"Juro no guardar ningun rencor
a los dias que pasamos juntos los dos,
nunca nadie hablo de amor".
La letra E me persigue, y yo no soy más rápida.
1 Yo, mi, me, conmigo. No se puede escapar de una misma, ni encantada, ni humillada por conocerme, por mucho que se intente.
2. Me envía un email un tal E. Nos conocimos hace tiempo, dice sin especificar cuánto. Nos vimos un par de veces, dice sin aclarar si es literal, sólo dos veces, o aproximativo. No era el momento adecuado, dice sin aclarar el por qué, pero me da a mí la impresión de que la responsabilidad en la inadecuación recae en mí. Estuve en su casa, dice a modo de airear mi memoria. Pregunta si es posible que volvamos a vernos. Yo no le recuerdo, o tal vez sí, pero ya le he olvidado.
3. Me encuentro el que fue mi E. durante los últimos cuatro años. En realidad no me encuentro, le veo y cambio de rumbo aún a costa de poner en peligro mi integridad física subiendo unas escaleras mecánicas que se empeñan en bajar. Mejor mantener las distancias que cierren la herida, aún abierta, por otro E.
4. E.