He descubierto eso de Formspring y me ha hecho mucha gracia. Dudo que alguien tenga interés en hacerme alguna pregunta, se pueden hacer de forma anónima, por cierto. Pero ahí lo dejo, en la parte izquierda... en todo caso, prometo contestar...
Y no estoy borracha, aunque debería o parecería... que estas cosas a mí nunca me han pasado o no me pasan... Es como si hubiese mordido la manzana de Blancanieves o soplara el viento del sur y hubiese perdido la brújula que indica el norte. Que no me conozco, ni me reconozco a mí misma queriendo ser otra y estar en otro lugar... en el de cualquiera... no, no en el de cualquiera, no, en el mío, siendo yo, pero siendo esa otra... que pudiera entenderte o consolarte o apoyarte o ser... simplemente ser. Y ni siquiera entiendo por qué...
[E. se hubiese sentido muy orgulloso de mí. Él que es incapaz de soltar una sola lágrima desde la muerte de su padre, al que yo siempre he envidiado por eso, por mi tendencia a parecer María Dolorosa y ser la llorona universal siempre a punto de correrse el rímmel que nunca me quito, con mis perennes cercos oscuros bajo los ojos. Pero no, y a punto estuve, y ahí se quedaron, justo al borde, luchando por emerger sin que yo hiciera nada por impedirlo, y en el último momento decidieron dar media vuelta. Al menos sé que aún tengo lágrimas, y que probablemente más temprano que tarde, tal vez esta noche, volverán a hacer acto de presencia]
Ha resultado, el que según Sal hubiera sido el perfecto padre de mis hijos, un tipo más inteligente de lo que parecía. Se ha retirado a tiempo. Disculpándose por su vehemencia, así lo ha dicho literalmente, "creo que he sido muy vehemente, y tú tienes las cosas muy claras, Dae, clarísimas". Y yo me he sentido un poco así, rara, con la sensación de que esa retirada a tiempo le supone a él una victoria y soy yo por tanto la que quedo derrotada. Que supongo que sí, que es absurdo, bueno, exactamente absurdo no; más bien es indicio de mi elevada idiotez y falta de madurez, que un tío me rechace porque previamente le he rechazado yo sin rechazarle objetivamente porque ha resultado ser lo suficientemente intuitivo como para darse él cuenta y me sienta, no sé, ¿ofendida?... en fin, no sé qué más ha dicho, que yo en definitiva no le enviaba ninguna señal o algo así, es que ya ni le estaba escuchando, desde lo de 'vehemente', palabra que se quedó flotando en el aire hasta que se pegó a las solapas de mi americana y me di cuenta de que efectivamente, 'vehemente', lo fui yo no hace tanto, con otro, claro, se entiende; y nada mejor que recibir de tu propia medicina para darte cuenta de lo fácil que es perder los papeles con un tipo extraño y aparente; que ahora resulto ser yo la extraña, no tan aparente.
¿Duele? No, supongo que no, es obvio. Doler, duelen otras cosas. Cuando te rechaza alguien a quien tú sí deseas. Entonces el desamparo sí es absoluto. ¿Mal entendido orgullo? Probablemente, que al fin y al cabo la suya ha sido una reacción adulta. Y ya van tres de tres... retiradas a tiempo y reacciones adultas, digo; y ninguna por mi parte, todo hay que decirlo. Situada yo en el lado contrario del ring, a verlas venir.
En uno de los tres casos, sin haber sabido encajar los golpes, por cierto; que supongo ahora puedo decirlo, que me he comportado como una idiota. ¿Volvería a hacerlo?, sin duda; ¿lo seguiría haciendo?, probablemente; ¿se me pasará y/u olvidará?, supongo... ¿Quiero que se me pase?, no; ¿tendría que hacerlo?, sí. ¿Debería irme a la cama y no estar aquí contando esto? También...
Que había prometido comportarme, mantenerme sobria, alejada del teléfono y en modo olvido on. Y he cumplido... al menos una parte, no del todo, que no puedo evitarlo, o no quiero, you know, quién sabe... y es que te echo de menos, aunque esto no tenga por qué saberlo nadie... ni siquiera tú.
Y es que soy muy mía y a la vez muy del cosmos, muy de las tinajas y de los moldes de galleta, de las vainas y los pomos cromados, de la cola y el carril más lento, de embalsamadores y taxidermistas, del rincón del aburrido; soy muy de los desprendidos de la crítica, fiestas provocadas y tijeretazo en casa, del orden cosas y cosas por vicio. Soy muy de todo esto y de aún más cosas. Sólo espero que alguien me reclame... sería muy violento tener que hacerlo yo misma...
Deja tus paranoias o tus deseos, gritos al aire, diarios, confesiones, declaraciones de amor o de guerra, o simplemente tu firma, tu mensaje, tus besos, saludos o consejo, bromas o entusiasmo, reminiscencias o cañones recortados, y ya descubriremos si tenemos algo de lo que hablar...
Ser ese pincel aguado por la lluvia que esboza en cada bocanada una bahía, dos volcanes y diez maneras de decir lo que deseas. Una bandada de gaviotas. La ginebra. Las noches sin futuro. Una colección de lunas llenas. Las verbenas de barrio. Una tormenta sobre el azul inmenso del océano. Arrastrando la cobija. Tristezas a la carta por alegrías. Billie Holliday rasgando la noche. Una visita imprevista y deslenguada. Los calvos que se quitan el sombrero. Las noches "nuremberianas" al calor del Eulenspiegel repletas de ron, humo y conversaciones. Aquella voz, aquel acento."Mis" poetas: Á. González, Huidobro o Cernuda. La lluvia que parió charcos y barro. Viajar en tranvía. Volar cometas. Un par de botas sucias. El canto del urogallo. Alain Delon en "Rocco y sus hermanos". Caminar sobre hojas secas. Las tímidas que salen respondonas. Aviones que despegan. Las rosas amarillas, los lirios, las violetas. Las raras excepciones. ARJONA (con mayúsculas). Medianoche en una estación de tren. La honestidad brutal de Calamaro. Una tormenta sobre el azul inmenso del océano. Aquella buhardilla en la Peissenbergstr. Silvana Mangano en "Arroz amargo". Pisar charcos. El 14 (y la lluvia) de abril. Mi chupa de cuero. La Coca-Cola (nadie es perfecto). Besos con risas. Silvio y Ojalá como coartada. Lengua con besos. El castellano de Umbral. Esencia de playa y sal de un lugar donde habitaban las gaviotas. Pisar charcos. Un vestido y un amor. Salitre 48. EL hombre del piano. Luka, el niño del 2º piso. Compay y Celia, el son y la salsa de luto. La primera mirada por la ventana al despertarse. Las noches que sonríen en forma de luna. Estoy Bartok de todo. El olor a tiempo desgastado. Simon & Garfunkel. Waits & Cohen. Los trenes que viajan hacia el este. Rosas a Rosalía. En Lisboa, sobre lo mar. El cambio de estaciones. Dylan y su hijo Jakob. Un amanecer en la playa del Silencio. El piano ha estado bebiendo. Puentes que se cruzan en ambos sentidos. El Urriellu. Una Delirium Tremens. Las carreteras secundarias. Un otoño de párpados caídos. Los domingos al sol en el Englischer Garten. Camarón sin camisa. Frambuesas en la tarta. Las sesiones de madrugada. Las montañas mágicas de esta tierra que plantó mi corazón recibiendo el regalo de la lluvia. Chavela por Jose Alfredo. Los labios que aprovechan los rincones más olvidados, más olvidables. Veloso y su fina estampa. El miedo, el futuro incierto, el camino, la búsqueda. Je vous ai apporté des bonbons parce que les fleurs c'est périssable. Los que pudieron ser y no han querido... Dream, baby dream.