jueves, septiembre 23, 2010

Yo no lo sé de cierto, decía Jaime Sabines





Yo tampoco, pero sí sé que me gustaría averiguarlo.










P.D. Christine Carère

Anywhere but here





Cuando te fuiste... bien, sé que no te fuiste, que yo te invité a irte, pero queda más poético hablar de cuando te marchaste, que no de cuanto te echaron, sobre todo si fui yo la que te aparté de mi lado; no dudé ni durante una décima de segundo de que ésa fuera la decisión adecuada, lo mejor para ambos. Decidido de forma unilateral, pero olvidemos ese pequeño detalle.

Puede que no sea mujer de fuertes convicciones, pero pasó su tiempo antes de que me arrepintiera de la decisión tomada. No porque un buen día descubriera que te comenzaba a echar de menos, no, nunca lo hice, a la única que eché de menos era a la mujer que yo fui contigo, y como bien sabes eso nunca fue suficiente. Pero sí es cierto que un día me desperté con la firme convicción de que nadie me querría como tú lo habías hecho... Aunque eso tampoco resultara suficiente y haya comenzado a echar de menos a quien nunca he tenido.















En los cantos oscuros de los cuentos



Yo lo he hecho, lo hago, con cierta frecuencia. Dirigirme a alguien cuando escribo aquí. La gran parte de las veces el receptor, receptora o receptores no leen esto; así que mis palabras son no más que un ensayo previo de lo que puede que llegue a decir, o no, allá fuera.

Otras veces, pocas; puede que lo lean y se den por aludidos, o no. Nunca he preguntado. Imagino que todos, los que escribimos aquí, caemos alguna vez en ese juego, de contar sin decir y decir sin hablar.

A veces siento que yo también juego sin saberlo, pero no en el iniciado por mí, sino por otros. Y disculpen (la) mi presunción, pero, no puedo evitar tener la extraña sensación de que últimamente determinadas palabras en otras esquinas no son más que un aviso, dirigido a mí. Habré visto demasiada televisión.

No sé si alguien alguna vez pensó en mí al escribir algo, me hubiera gustado, en algunos casos... pero esta vez es diferente, creo... supongo.






P.D. Anne Shirle y Carole Landis

No soy una 'ha sido'. Soy una 'será'.







"Nos sentábamos en la cama mirando la televisión.
Ella decía: Cariño, cuando todo lo mío se derrumbe algún pedazo
acabará dándote a ti."

De Héroes - Ray Loriga



No sé que pensar... Tras verte ayer.

Sólo recuerdo que me debes un libro que te presté. Ni siquiera recuerdo cuál.



También he olvidado quién fui. Aunque sé que me gustaba.




Sobra todo lo demás (hasta el título)



Hoy es tu cumpleaños y lo propio sería felicitarte, ¿no?. Hey, tío, felicidades por tus recién estrenados 61 años, que cumplas muchos más (no sólo encima de un escenario) y que nosotros los veamos... Y hacerte una tarta brindando por tu salud y por el cirujano de Patti.

Pero no voy a hacerlo, o bueno, sí, you know, que te felicito y demás, happy birthday... Aunque tenga delito que se me olviden los cumpleaños ajenos (nunca el mío, a mi pesar) y en cambio siempre recuerde el tuyo. Que estaba pensando yo, de camino al trabajo, escuchándote afirmar lo duro que es ser un saint in the city, que hoy tenía que dedicarte el día, musicalmente hablando; aunque medio desayunara al son de Roberto Carlos y de la voz de un incierto vecino reclamando los abrazos de Lady Laura.

Que, obvio, tengo tantas cosas que agradecerte... Pero no, ni modo, aunque no vaya a culparte de todos mis errores, de mis fallos, de mis dudas y de mis miedos... sí puedo culparte de un buen puñado de cosas.

A saber... porque los mejores momentos de mi existencia los haya pasado en tu presencia; y lo demás no cuente. Que siempre haya deseado que mi vida fuera como aquel 21 de abril; aunque mi 21 de abril fuera un 7 de mayo, y no del 81, sino del 93; y me vuelva por completo idiota (más si cabe) y se me agoten las razones y argumentos y mis mejores noches fueron aquellas de mis trece años metida en mi cama con un viejo walkman y una cinta de 90 donde mi proveedor oficial de música no autorizada me había grabado "The river", y adelantaba y rebobinaba hasta quedarme dormida tras mis oraciones, tan sólo para escuchar 'Point blank' y 'Drive all night' una y otra vez. Porque me quedé pegada a un televisor en blanco y negro donde un tipo salía de debajo de un coche y le preguntaba a la chica si su padre estaba en casa, y a partir de aquel momento quise que mi vida fuese como una de tus canciones y cada vez que sonaba Roy Orbinson me acordaba de ti, estuviese donde estuviese. Porque llegaras a caerle bien a mi madre y que incluso reconociera tus canciones; y cuando se tienen quince años es imperdonable compartir simpatías con tus progenitores. Porque lloré, lloré y llorara (y aún lo hago) la primera vez que escuché que tenías un Chevy del 69 y creyese que la salvación estaba en la carretera, en huir de esta ciudad, en hacer una cruz por cada uno de mis amantes o tener una guitarra que nunca supe tocar mientas aprendía a decir que me quisieras tonight, for I may never see you again, entre fuegos de artificio y llegases a convertirte en la única reason to believe.

Porque odio (y el odio no es un sentimiento que practique a menudo) a cualquier jovenzuelo o jovenzuela que escuche "Thunder road" por vez primera, porque sólo hay una primera vez. Por la decepción que supuso "Working on a dream", tú que nunca me decepcionas y al que siempre perdono. Incluso que te casaras con aquella pelirroja que le robaste al bueno de Nils, a la que colaste en tu banda. La portentosa mujer que ni canta, ni toca la guitarra, ni se sabe muy bien qué pinta allí más que estar a tu vera. Porque un buen día me teñí de pelirroja y me paseé por el boardwalk de Asbury Park y juré, y aún lo juro, que I'll drive all night just to buy you some shoes, and I just wanna sleep tonight again in your arms, aunque me despierte día tras día y todo siga siendo igual aunque no seamos los mismos, y acabara por aprender más from a three minute record than I ever learned in school; aunque nunca consiguiera aprender a no rendirme.

Porque me he pasado media vida buscándote en otros, un tipo de voz ronca y mirada perdida; mientras otras mujeres soñaban con un handsome Dan o con tener en sus brazos a un good-lookin' Joe. Alguien que me diga que todo va a salir bien, que caminaremos hacía la luz del día aunque no sepamos si el amor es real y si nuestra suerte ha muerto (si es que alguna vez la tuvimos). Aunque estemos asustados y por una vez, what others may want for free, I'll work for your love.

Una vez juré que si al cumplir los 35 seguía aquí me vestiría de azul una noche cualquiera en un bar cualquiera, y ya sabes, if you're rough enough for love, honey I'm tougher than the rest... aunque tuviera que pagar a alguien para que lo fingiera. Ya ves, estimado Bruce Frederick Joseph Springsteen Zirilli, hasta que extremos me has hecho llegar.


[De banda sonora elijan ustedes la que prefieran, y si quieren, me lo cuentan]

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