Ingredientes: Mucho y un poco de nada
Miro uno de esos blogs en los que
mujeres perfectas con delantales almidonados posan en cocinas impecables ante
toda suerte de dulces, galletas decoradas y cupcakes, que no magdalenas;
asegurando que lo suyo no es el fondant, pero mostrando tartas de pisos infinitos
con lazos, bucles, muñecas Barbie y Bobs Esponjas.
Aseguran ser seres normales, de
carne y hueso, con oficio e hijos. Mujeres despeinadas y de manos enharinadas
por más que una sólo vea una impecable manicura, un color de pelo que envidia tú
el de Taylor Tomasi*, una Kitchen Aid reluciente y todo el catálogo de Lékué.
Afirman que los macarons no son
tan difíciles, que el secreto está en tamizar, en el merengue italiano, en las
proporciones, en la temperatura del horno, en el enfriado, en… Ensayo, prueba,
error; que a la tercera va la vencida.
Y va a ser que no, o tal vez sí, que en eso consiste la vida... y no morir en el intento.
2 perdidos en el laberinto:
Queda resaltar que el secreto de la receta es no seguir la receta…
Y ¿cuánto de harina?... –Lo necesario-
Y ¿a cuánto el horno?… -Lo necesario-
Sí, lo necesario, porque de aquí a allá todo cambia, ese pequeño secreto que nadie te dice.
¿Y cuánto de harina?... - La que admita.
Esa expresión sí que me gusta.
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