No hablar de algo que no sea una frivolidad propia es una norma autoimpuesta que hoy quiero romper. Sé que hay un grupo de apoyo en Facebook, pero yo, qué gran noticia, no estoy en el Facebook, ni intención que tengo y sé que eso me aleja un poco más si cabe, de la sociedad que me rodea. En todo caso, red social de adhesiones al margen, desde este humilde, literalmente, rincón, quiero mostrar mi 'apoyo' a Pepe el Ferreiro, o lo que es lo mismo, a José Naveiras Escanlar, fundador, alma máter, corazón y cabeza y director hasta ayer del museo etnográfico de Grandas de Salime, que supo poner sobre el mapa a uno de los rincones más bellos, más alejados y desconocidos del Occidente asturiano.
No voy a entrar en el fondo de su 'destitución', aunque los motivos esgrimidos por la insigne y nefasta Consejera provoquen más risa que convicción cuando después de más de 20 años se cuestione la supuesta anarquía en el funcionamiento, pero desde luego sí en las formas, humillantes e indignantes y con ese cierto apego al caciquismo que con tanta frecuencia saca a relucir nuestro ilustre gobierno autonómico.
Acabo de tomar la firme decisión de erradicar de mí la culpa. Sólo por hoy voy a convertirme en víctima, a acusar, culpar y responsabilizar a los demás, ese ente abstracto, de todo lo malo que me pase en el día de hoy. De lo bueno, como es obvio, soy dueña y señora.
Rectifico, no sólo de lo que me pase en el día de hoy, mejor digamos en la última semana o incluso en el último mes, que la lista de 'agravios' ya sería suficientemente larga y merecería el esfuercito. Básicamente porque hasta ahora no me ha pasado nada malo (ni bueno), aunque el día es largo y (no) confío en el destino. Que ese Dios al que algunos le rezan, les coja confesados. Mañana volveré a reconocer mis culpas ante el espejo.
Y es que soy muy mía y a la vez muy del cosmos, muy de las tinajas y de los moldes de galleta, de las vainas y los pomos cromados, de la cola y el carril más lento, de embalsamadores y taxidermistas, del rincón del aburrido; soy muy de los desprendidos de la crítica, fiestas provocadas y tijeretazo en casa, del orden cosas y cosas por vicio. Soy muy de todo esto y de aún más cosas. Sólo espero que alguien me reclame... sería muy violento tener que hacerlo yo misma...
Deja tus paranoias o tus deseos, gritos al aire, diarios, confesiones, declaraciones de amor o de guerra, o simplemente tu firma, tu mensaje, tus besos, saludos o consejo, bromas o entusiasmo, reminiscencias o cañones recortados, y ya descubriremos si tenemos algo de lo que hablar...
Ser ese pincel aguado por la lluvia que esboza en cada bocanada una bahía, dos volcanes y diez maneras de decir lo que deseas. Una bandada de gaviotas. La ginebra. Las noches sin futuro. Una colección de lunas llenas. Las verbenas de barrio. Una tormenta sobre el azul inmenso del océano. Arrastrando la cobija. Tristezas a la carta por alegrías. Billie Holliday rasgando la noche. Una visita imprevista y deslenguada. Los calvos que se quitan el sombrero. Las noches "nuremberianas" al calor del Eulenspiegel repletas de ron, humo y conversaciones. Aquella voz, aquel acento."Mis" poetas: Á. González, Huidobro o Cernuda. La lluvia que parió charcos y barro. Viajar en tranvía. Volar cometas. Un par de botas sucias. El canto del urogallo. Alain Delon en "Rocco y sus hermanos". Caminar sobre hojas secas. Las tímidas que salen respondonas. Aviones que despegan. Las rosas amarillas, los lirios, las violetas. Las raras excepciones. ARJONA (con mayúsculas). Medianoche en una estación de tren. La honestidad brutal de Calamaro. Una tormenta sobre el azul inmenso del océano. Aquella buhardilla en la Peissenbergstr. Silvana Mangano en "Arroz amargo". Pisar charcos. El 14 (y la lluvia) de abril. Mi chupa de cuero. La Coca-Cola (nadie es perfecto). Besos con risas. Silvio y Ojalá como coartada. Lengua con besos. El castellano de Umbral. Esencia de playa y sal de un lugar donde habitaban las gaviotas. Pisar charcos. Un vestido y un amor. Salitre 48. EL hombre del piano. Luka, el niño del 2º piso. Compay y Celia, el son y la salsa de luto. La primera mirada por la ventana al despertarse. Las noches que sonríen en forma de luna. Estoy Bartok de todo. El olor a tiempo desgastado. Simon & Garfunkel. Waits & Cohen. Los trenes que viajan hacia el este. Rosas a Rosalía. En Lisboa, sobre lo mar. El cambio de estaciones. Dylan y su hijo Jakob. Un amanecer en la playa del Silencio. El piano ha estado bebiendo. Puentes que se cruzan en ambos sentidos. El Urriellu. Una Delirium Tremens. Las carreteras secundarias. Un otoño de párpados caídos. Los domingos al sol en el Englischer Garten. Camarón sin camisa. Frambuesas en la tarta. Las sesiones de madrugada. Las montañas mágicas de esta tierra que plantó mi corazón recibiendo el regalo de la lluvia. Chavela por Jose Alfredo. Los labios que aprovechan los rincones más olvidados, más olvidables. Veloso y su fina estampa. El miedo, el futuro incierto, el camino, la búsqueda. Je vous ai apporté des bonbons parce que les fleurs c'est périssable. Los que pudieron ser y no han querido... Dream, baby dream.