Confundiendo recuerdos con cenizas
Éste se la levanta... Lo pensé. No llegue a decirlo en voz alta. Me arrepentí.
No de la hipocresía de creer o pensar y omitir. No de la contundencia y la soberbia con la que ésas palabras llegaron a mi mente. No de que en realidad me importara menos que nada.
Me avergoncé de esas palabras, de esa expresión, de ese léxico tan impropio en mí. Me avergoncé de las formas, no del contenido. Yo sólo quería irme, subirme a un taxi y quitarme los zapatos. Pasaban de las seis de la mañana y yo a las seis de la mañana sólo estoy despierta en los aeropuertos y en los trenes que viajan hacia al norte.
No quería ir, pero me lo pidieron, no lo suplicaron. Soy chica fácil en cuestión de favores y buena educación.
Ni siquiera era guapa. Tal vez de haberlo sido...
No de la hipocresía de creer o pensar y omitir. No de la contundencia y la soberbia con la que ésas palabras llegaron a mi mente. No de que en realidad me importara menos que nada.
Me avergoncé de esas palabras, de esa expresión, de ese léxico tan impropio en mí. Me avergoncé de las formas, no del contenido. Yo sólo quería irme, subirme a un taxi y quitarme los zapatos. Pasaban de las seis de la mañana y yo a las seis de la mañana sólo estoy despierta en los aeropuertos y en los trenes que viajan hacia al norte.
No quería ir, pero me lo pidieron, no lo suplicaron. Soy chica fácil en cuestión de favores y buena educación.
Ni siquiera era guapa. Tal vez de haberlo sido...