Casualidades
"Tell me what you find when you read my mind"
Read my mind - The killers
Me contaba un amigo, al que mantendré en el anonimato para proteger su integridad, una historia acerca de un ilustre y desconocido lector, a la par que fan declarado de ésta, mi persona. Sé que a él le encantaría que hablase aquí de ello, pero para proteger la mía, mi integridad, digo, de momento mantendré esa historia en la nevera por si se le ocurre regresar.
Al hilo de todo eso recordé un correo que recibí meses atrás y que en uno de mis torpes intentos por liberar mi cuenta de correo basura eliminé sin querer, sin posibilidad de recuperarlo, una vez leído pero no contestado. Lo firmaba un ilustre desconocido con una simple inicial que no supe asociar a ningún nombre conocido. A pesar de eso no parecía serle mi persona completamente ajena pues aseguraba que por casualidad o alevosía, vaya usted a saber, había llegado hasta mi blog y leyendo había llegado a la no sabía si acertada conclusión de que yo era yo. Y "yo" era alguien a la que tres años atrás había perdido la pista además de mi teléfono. Incluso conocía mi nombre de pila y daba datos bastante fiables acerca de mi vida. Sin duda me conocía, me había conocido o me conoce. No daba datos acerca de él, al margen de su inicial creo recordar que interpreté que pertenecía al género masculino. Borré el email sin darme cuenta y olvidé el asunto.
Cuando Oscar, uy, digo, mi anónimo amigo, me contó esa historia incontable, lo recordé. Debo confesar que me asusta la fragilidad de mi memoria y que sea incapaz tan siquiera de recordar quién era yo hace tres años, como para recordar al ilustre desconocido de inferida inicial que incluso tenía mi teléfono, o eso dice él.
Esto, evidentemente, es un llamamiento al desconocido, que si sigue por ahí, al otro lado, en algún lugar, se de a conocer. Prometo no borrar el correo esta vez e incluso contestar.
La otra historia, para cuando recabe cierta información y confirme mis sospechas.