Esta tarde finalmente logré sentarme a estudiar. Ordené apuntes, desparramé legislación, afilé lápices y saqué los colores. 20 artículos, lo que me sitúa en el 40 de la Ley de Contratos del Sector Público. Primer objetivo cumplido.
Caminé durante horas hasta el agotamiento. El teléfono felizmente olvidado en la repisa, y ya de vuelta conseguí no tenerlo a mi vera y no dejar de mirarlo insistentemente con la ilusión de conjugar un temblor.
Tampoco bailé con él de mano en mano, paseando pasillo arriba, pasillo abajo entre dudas y números que finalmente ni suman dos, ni una voz que al otro lado dice 'hola'.
Pero no conseguí retener mis palabras, no del todo...
Y no he logrado sacarme esta canción de la cabeza.
Y es que soy muy mía y a la vez muy del cosmos, muy de las tinajas y de los moldes de galleta, de las vainas y los pomos cromados, de la cola y el carril más lento, de embalsamadores y taxidermistas, del rincón del aburrido; soy muy de los desprendidos de la crítica, fiestas provocadas y tijeretazo en casa, del orden cosas y cosas por vicio. Soy muy de todo esto y de aún más cosas. Sólo espero que alguien me reclame... sería muy violento tener que hacerlo yo misma...
Deja tus paranoias o tus deseos, gritos al aire, diarios, confesiones, declaraciones de amor o de guerra, o simplemente tu firma, tu mensaje, tus besos, saludos o consejo, bromas o entusiasmo, reminiscencias o cañones recortados, y ya descubriremos si tenemos algo de lo que hablar...
Ser ese pincel aguado por la lluvia que esboza en cada bocanada una bahía, dos volcanes y diez maneras de decir lo que deseas. Una bandada de gaviotas. La ginebra. Las noches sin futuro. Una colección de lunas llenas. Las verbenas de barrio. Una tormenta sobre el azul inmenso del océano. Arrastrando la cobija. Tristezas a la carta por alegrías. Billie Holliday rasgando la noche. Una visita imprevista y deslenguada. Los calvos que se quitan el sombrero. Las noches "nuremberianas" al calor del Eulenspiegel repletas de ron, humo y conversaciones. Aquella voz, aquel acento."Mis" poetas: Á. González, Huidobro o Cernuda. La lluvia que parió charcos y barro. Viajar en tranvía. Volar cometas. Un par de botas sucias. El canto del urogallo. Alain Delon en "Rocco y sus hermanos". Caminar sobre hojas secas. Las tímidas que salen respondonas. Aviones que despegan. Las rosas amarillas, los lirios, las violetas. Las raras excepciones. ARJONA (con mayúsculas). Medianoche en una estación de tren. La honestidad brutal de Calamaro. Una tormenta sobre el azul inmenso del océano. Aquella buhardilla en la Peissenbergstr. Silvana Mangano en "Arroz amargo". Pisar charcos. El 14 (y la lluvia) de abril. Mi chupa de cuero. La Coca-Cola (nadie es perfecto). Besos con risas. Silvio y Ojalá como coartada. Lengua con besos. El castellano de Umbral. Esencia de playa y sal de un lugar donde habitaban las gaviotas. Pisar charcos. Un vestido y un amor. Salitre 48. EL hombre del piano. Luka, el niño del 2º piso. Compay y Celia, el son y la salsa de luto. La primera mirada por la ventana al despertarse. Las noches que sonríen en forma de luna. Estoy Bartok de todo. El olor a tiempo desgastado. Simon & Garfunkel. Waits & Cohen. Los trenes que viajan hacia el este. Rosas a Rosalía. En Lisboa, sobre lo mar. El cambio de estaciones. Dylan y su hijo Jakob. Un amanecer en la playa del Silencio. El piano ha estado bebiendo. Puentes que se cruzan en ambos sentidos. El Urriellu. Una Delirium Tremens. Las carreteras secundarias. Un otoño de párpados caídos. Los domingos al sol en el Englischer Garten. Camarón sin camisa. Frambuesas en la tarta. Las sesiones de madrugada. Las montañas mágicas de esta tierra que plantó mi corazón recibiendo el regalo de la lluvia. Chavela por Jose Alfredo. Los labios que aprovechan los rincones más olvidados, más olvidables. Veloso y su fina estampa. El miedo, el futuro incierto, el camino, la búsqueda. Je vous ai apporté des bonbons parce que les fleurs c'est périssable. Los que pudieron ser y no han querido... Dream, baby dream.
6 perdidos en el laberinto:
¡Ánimo! Ya sólo te quedan 350 artículos?
Yes, you can!
Besos
Leyes, mi mundo sin fin... Pero mejor que mirar y mirar el teléfono. Mejor que esperar. Me agota.
Esa es una de mis frases de vida.
Un centimo por tus pensamientos (ahora digo un euro -es que soy un generoso increible-).
La verdad es que pocas veces he conseguido que aclararan mi famosa curiosidad.
Pero intentandolo, llevo decadas.
Bien por el estudio.
Y por no estar pendiente del telefono no se que decirte, porque no se lo que prefieres.
¡¡Eso!! Haz lo que prefieras.
No me digas que tú también andas a vueltas con las oposiciones?
Sí, Aida... con la promoción interna, aunque dudo muy seriamente que alguna vez llegue a aprenderme el resto de 350 artículos.
Tú por lo menos tienes plaza. Yo estoy interina, como casi todos... Y ahora sin exámenes...imagínate...
Publicar un comentario