Ya lo cantaba Lucinda... world without tears
La normalidad vuelve, afortunadamente, y las luces de navidad se apagan, aunque para mí la Navidad terminó extraoficialmente hace días y el día de Reyes amaneció entrada la mañana sin roscón ni regalos. No hubo carta alguna con peticiones ni buenos deseos, aunque anoche, de madrugada, algo me esperara sobre la almohada, justito al volver de la improvisada parranda, aunque yo sólo quería un café... y es que Don Julio habló por él. Y yo, claro, no supe agradecer, porque aunque me gusten las sorpresas, las que te traen cosas buenas; nunca he acabado por aprender del todo cómo mostrar mi agradecimiento.
Como tampoco he aprendido a comportarme. En realidad sé que no hay normas o reglas en este juego, aunque a mí me gustaría que las hubiera, todo sería más fácil. Tener un manual que indicara cuándo hablar y qué decir, cuándo callar y cuándo desnudarse. Que no tenga que venir Aute a recordármelo.
Como tampoco he aprendido a comportarme. En realidad sé que no hay normas o reglas en este juego, aunque a mí me gustaría que las hubiera, todo sería más fácil. Tener un manual que indicara cuándo hablar y qué decir, cuándo callar y cuándo desnudarse. Que no tenga que venir Aute a recordármelo.
6 perdidos en el laberinto:
Das pena, tía, y lo más penoso es, que todo es por un tío.
Qué curioso, porque a mí me das pena tú. Al margen de una profunda pereza.
Daeddalus, la canción es preciosa.No la conocía. Y no creo que te haga falta ese manual, demuestras un saber estar perfecto. Yo lo regalaría por ahí.
Saludos
Hombre, teniendo en cuenta que tú has amanecido muerta de asco. sin un miserable recordatorio por parte de nadie(y a tus palabras me remito) creo que no estás en condición de sentir pena por nadie que no sea por ti misma.
¿Hay campeonato de dar pena?...
(pena.(Del lat. poena).
1. f. Castigo impuesto conforme a la ley por los jueces o tribunales a los responsables de un delito o falta.
2. f. Cuidado, aflicción o sentimiento interior grande.
3. f. Dolor, tormento o sentimiento corporal.)
Pues... estamos apañaos, por mi, os la podéis repartir toda entre vosotros.
Como decía mi tío Gerardo: parece que las vacas tienen la mirada triste, pero no es así, simplemente viven despreocupadas y blablablá blablablero...
No lo sé, estimado Anónimo, espero que me lo diga usted mañana cuando se mire en el espejo.
Reciba un cordial saludo.
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