jueves, noviembre 12, 2009
Insensatez
Armas de mujer, esa es la clave. Dice Sal, con gesto de convencimiento absoluto. Y parece tomarse tan en serio lo que dice que hasta me siento mal cuando lo repite por tercera vez en menos de dos minutos, añadiendo que no sólo es la clave sino también mi problema porque yo no sé usar las mías. Parece ser que al menos reconoce que las poseo, no sé si eso debe servirme de consuelo aunque no puedo evitar reirme, básicamente de mí misma, por haber sentido por un breve momento un ligero ataque de pánico ante mi ineptitud absoluta por no haber llegado por mí misma a semejante conclusión. Y vuelvo a reirme de nuevo ante un nuevo ataque de pánico, si acaso no tan breve como el anterior, porque tras haber aceptado la conclusión de Sal me enfrento a la terrible realidad de mis carencias. Me siento frente al espejo que supone ella con su grandilocuentes consejos y me veo a mí misma tan insignificante y vacía y veo que hace tiempo asumí que no soy especialmente bonita, ni brillante, ni divertida, ni simpática, ni me río sin motivo pero que me creí a pie juntillas eso de que la belleza está en el interior e incluso lo llevé a la práctica, nada me seduce más que una cabeza perfectamente amueblada, pero cada vez estoy más convencida de que el día que explicaron la verdad de las relaciones humanas en clase yo debía de estar en la cama con escarlatina.
Publicado por Daeddalus 15 perdidos en el laberinto
Etiquetas: Persigo un sueño... mañana seguiré
Preludio interrumpido
He vuelto a la biblioteca ahora que no compro libros, no tengo estanterías donde colocarlos y mi limitado presupuesto tiene otras prioridades, como cambiar una puerta (para qué cambiar una cerradura si se puede cambiar una puerta). Y como no puedo vivir sin tinta fresca he vuelto a perderme en sus pasillos, a observar a los otros que también se pierden en ellos, a coger libros al azar que devoro sentada en un suelo de paredes vacías. Mi ocio es anónimo, barato y unipersonal. A lo mejor simplemente se trata de eso, de conseguir disfrutar de lo poco que tengo, de mí misma, no de los demás. Y mucho menos de él.
P.D. Bette Davis y Humphrey Bogart.
Publicado por Daeddalus 5 perdidos en el laberinto
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