Apaga y vámonos
Siempre dije que si alguna vez me iba nunca me despediría, que lo haría sin avisar y sin hacer ruido, de puntillas, un día cualquiera… Pero estos más de cinco años se merecen un final medianamente digno, en el caso de que las palabras, mis palabras, puedan llegar a ser dignas.
No hay motivos, ni razones, ni argumentos; al menos no merecedores de ser aquí expuestas y expuestos. Simplemente me voy.
Probablemente volveré en algún momento, no sé si pronto o muy tarde. No sé bajo que nombre ni bajo que bandera, encontrar la entrada a otro laberinto no me resultará fácil.
A algunos de vosotros os debo mucho, a otros, por qué no decirlo, absolutamente nada.
En todo caso, señoras y señores, ha sido un placer.
P. D. Y como siempre he dicho deja tus paranoias o tus deseos, gritos al aire, diarios, confesiones, declaraciones de amor o de guerra, o simplemente tu firma, tu mensaje, tus besos, saludos o consejo, bromas o entusiasmo, reminiscencias o cañones recortados… Siempre estaré al otro lado, daeddalus@gmail.com.