Olha que coisa mais linda, mais cheia de graça
Cada mañana me asomo a los periódicos con una alta dosis de escepticismo que siempre supera al afán informador o a la curiosidad diaria. Bien decía aquél que no hay nada más de cierto en ellos que el precio y la fecha.
Últimamente tanto diarios como informativos parecen ediciones revividas de aquel periódico desaparecido que si la memoria no me falla se llamaba “El caso” y se caracterizaba por dedicarse a cubrir exclusivamente lo que por aquel entonces algunos llamaban crímenes pasionales; hoy y aquí, violencia de género; y por algún que otro lugar, crímenes de honor. Así que casi nada de lo que leo o veo me sorprende ya, pero esta mañana cierto periódico se superó a sí mismo con un titular que decía algo así: "Sorpresa en la playa y en el muro de San Lorenzo por la presencia de una joven nudista".
No dudo que la chica en cuestión tuviera cierto afán de protagonismo y notoriedad, no creo que de lo contrario se dedicase a pasearse un día de principios de otoño por una playa urbana no nudista siendo como somos todas sus usuarias plenamente conscientes de que todo el paseo marítimo es una excelsa galería donde los “paisanos playos” de todo tipo y condición bien acodados en la barandilla se pasan las tardes y parte de las mañanas escrutando y analizando cada cm de carne ajena. En todo caso es muy libre de hacerlo si le place, que no es mi intención, nada más lejos de la realidad, censurar su actitud.
Lo que me parece tremendamente reprobable es que un diario que se las da de serio, líder en la información autonómica y un buen montón de bla bla bla considere noticia que una chica tome el sol desnuda en una playa.
Como bien dice el periodista autor del escrito, no es ningún delito (excepto si la exhibición va acompañada de actos obscenos, indica el diligente plumilla) y tras una velada recomendación a que acuda a otra playa nudista de las cercanías se cierra el artículo indicando que a izquierda y derecha la chica se pasea desnuda y toma el sol, respectivamente, en sendas fotografías que lo ilustran.
No entiendo mucho de leyes pero no sé hasta que punto eso no supone una intromisión al honor y a todas esas zarandajas a las que alude nuestra bien amada Constitución. En todo caso y al margen de lo absurdo de la noticia me parece un atentado contra el sentido común que los paseantes (y transcribo literalmente) no dieran crédito a lo que estaba ocurriendo, como si allí se estuviese cometiendo un asesinato.
Recuerdo que este mismo verano y en ese mismo periódico, en las sin par cartas al director que escribe la ciudadanía y que para mí son de obligada lectura, alguien se quejaba de la falta de pudor de las mujeres en las playas aludiendo a la por otro lado poco extendida práctica del “top less” en las playas del Cantábrico. Quejándose la madre de familia, pues como tal se identificaba, de que las playas ya no fueran lugares adecuados para acudir con los niños y reclamando que alguna ordenanza municipal pusiera orden reservando playas para uso familiar declarándolas zona libre de mujeres desvergonzadas, adictas a lucir sus encantos y futuribles sufridoras de cáncer de piel.
Últimamente tanto diarios como informativos parecen ediciones revividas de aquel periódico desaparecido que si la memoria no me falla se llamaba “El caso” y se caracterizaba por dedicarse a cubrir exclusivamente lo que por aquel entonces algunos llamaban crímenes pasionales; hoy y aquí, violencia de género; y por algún que otro lugar, crímenes de honor. Así que casi nada de lo que leo o veo me sorprende ya, pero esta mañana cierto periódico se superó a sí mismo con un titular que decía algo así: "Sorpresa en la playa y en el muro de San Lorenzo por la presencia de una joven nudista".
No dudo que la chica en cuestión tuviera cierto afán de protagonismo y notoriedad, no creo que de lo contrario se dedicase a pasearse un día de principios de otoño por una playa urbana no nudista siendo como somos todas sus usuarias plenamente conscientes de que todo el paseo marítimo es una excelsa galería donde los “paisanos playos” de todo tipo y condición bien acodados en la barandilla se pasan las tardes y parte de las mañanas escrutando y analizando cada cm de carne ajena. En todo caso es muy libre de hacerlo si le place, que no es mi intención, nada más lejos de la realidad, censurar su actitud.
Lo que me parece tremendamente reprobable es que un diario que se las da de serio, líder en la información autonómica y un buen montón de bla bla bla considere noticia que una chica tome el sol desnuda en una playa.
Como bien dice el periodista autor del escrito, no es ningún delito (excepto si la exhibición va acompañada de actos obscenos, indica el diligente plumilla) y tras una velada recomendación a que acuda a otra playa nudista de las cercanías se cierra el artículo indicando que a izquierda y derecha la chica se pasea desnuda y toma el sol, respectivamente, en sendas fotografías que lo ilustran.
No entiendo mucho de leyes pero no sé hasta que punto eso no supone una intromisión al honor y a todas esas zarandajas a las que alude nuestra bien amada Constitución. En todo caso y al margen de lo absurdo de la noticia me parece un atentado contra el sentido común que los paseantes (y transcribo literalmente) no dieran crédito a lo que estaba ocurriendo, como si allí se estuviese cometiendo un asesinato.
Recuerdo que este mismo verano y en ese mismo periódico, en las sin par cartas al director que escribe la ciudadanía y que para mí son de obligada lectura, alguien se quejaba de la falta de pudor de las mujeres en las playas aludiendo a la por otro lado poco extendida práctica del “top less” en las playas del Cantábrico. Quejándose la madre de familia, pues como tal se identificaba, de que las playas ya no fueran lugares adecuados para acudir con los niños y reclamando que alguna ordenanza municipal pusiera orden reservando playas para uso familiar declarándolas zona libre de mujeres desvergonzadas, adictas a lucir sus encantos y futuribles sufridoras de cáncer de piel.
Porque una es poco dada a tomar el sol, al nudismo y al “top less” por causas dermoestéticas básicamente, pero ante semejante declaración de intenciones apetece declararse en rebeldía.