lunes, agosto 09, 2010

De regreso



Lo mejor de una semana (martes a martes) de esos benditos moscosos, es haber estado con los pies enterrados en la arena sin estar de vacaciones (éstas siempre en otoño, que las cosas buenas siempre pasan entonces, bien lo decía el poeta). No tan bueno son los por lo menos cinco kilos de más que me traigo. Lo que tiene dedicarse a no hacer absolutamente nada, excepto mimar a los que quiero; las cervezas bien frías y todas las cositas buenas que una se ha dedicado a comer. La lectura de libros absurdos (algunos más que otros): Juego de tronos, Eclipse, Luna nueva y Mankell. Las siestas al sol, el moreno casi imperceptible y el diseño de mi futura cocina en mente.

Por delante, un mes de agosto que por vez primera no borraría del calendario (aunque no tenga motivos, ni para lo contrario).

P.D. Pocos lo entienden (ni falta que les hace), pero Arjona (Ricardo) es una de ésas, de mis absurdas debilidades musicales. Y señores, que sepan que saca nuevo disco, a la venta en dos semanas. "Poquita ropa", se llama el asunto; y yo, hasta me lo compraré (tiempos lejanos aquellos en los que aún se compraban discos). Ojalá Diosito me oiga y vuelva a dignarse a pisar los escenarios españoles, que allí estará una haciedo el ridículo patria, como única caucásica en metros a la redonda. Y ahora que va a ser papá (de nuevo y con la asquerosa ésa con la que se fue al dejar a la miss boricúa) espero que se le mejore el carácter.

Acá, por si... escuchando a Djavan...

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