No contenta ni satisfecha con haber estrellado mi coche, conmigo dentro, of course, pero eso sí, con el cinturón y a poco más de veinte por hora (no tengo clase ni para tener accidentes) cuando por fin lo recupero, descubro que he perdido las llaves (y no tengo copia)... Lost to the river. He rastreado mis cincuenta metros cuadrados y nada (acabo de descubrir las ventajas de no tener muebles para estos menesteres), he interrogado al portero, recorrido palmo a palmo el garaje, los dos ascensores y el camino que los une, y nada. Desaparecidas y mañana es viernes y yo quería exiliarme el fin de semana de mi exilio interior y no me gusta ir cargada como una mula en el transporte público y ya me veo en esta ciudad en la que nunca hay nadie en domingo y no tengo otros planes y estoy sola y adicta a series que no puedo ver porque mi disco duro externo de almacenaje ha decidido jubilarse y no tengo a quién echarle la culpa de mis cotidianas desgracias... Patética vida la mía...
jueves, enero 28, 2010
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7 perdidos en el laberinto:
pues sí, qué asco de jueves
C.
Es, como mínimo, para reirse de una misma, qué menos que empieces por ahí!
Esta ciudad en la que nunca hay nadie los domingos.
Qué bonita ciudad.
:)
¿Le has registrado los bolsillos a tu compañero de trabajo? Los hay muy rencorosos.
Por cierto, a mí sí me gustan las ciudades vacías. Incluso en domingo.
En realidad las ciudades debería vaciarse por decreto los domingos, festivos, fiestas de guardar y sábados por la mañana. Pero este domingo mi vida estará demasiado vacía, si al menos pudiera confundirme con la gente…
"Heaven knows you're miserable now!"
No digas eso, anda... es que a veces se está en el espacio y/o tiempo equivocado, y por mucho que una intente, todo apesta. A mí tampoco me gustan los domingos vacíos, a veces me siento muy sola sabiendo que las calles están desiertas.
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