sábado, enero 31, 2009

Camino a Itaca


Vete tú a saber cuántas veces nos cruzaríamos sin reconocernos por los pasillos de la vieja Escuela de Ingenieros, las calles sin salida de Cimadevilla o apoyados en la barra de El escondite, a golpes de tequila y pidiendo a la camarera que los litros de alcohol volvieran a correr por nuestras venas. Pero a pesar de todo fue Sibelius quién nos presentó. Y Springsteen quién nos separó. Había recogido el cartelito mostrándolo al personal y comenzaron los primeros acordes, pero ya sabes, the road is dark and it's a thin line... yo la crucé, no una, sino dos veces, obviamente hacia el lado equivocado. Puede que ahora me arrepienta de ello. Seguiré buscando, creo que me lo merezco.



De agradecimientos y premios


Sin esperarlo, sin tener demasiado claro el por qué y sin creer merecerlo me han dado no una, sino dos veces, un blogpremio. Con gran generosidad tanto Nebroa como Rose han considerado que soy merecedora de un premio Dardo, que no sé muy bien en qué consiste, aunque según leo en el blog de Rose trata de premiar los valores que cada blogger muestra en su empeño por transmitir valores culturales, éticos, literarios, personales, etc… algo que siendo sincera me desconcierta un poco porque por más que leo y releo mis entradas yo sólo veo que hablo de mí misma, el único tema que domino y tan sólo a ratos.

Parece ser que esto de los premios tiene sus normas. Hay que premiar a cinco personas, enlazarlas, comunicarles que han sido merecedoras de él y exponer los motivos. Siempre he pensado en todo caso que ciertas normas hay que saltárselas así que espero que nadie me recrimine si no sigo todos los pasos y me olvido del protocolo a seguir.

Por supuesto que quiero reiterar mi agradecimiento, lo inmerecido del premio y lo mucho que me han gustado y emocionado las palabras de Nebroa y de Rose. Seré una sentimental, que lo soy, pero estas cosas me llegan y me han dado de pleno en mi atrofiado corazón.

Parto de la idea de que los premios no se pueden devolver, es decir, otorgar a la misma persona que te lo ha concedido a ti, pero como he dicho antes las normas están para saltárselas y los dos primeros dardos, enviados sin excesiva puntería pero desde el respeto y el cariño más profundos van dirigidos a ellos.

Se me hace difícil explicar el por qué una persona, a la que ni siquiera conoces, se convierte en parte de tu irrenunciable rutina diaria. Cuando leo a Nebroa, me leo a mí misma. Será que compartimos edad y devociones musicales. Ella es la cara A del disco en el que yo soy la B, porque dice lo que yo trato de decir, pero lo hace desde la espontaneidad, desde el optimismo que siempre me dibuja una sonrisa y que nunca debe perder.

Rose en cambio me da lecciones a sus veinte años (de ser ciertos los datos que expone en su perfil) y eso hace mucho tiempo que nadie lo consigue.

Siempre está al otro lado, aunque pase de puntillas... a veces si hay alguien al otro lado del espejo.

En cuarto lugar. Ser de la cuenca y tener dieciseis años debe ser extremadamente complicado aunque leyéndo a Devochka Llorona resulte difícil creerlo, ho.

Me queda uno, espero me permitan lo deje para mañana. Es sábado y he tenido una semana bastante complicada y no tengo ganas de tener que tomar una decisión más y tener que elegir.

P.D. Oscar, a ti no te lo doy, pese a lo mucho que me has querido y lo poco que me quieres ahora.


With every wish



Supongo que yo simplemente pretendía hacer un trato contigo. Unir dos diferencias para hacer un igual cambiando la soledad que nos invadía, el cansancio y los puños cerrados por la vigila de un crepúsculo.

Prometí darte las oportunas explicaciones, esas que no pides, supongo que consideras no es de caballeros y si en algo te tienes estima es en ser (y parecer) un perfecto gentleman. Ignoro si sigues esperando. No lo hagas, es probable que nunca lleguen.



Related Posts with Thumbnails