes. Conozco las razones por las que yo día sí, día también (me he quitado), visitaba páginas de gente cuyos escritos me irritaban por el motivo que fuera. La diferencia es que yo no comentaba. Y no, no es que yo fuera más educada que tú, o que tú seas más valiente que yo; porque en todo caso desconozco por completo tus razones, si es que las tienes.
Mentiría si dijera que no me interesa conocerlos. Como mentiría igualmente si dijera que no me importa saber quién eres. Cualquiera que escriba un blog, supongo, tendrá curiosidad por saber quién le lee y por qué. Aunque siempre parto de la idea de que si te haces asiduo visitante de un lugar es porque lo que encuentras allí, te agrada. Entiendo que no es este tu caso. Lo acepto, no me importa, ni siquiera me molesta; pero la curiosidad, obvio, es más que evidente.
Doy por hecho que siempre eres la misma persona. Tal vez me equivoque, pero tengo "fichados" dos Anónimos que habitualmente comentan aquí. Vuestros estilos, tonos y comentarios son tan característicos que casi sin dudar tengo claro que sóis siempre los mismos. Uno parece ser que es de Soria; el otro, tú, no tengo la menor idea y menos interés. Ni siquiera sé si eres hombre o mujer, tampoco eso me preocupa. No eres tú quién expone su vida, sino yo; no eres tú quién deba dar explicaciones; pero discúlpame la curiosidad, reitero.
También parto de la idea de que eres exactamente eso, un anónimo, seas quién seas y que no me conoces absolutamente de nada, más allá de esta página. Sería divertido, sin duda, que fueses alguien que me conociese de mi vida 'real'. Pero va a ser que no, intuyo. ¿Qué nos queda? Que lees esto, por el motivo que sea; y comprensiblemente te parezco un horror y decides no callarte. Entiendo que creas que me conoces, pero lo siento, no, no me conoces. Lees y sacas tus propias conclusiones. Y probablemente sean acertadas y lo que tú crees que soy y represento dé en la diana. Es más que seguro que no te equivoques en tus suposiciones o intuiciones, puede que sean paralelas a mi realidad; pero es que exactamente son sólo eso.
Puede que ni siquiera yo sea yo, que no sea una mujer en la treintena y que todo lo que cuente aquí o en su mayor parte sea absolutamente ficción. ¿Podría ser, no? Que fuésemos varias personas, o un hombre o una adolescente. Bien, vale, no, no cuela, ambos lo sabemos. Pero y qué. No tengo talento para la ficción, no sé inventarme otras vidas más allá de la mía. Internet está lleno de blogs así. ¿No tenemos derecho las personas amargadas y sin talento a tener nuestro propio espacio donde desahogarnos? Si nos dedicásemos a autopublicar libros lo entendería, estaríamos contribuyendo a la desaparición de los bosques. Pero ocupar un mínimo del espacio virtual mundial con nuestras gilipolleces no creo que vaya más allá de un atentado contra el buen gusto. También es posible que a la manera de la Liga de liberación de los enanos de jardín haya un movimiento que promueva el buen gusto en la red y haya quién se empeñe en perseguir los espacios absurdos, inútiles y llenos de egocentrismo mal entendido, como el mío. A lo mejor ésa se ha convertido en tu cruzada. No sé, digo.
Así que partiendo de la idea de que tengo un mínimo derecho a mis cinco minutos de fama, a escupir aquí mi vida o lo que yo creo que es mi vida, a exponer mi victimismo y mi amargura. Porque, qué le voy a hacer si mi cerebro no da para más. Si mi vida es esto, una queja constante de lo que no tengo, de lo que no soy, de lo que no alcanzo. Probablemente necesitaría más prozac y menos Platón, supongo, aunque acabe por sustituir la química por la virtualidad.
Soy recurrente, sí; cansina, me repito, hablo (casi) siempre de lo mismo. Y no, no creo que mi vida le importe a nadie, pero menos aún creo que importen mis opiniones sobre lo divino o lo humano. En el supuesto que tuviera opiniones, claro. Así que entre lo peor, mis opiniones; elijo lo menos malo, es decir, yo.
Hace cinco años que escribo aquí. Hace por lo menos cuatro que aprendí que esto no sirve para ligar, aunque ya sabemos que la esperanza es lo último que se pierde. Esto lo cuento por tus comentarios reiterados sobre mi presunta desmedida afición por "pillar" o "mojar"; utilizando tus propias palabras.
No, acá no se liga. Ingenua de mí en un principio (aunque no fuera precisamente ésa la motivación para escribir esto) llegué a pensar que expresarse y mostrarse por escrito podría ser una buena manera de conocer gente. De quitarnos caretas y mostrarnos por dentro, de encontrar a alguien (o que alguien te encontrara a ti) que te valorase por lo que eres y no por cómo eres en apariencia. Pero va a ser que no, que una imagen sigue valiendo más que mil palabras. Hace mucho que desistí. Si lo que pretendiese es ligar por aquí, no hubiese contado muchas de las cosas que he mostrado; soy consciente que no me dejan precisamente en buen lugar. Todo proceso de seducción genera impostura, nadie es tan idiota como para abrirse en canal dejando a la vista vísceras y pulsiones cuando de lo que se trata es de conquistar al otro.
Si traté de ligar vía internet era por supuesto, como tú ya imaginarás, porque en la 'realidad' no tengo ninguna opción. Eso también es evidente. Y no porque sea la más fea, la más gorda y la más estúpida del mundo mundial; al fin y al cabo entro en los parámetros de la normalidad, aunque de la normalidad hacia abajo, claro, tampoco voy a presumir de lo que carezco. Porque ésa es otra, ya tú sabrás; estoy atrofiada emocionalmente, soy frígida, asexual y anorgásmica, torpe, patológicamente tímida, egocéntrica, envidiosa y un poco idiota. En definitiva, una inadaptada social.
Y también entenderás que mi anhelo no es que un 'macho man' venga a quitarme las telarañas. No, lo que yo quiero es ser madre (no menos de tres) y esposa; casarme de blanco, entrar en la iglesia del brazo de mi padre al son del Canon de Pachelbel e iniciar el vals rodeada de gaitas tocando el O son do ar. Los sueños, al menos los míos, siguen siendo gratis.
P.D. Por supuesto eres bienvenid@, tú y tus críticas; no me molestan en absoluto... pero lo dicho, la curiosidad me puede.