I´ll give you shelter from the strom
No fue mi cumpleaños, no tenía nada que celebrar, no yo, no había buenas noticias, no brindábamos por el futuro o presente más inmediato, no invocábamos ni a la casualidad ni a la suerte... pero alguien me ofreció ayer un regalo envuelto en un papel de trasnochados motivos navideños rescatado del cajón de los objetos inservibles. Un disco, un vinilo para ser más exactos, Blood on the tracks... ¿alguna vez ha existido un disco más triste?.
Acabo de llegar a casa, chorreando agua por los cuatro costados tratando de recordar cómo funciona el viejo tocadiscos que desde hace cuatro años no uso y comienza a sonar Buckets of rain, no podría ser otra manera... Suena diferente a como yo la recordaba. Tiene un sonido más cálido, probablemente se deba al vinilo. Yo solía escuchar ese disco en uno de mis primeros walkman, en una cinta copiada a su vez de otra cinta también grabada. El sonido era de una ínfima calidad, pero a mí eso no me importaba. Tampoco percibía entonces, o al menos no de la manera en que hoy lo hago, la melancolía que destila el disco y esa canción en particular. La tristeza siempre ha estado infravalorada, y hoy que es un día triste por muchos motivos, tantos como hay para que no lo sea, se ha convertido en mi compañera de viaje.