lunes, septiembre 14, 2009

La mirada del otro


"I never loved nobody fully
Always one foot on the ground
And by protecting my heart truly
I got lost in the sounds
I hear in my mind
All these voices
I hear in my mind all these words
I hear in my mind all this music"


Regina Spektor

El afán proselitista en mi persona es prácticamente inexistente. No pretendo iluminar a los demás, ni guiar ni desbrozar los caminos. No me gusta pasear con alguien cogido de mi mano, ni elegir las corbatas. Ante la duda, siempre elijo la izquierda, aun contradiciendo al GPS y con riesgo de quedarse atrapado en un bosque de Vermont sin salida y sin gasolina. No soy práctica. No sé hacer café. Odio trasnochar y los días de verano. Adoro las telenovelas. Tengo infinidad de pares de zapatos que no me pongo nunca y más de una gabardina en el armario que aún no ha visto la luz. Odio los cacahuetes y los loros. Tengo mal carácter, humor sombrío y días grises. Me gustan las paredes de blanco, aunque no esté de moda. Poseo un acusado síndrome menstrual y estoy llena de interrogaciones y silencios. No me gustan los animales, aunque una vez tuve un perro y como es obvio, odio los gatos. Me gustan las mañanas heladas, los días tristes de otoño. Tengo un móvil de tarjeta, según uno de mis sobrinos, el más chungo del mercado. Un trabajo de ventanilla y vuelva usted mañana donde el tiempo pasa lentamente y un piercing en el ombligo. Ejerzo adicciones varias, los sugus de cereza y los regalices, las carreteras secundarias y el asiento trasero de su coche. Y como escribió Alejandra Pizarnik: He tenido muchos amores, pero el más hermoso fue mi amor por los espejos.




P.D. John Wayne y Maureen O'Hara en "El hombre tranquilo".

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