Hago chas y aparezco a tu lado (II)
No pretendía eso ayer. De hecho me planteé la posibilidad de no habilitar los comentarios para esa entrada en concreto, pero eso sería la segunda vez y no creo que las excepciones deban tomarse tan a la ligera. No quería recolectar un puñado de halagos, sin duda inmerecidos y agradecidos. Ni que nadie me dijera que no me fuera. Gracias en todo caso, y gracias a quién tendió su caña de pescar por si acaso "desaparecía". Pero no, en este caso el victimismo pretendía quedarse a un lado. Sólo era una reflexión en voz alta.
Nunca pretendí que esto se convirtiera en un medio para conocer gente, porque entre otras cosas partía de que el anonimato era irrenunciable, y vayan ustedes a saber dónde se habrá quedado. Pero a veces es inevitable acabar dando ese paso. Bueno, inevitable tampoco, que si algo se quiere evitar, se evita; pero supongo que es casi consecuencia natural que al ir tendiendo puentes algunos se vayan cruzando, las más de las veces por un cúmulo de casualidades que por premeditación o alevosía.
La gente que me conoce realmente y lee esto, supongo que lo hace desde la distancia y el pudor. No es lo mismo ser sólo un personaje que se intuye o adivina, que una persona de carne y hueso, que es mucho más que un puñado de vocales, consonantes y signos de puntuación. No es lo mismo quedar un día para compartir un café porque se comparte ciudad, intereses o circunstancias. C
Y sobre eso último es sobre lo que yo reflexionaba ayer, aunque después, como tantas veces que quiero hablar de una cosa, acabara hablando de otra. La extraña sensación de no saber lo que ustedes se imaginan que soy, en el caso de que se les pase por la imaginación tal cosa.
Bromeaba con alguien hace unos días y decía que esto del blog no era un buen invento para ligar. Y no, no es que yo lo tuviera como la finalidad de escribir aquí. Nada más lejos de mi intención, que de tenerla, como es obvio, trataría de "venderme" enseñando mi mejor lado, que aunque chiquito, está ahí. Esta persona me repetía que era tan simple como que yo podía llegar a "asustar", un poco o un mucho; que era, digamos, "intensa" en algunos aspectos, tal vez demasiado. Y supongo que puede ser cierto, no sé, tampoco es ésa mi intención; ni ligar, ni parecer "intensa", ni mucho menos asustar. Pero especialmente, de lo que más lejos querría estar es de la posibilidad de decepcionar. De no ser lo que alguien espera o se imagina. De que el paso de ficción a realidad, aunque no haya nada de lo primero aquí, sea un rotundo fracaso.
[Sigue sonando Lucinda... me he hecho un mix con "Metal firecracker" y "Lake Charles",
que se repite hasta tender a infinito]
que se repite hasta tender a infinito]