¿De qué hablas con alguien al que no has visto en tu vida? Del que no sabes absolutamente nada… Dándome cuenta de que E. va en serio y ya está marcando su número para facilitarle el mío, le pido información y le acoso a preguntas... que apenas tienen respuesta.
Debe tener treintaytantos, no sé, nunca le he preguntado la edad… sólo me da buena cuenta de datos laborales que no me interesan nada. ¿Pero cómo es? ¿Es más alto que yo? ¿Es guapo y aparente? Pero no sabe, no contesta, los hombres (y menos él) no perciben esas cosas. Es un buen tío… honesto y todo eso, de lo contrario no haría de celestino… y no lo dudo, sé que me quiere bien.
¿Y cómo lo hacemos?... Quedamos los tres y me lo presentas. Pero a él le parece que esa idea carece de gracia, y no, mejor os ponéis de acuerdo vosotros (si es que llegamos a un acuerdo).
Sé que es una pésima idea, aunque yo haya hecho de la máxima de que un clavo saca a otro clavo, mi lema vital. Pero no sé si estoy preparada para que el tipo por el que he estado suspirando trece veces por minuto acabe por organizarme una cita con otro (qué caminos tan retorcidos puede llegar a recorrer la conciencia en ocasiones). Y luego está la segunda parte, qué le ha contado de mí… porque a saber, conociendo a este romano… pues, qué le voy a decir, lo normal, que eres una gran amiga, una chica muy especial y especialmente, muy buen persona… Joer, lo sabía, “buena persona”, todos sabemos lo que se transmite cuando dices de alguien que es “buena persona”, como cuando te dicen que eres “mona” o “graciosa”. Así que soy especial y buena persona… en fin, sean sinceros, si les dicen que alguien es así, qué es en lo primero que piensan, porque yo lo tengo claro… Y además yo siempre quise ser mala; que ya se sabe, van a todas partes...
Y a todo esto, ¿qué me pongo? ¿Va a llover esta tarde?...
P.D. Joan Crawford, John Garfield y Oscar Levant en "Humoresque" (De amor también se muere).
Y es que soy muy mía y a la vez muy del cosmos, muy de las tinajas y de los moldes de galleta, de las vainas y los pomos cromados, de la cola y el carril más lento, de embalsamadores y taxidermistas, del rincón del aburrido; soy muy de los desprendidos de la crítica, fiestas provocadas y tijeretazo en casa, del orden cosas y cosas por vicio. Soy muy de todo esto y de aún más cosas. Sólo espero que alguien me reclame... sería muy violento tener que hacerlo yo misma...
Deja tus paranoias o tus deseos, gritos al aire, diarios, confesiones, declaraciones de amor o de guerra, o simplemente tu firma, tu mensaje, tus besos, saludos o consejo, bromas o entusiasmo, reminiscencias o cañones recortados, y ya descubriremos si tenemos algo de lo que hablar...
Ser ese pincel aguado por la lluvia que esboza en cada bocanada una bahía, dos volcanes y diez maneras de decir lo que deseas. Una bandada de gaviotas. La ginebra. Las noches sin futuro. Una colección de lunas llenas. Las verbenas de barrio. Una tormenta sobre el azul inmenso del océano. Arrastrando la cobija. Tristezas a la carta por alegrías. Billie Holliday rasgando la noche. Una visita imprevista y deslenguada. Los calvos que se quitan el sombrero. Las noches "nuremberianas" al calor del Eulenspiegel repletas de ron, humo y conversaciones. Aquella voz, aquel acento."Mis" poetas: Á. González, Huidobro o Cernuda. La lluvia que parió charcos y barro. Viajar en tranvía. Volar cometas. Un par de botas sucias. El canto del urogallo. Alain Delon en "Rocco y sus hermanos". Caminar sobre hojas secas. Las tímidas que salen respondonas. Aviones que despegan. Las rosas amarillas, los lirios, las violetas. Las raras excepciones. ARJONA (con mayúsculas). Medianoche en una estación de tren. La honestidad brutal de Calamaro. Una tormenta sobre el azul inmenso del océano. Aquella buhardilla en la Peissenbergstr. Silvana Mangano en "Arroz amargo". Pisar charcos. El 14 (y la lluvia) de abril. Mi chupa de cuero. La Coca-Cola (nadie es perfecto). Besos con risas. Silvio y Ojalá como coartada. Lengua con besos. El castellano de Umbral. Esencia de playa y sal de un lugar donde habitaban las gaviotas. Pisar charcos. Un vestido y un amor. Salitre 48. EL hombre del piano. Luka, el niño del 2º piso. Compay y Celia, el son y la salsa de luto. La primera mirada por la ventana al despertarse. Las noches que sonríen en forma de luna. Estoy Bartok de todo. El olor a tiempo desgastado. Simon & Garfunkel. Waits & Cohen. Los trenes que viajan hacia el este. Rosas a Rosalía. En Lisboa, sobre lo mar. El cambio de estaciones. Dylan y su hijo Jakob. Un amanecer en la playa del Silencio. El piano ha estado bebiendo. Puentes que se cruzan en ambos sentidos. El Urriellu. Una Delirium Tremens. Las carreteras secundarias. Un otoño de párpados caídos. Los domingos al sol en el Englischer Garten. Camarón sin camisa. Frambuesas en la tarta. Las sesiones de madrugada. Las montañas mágicas de esta tierra que plantó mi corazón recibiendo el regalo de la lluvia. Chavela por Jose Alfredo. Los labios que aprovechan los rincones más olvidados, más olvidables. Veloso y su fina estampa. El miedo, el futuro incierto, el camino, la búsqueda. Je vous ai apporté des bonbons parce que les fleurs c'est périssable. Los que pudieron ser y no han querido... Dream, baby dream.