martes, agosto 18, 2009

Lectura para principiantes

La pasada noche terminé de leer, por fin, el peor libro que he leído en mi vida, y les aseguro que leo mucho y mal. Por tanto todo un record digno de ser mencionado. Y sí, tienen razón, también es cierto que no tengo nada mejor de lo que hablar, pero esperen a mañana. Esta tarde voy a visitar de nuevo un piso y esta vez tengo el presentimiento de que va a ser el definitivo y si no puedo encontrar al hombre perfecto qué menos que encontrar la casa perfecta, por mucho que los suelos de parquet no den abrazos ni los balcones susurren al oído. Así que ya les contaré, otro día, tal vez mañana, pero hoy toca hablar de "La enfermera de Brunete".

Cuando quiero perder el tiempo leyendo y advierto aquí que para mí perder el tiempo es una forma estupenda de malgastarlo siempre que una elija como, leo a Mariam Keyes, esa escritora irlandesa autora de un buen puñado de best-sellers y sobre la que debo admitir que exceptuando el primero, el primero que leí, "Sushi para principiantes" (imagino una versión cinematográfica co Hugh Jackman haciendo de prota y me estremezco) el resto no me gustaron demasiado. Pero de vez en cuando viene bien leer historias de finales felices con mujeres que son más desgraciadas aún que una.

Me leí casi todos sus libros e incluso repetí con uno de ellos hasta que llegué a uno cuyo título no recuerdo ahora pero que era una mezcla entre "P.D. Te quiero" y una Bridget Jones a la irlandesa y que me pareció tan espantosamente ridículo, no sé qué esperaba, que suspiré aliviada cuando por fin cerré su última página (yo y mi manía de siempre, siempre terminar un libro).
Agotada la lista de posibilidades acudí a N., que siempre tiene un best-seller sobre la mesilla de noche, para que me recomendara un libro con el que anestesiarme. Ella es experta en los Ken Follet y Dan Brown de turno, se leyó de un tirón la trilogía de Stieg Larsson (qué valor) y ahora se ha aficionado, cómo no, a la novela policíaca sueca.

De la relación de N. con la literatura yo espero casi todo, como por ejemplo el incidente provocado en plena Semana Negra con un tipo de seguridad que valga la redundancia guardaba las espaldas de los ínclitos Victor Manuel y Ana Belén (por qué me caerán tan mal si no me han hecho nada), Joan Manuel Serrat y Luis García Montero, enfrentándose armada con el libro que este último había publicado sobre Ángel González. No recuerdo las palabras exactas de la discusión, algo así como que o la dejaba pasar para que Montero le firmara el libro o le abría la cabeza con él. Ni que decir tiene que el poeta debió escuchar las amenazas y tomárselas en serio porque acudió raudo y veloz, sonrisa dibujada en los labios y apartando de un plumazo al segurata para firmar el libro.

Lo que quiero contar con todo esto es que una mujer de semejante carácter no puede venderme "La enfermera de Brunete" como un novelón al estilo de "El corazón helado" pero a la inversa(curiosamente de la mujer del poeta anteriormente mencionado, Almudena Grandes, no me digan que no es adorable su voz de cazalla trasnochada). Y claro, voy yo y me lo creo y comienzo a leer.

Digamos que le concedí el beneficio de la duda hasta la página 25 y siendo muy generosa, y que puedo hablar con propiedad porque me he leído sus más de mil páginas y aún en sueños se me aparecen esos personajes y esos diálogos que se diría sacados de una mal telenovela barata. Juro que pocas veces he leído, y reitero que he leído mucha basura, diáologos tan pueriles, personajes tan mal dibujados y escenas tan grotescas. Sólo quiero saber si son imaginaciones mías y he acabado leyendo un libro en otra dimensión o de verdad ha existido siendo todo un éxito.

En la cuerda floja

El paso de los años, demasiados, luchando por no ser juzgada. Obviar lo que dicen los demás, las opiniones contrarias. Siempre al borde del abismo, a un paso de perder el equilibrio.

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