domingo, julio 25, 2010



¿Se puede ir y volver de Burgos con las piernas ardiendo en el salpicadero (Quique González lo dijo antes) escuchando (y tarareando) sin cesar y continuamente estas dos canciones?

Sí, se puede, yo soy el (mal)ejemplo... Me ha entrado un mono por Bruce. Esta noche creo que me dormiré como cuando tenía 14 años, escuchando The River. De golpe me he acordado de lo mucho que me gusta este hombre... aunque en realidad nunca se me ha olvidado. Sé que alguna me entenderá, y no miro en dirección a ningún blog ;. pero en este momento daría mi mano derecha por estar en el pit de cualquier estadio (si fuera el Giants Stadium ni te cuento) de cualquier concierto de una gira de la E Street Band, con mi hombre a punto de salir al escenario recogiendo su Fender y yo allí centrada a punto de que me saque a bailar Dancing in the dark. Y es que este fin de semana se ha casado Calamaro... y toca soñar con Bruce.

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