Envenenándome de azules
Hace escasos minutos bajaba la basura y me cruzaba en el portal con un vecino. Dije, murmuré, buenas noches; mientras le cedía el paso. No contestó ni agradeció el gesto...
Era la primera persona con la que intercambiaba palabras en el día de hoy, aunque no fuera estrictamente un intercambio. La primera e imagino que la última (ni voy a volver a salir a calle, ni nadie va a llamarme ya por teléfono).
P.D. Debra Paget