lunes, julio 30, 2012

EL PLAGIO ESTÁ FEO

REPITA USTED CONMIGO...

Palabras a (des)tiempo







En los últimos tiempos asisto estupefacta a la lectura ajena de cuitas y desgracias amorosas ajenas. Entiendo que cada cual escribe de lo que bien le viene en gana y no soy yo la más indicada para dar lecciones de pudor a nadie cuando aquí y ahora he contado todo lo contable…

No sigo demasiados blogs, al menos no de forma rutinaria y constante, más allá de unos cuantos de cocina y otros tantos de moda con outfits imposibles. Me fascinan tanto los delantales almidonados como los zapatos de Prada, pero de cuando en cuando sí visito a los y las habituales y aunque sólo sea tirando del hilo voy descubriendo nuevas lecturas. En ocasiones de escasos minutos, otras pueden durar horas.

Parto de la idea de que el exhibicionismo es ingrediente necesario, nunca suficiente, para crear un blog; y reitero lo anterior, que cada cual hable de lo que quiera y allá sus lectores si lo encuentran ameno y/o interesante. Mismamente me sorprende que alguien pueda llegar a leer lo que aquí está escrito, pero ya se sabe, hay gente pa’to, y agradecida que está una, no lo duden.

Otro ingrediente fundamental es la mentira. Nuestras vidas son rutinarias, aburridas, predecibles, en la mayor parte de los casos faltas de sensibilidad y menos gusto. Desde luego tampoco poseemos el armario de Olivia Palermo o la cocina de Martha Stewart, y ni falta que nos hace, oigan; que para eso está la imaginación, para cubrir los huecos que una realidad si no triste, sí gris, nos deja.

Se puede mentir, adornar la realidad o directamente inventársela. Ejemplos hay a montones y no seré yo quien abra la caja de Pandora. No hay que olvidar que el primer gran blog era el diario de una mujer gorda que ni era mujer ni estaba gorda, pero que tenía talento. No es lo mismo que quien cuelga fotos, entre otras, de la hermanísima Pippa Middelton y las hace pasar por su persona, ¿acaso sus lectores no hojean el Hola?

Mientan, desahóguense y cuenten sus miserias, pero no lo olviden; háganlo con elegancia.

Y por favor, que no se les note…



Un consejo por cierto que nadie ha pedido…Ésta no es la vida real, ésta es la vida que yo cuento que vivo, no la revuelvan y la mezclen con la que se vive una vez se aleja uno de la pantalla del ordenador.






P.D. Vilma Banky.

viernes, julio 27, 2012

Confundiendo recuerdos con cenizas

Éste se la levanta... Lo pensé. No llegue a decirlo en voz alta. Me arrepentí.

No de la hipocresía de creer o pensar y omitir. No de la contundencia y la soberbia con la que ésas palabras llegaron a mi mente. No de que en realidad me importara menos que nada.

Me avergoncé de esas palabras, de esa expresión, de ese léxico tan impropio en mí. Me avergoncé de las formas, no del contenido. Yo sólo quería irme, subirme a un taxi y quitarme los zapatos. Pasaban de las seis de la mañana y yo a las seis de la mañana sólo estoy despierta en los aeropuertos y en los trenes que viajan hacia al norte.

No quería ir, pero me lo pidieron, no lo suplicaron. Soy chica fácil en cuestión de favores y buena educación.

Ni siquiera era guapa. Tal vez de haberlo sido...

martes, julio 24, 2012

Si fuera un rancho me llamarían tierra de nadie*



La idea inicial… sí, nosotros teníamos un plan y un calendario con días contados en rojo… era hacer un viaje por toda la República. Así, de forma grandilocuente, recorrer todos y cada uno de los 32 estados desde Mexicali a Tapachula, desde Salina Cruz a Mérida, desde Veracruz a Matamoros… o lo que nos diera el tiempo, las ganas y los pesos.

De haberlo sabido, pero entonces no sabía, de haber intuido que ése sería nuestro destino. Pero las circunstancias no son sino azar, y la suerte, ya se sabe, suele ser esquiva y malagradecida. Al margen de que una tiende hacia la desconfianza y quién se iba a creer que los de entonces seríamos los de ahora. Que los encuentros fortuitos y casuales nos llevarían a estos días a la sombra de un mariachi desafinado.

De haber intuido que ése sería nuestro lugar cuántas malgastadas madrugadas nos hubiéramos ahorrado. Llevábamos a México en la piel y aún no lo sabíamos. Como aquella noche de Carnaval cuando ellos agarrados del brazo entonaban la canción ascendiendo por la calle Oscura. Wonder Woman y El Zorro seguidos por mi persona, la única sin disfraz en 1.300 metros a la redonda. Yo te conozco, güey…

Porque a veces no se necesitan excusas, tan sólo deseos y de poder elegir un lugar donde vivir ése sería Querétaro... o Coyoacán, pese a que los semáforos nunca se pongan en rojo por las noches y yo sea de las que nunca cruza hasta que no le dan luz de paso. Nunca bajes de la camioneta, nunca te pares, nunca mires a los ojos, nunca desafíes. Y ahora pásele, güerita; una taquiza y un Agua de Jamaica que comienza el reventón.







P.D. Marlene Dietrich en "Sed de mal".










*Rita Hayworth en "Gilda".

lunes, julio 23, 2012

La Navidad, al menos la mía -tan lejana, la de todos- huele a Spekulatius. Todo el mundo lo sabe.




Trato de hallar la fórmula, la combinación perfecta. La mezcla adecuada entre la canela y el cardamomo, el jengibre y el clavo. Ensayo, prueba y error. Como las marshmallows, de Mercadona, of course, de mis demonios.

La repostería es ingrata. Como algunas mujeres. Aunque no todo se base en la apariencia, casi, quién lo diría.


El aroma de las fresias, las hortensias y las peonías marchitándose en la ventana se confunde con el de la pimienta y la nuez. ¿Acaso hay flores más hermosas? Supongo que si le preguntara diría que sí, los jazmines, tal vez los lirios; y sin duda las gardenias. Perfectas para lucir en el pelo en una noche cualquiera de verano. 


Pero aquí no hay verano, todo el mundo lo sabe.

Los cuatrocientos golpes...




Yo no quería saber, pero supe; y sí, eso lo escribió el joven Marías, pero lo cierto es que yo vivía feliz en mi ignorancia y nada más lejos de mi intención que salir de ella.

Los pesares no son menos penas si son compartidos. Yo no sé, no estaba allí, no vi ni oí, yo no supe. Incluso ahora yo no lo sé de cierto. Los secretos no dejan de serlo por ser contados. No quiero que me cuente, en ese guión no hay papel para mí. Si yo soy feliz sin saber dejemos que ella igualmente lo siga siendo.

Pero no puede quedarse callada, le pesa la culpa, no podrá mirarle a los ojos, será incapaz de compartir tiempo y espacio. Le gustaría saber de estar en su lugar.

Pero no está en su lugar. No sabe qué es lo que ella querría, lo que ella quiere. Yo por ejemplo elijo una vez más el no saber. Que él lo disfrutara, que a él le conviniera y le remordiera la conciencia I wish. Demasiadas veces estuve en el otro lugar y aprendí que nunca se quedan, que siempre regresan para poder volver a irse a dormir al mismo lado de la cama.


Y ahora yo ocupo el otro lado.



P.D. Shirley McLaine y Audrey Herpburn.

Ingredientes: Mucho y un poco de nada




Miro uno de esos blogs en los que mujeres perfectas con delantales almidonados posan en cocinas impecables ante toda suerte de dulces, galletas decoradas y cupcakes, que no magdalenas; asegurando que lo suyo no es el fondant, pero mostrando tartas de pisos infinitos con lazos, bucles, muñecas Barbie y Bobs Esponjas.

Aseguran ser seres normales, de carne y hueso, con oficio e hijos. Mujeres despeinadas y de manos enharinadas por más que una sólo vea una impecable manicura, un color de pelo que envidia tú el de Taylor Tomasi*, una Kitchen Aid reluciente y todo el catálogo de Lékué.

Afirman que los macarons no son tan difíciles, que el secreto está en tamizar, en el merengue italiano, en las proporciones, en la temperatura del horno, en el enfriado, en… Ensayo, prueba, error; que a la tercera va la vencida.

Y va a ser que no, o tal vez sí, que en eso consiste la vida... y no morir en el intento.








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