jueves, enero 28, 2010


Qué bien sienta de cuando en cuando, especialmente por ser la excepción, cabrearse, enfadarse e indignarse, no necesariamente por ese orden. Especialmente cuando no es contigo, sino con otro. Y no, nada que ver con mi declaración de intenciones de ayer. Este enfado-cabreo-indignación (puede que por este orden) tiene una motivación justa, clara, premeditada y alevosa. Aunque nada me guste menos que eso, que los malos rollos, las malas caras y la retirada de improbables afectos y saludos. Hay límites que nunca deberían cruzarse, porque una vez que se cruzan es muy difícil, por no decir imposible, volver atrás. La cordialidad y la buena educación no implican necesariamente ser una gili* que traga con todo. Una vez dije que tenía los sentimientos de una ameba, hoy le retiro el título, ofendería a las amebas con la comparación y además no creo que éstas tengan capacidad para mentir. Yo lo tolero todo, la confusión, la mediocridad o la falta de talento, pero nunca, jamás, aprobaría la mentira, y menos aún, si ésta es reiterada. Cómo vamos a pasar a partir de ahora siete horas diarias frente a frente, en realidad algo menos de seis y media, descontando la media hora de café de rigor, es un 'problema' que él tendrá que resolver, no yo. Ya he perdido suficientemente el tiempo concediéndole el beneficio de la duda, que para mí todo el mundo es 'bueno' mientras no se demuestre lo contrario.


4 perdidos en el laberinto:

El Buscador de Miradas dijo...

Lo vuestro me huele a romance del bueno. De esos que comienzan con enfados e indignación y terminan con apasionados arrebatos entre las estanterías.

Os espera una primavera muy bonita.

Daeddalus dijo...

Puede que del odio al amor haya un paso, al menos eso dicen algunos, pero no es el caso, porque yo no odio, me parece un sentimiento demasiado grande como para malgastarlo en alguien así. Me da lástima y le he perdido el respeto, y en eso ya no hay vuelta atrás. Me enamoraría antes incluso de ti que de alguien así.

Yo también me deseo una primavera bien bonita, pero con otro.

Lolita Lamento dijo...

{Lo de incluso yo lo retiraría a tiempo, querida Dae, pero eso yo :)}


Respecto a la primera parte, la normalidad es un bien de lujo... me he sentido totalmente identificada con tu texto, y me ha hecho pensar que con algunas personas, quizá secundarias pero rabiosamente oportunas, estoy en deuda de por vida.

La primavera ya llegó y nadie se da cuenta ;D

Lolita Lamento dijo...

Hablaba del post que le sigue a éste, claro. Sorry.

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