martes, febrero 02, 2010

V.O. (II)



Digo yo, que si alguien se toma la molestia de escribirme anónimamente vía email, la dirección aparece en el perfil, que por una vez no sea para “pedirme explicaciones”. Podría, estimado Anónimo, invitarme a cenar u ofrecerme un plan absolutamente indecente, que ya me encargaría yo de rechazarlo, o no. Pero mientras esas proposiciones llegan, que no llegarán, me temo, le aclaro al Anónimo, por requerimiento, qué se encontró el portero, al que por cierto no dejo de encontrarme desde entonces en todo momento y lugar. Bajo a sacar la basura con nocturnidad y alevosía, y allí está él con esa media sonrisa. Salgo furtivamente camino del trabajo a las siete menos cinco de la mañana y me doy de morros con él al salir del ascensor. ¿Es que este hombre nunca descansa?

El desorden generalizado no me suponía un problema. Ni la exposición de zapatos, de botes de pintura vacíos, de plásticos y cartones o de puertas fuera de su quicio. No, lo malo ni tan siquiera era que hubiese hecho la colada y a falta de un 'tendedero' cualquier lugar fuera bueno para colgar la ropa a secar. Había lavado lo que mi madre llamaría 'la ropa blanca' y al margen de una colección de vaqueros mojados colgados de los lugares más insospechados, ofrecía una exhibición de ropa interior colgada de los radiadores. Los mismos que él, uno por uno, revisaba para comprobar si efectivamente se calentaban, apartando con delicadeza bragas, tangas, sujetadores, medias y hasta un liguero. Exhibir pública e involuntariamente mi ropa íntima no se encuentra precisamente entre mis aficiones preferidas.

Plantada en jarras delante de la puerta del dormitorio. Virgencita, virgencita, que aquí no entre, aunque mi 'humillación' no pudiera ya incrementarse porque viera donde dormía. Qué ingenuidad por mi parte. No hubo manera de detenerle. 'Hay que revisarlos todos', murmuraba mientras se daba de bruces con el colchón en el suelo, eso sí, la funda nórdica cuidadosamente doblada sobre él. A un lado, a modo de mesilla de noche, una caja. Sobre ella, el despertador, dos teléfonos, laca de uñas, las gafas de leer, media naranja, la pinza para el pelo, libros desparramados, crema hidratante, la Ley de Contratos del Sector Público, una caja de moscovitas vacía y ya saben, mujer blanca soltera busca, los preservativos desperdigados y el vibrador en conveniente posición erecta... Creo que tardaré mucho en atreverme a mirarle a la cara.

17 perdidos en el laberinto:

Anónimo dijo...

no había pensado en eso.
quieres cenar conmigo?

no habia sabía que usabas la ley de contratos como sonifero.
que mas te puede pasar hoy
sonrie :)

Anónimo dijo...

Y digo yo, ¿qué clase de terapia es esa en la que se airean cosas tan íntimas como las que cuentas?

No te lo tomes a mal, entiendo que pueda ser una válvula de escape, pero no acabo de entender qué clase de mecanismo de autoayuda puede suponer para alguien el describir dónde cuelga las bragas, cuántos preservativos tiene por el suelo o el morbo que produce que los vea un portero.

Daeddalus dijo...

Hay tres palabras, como poco, que yo no he usado, morbo, terapia y auoayuda. Para todo lo demás...

El Buscador de Miradas dijo...

Diga la verdad, no se atreve a mirar al portero porque le ha visto los discos de Rocío Jurado y Paquita la del barrio.

PD: Queremos fotos. :)

Anónimo dijo...

Obviamente que no las has usado, pero a las cosas hay que llamarlas por su nombre, sin rodeos y sin complejos. ^_^

Daeddalus dijo...

¿Fotos de los discos? Ya quisiera Vd. poseer tan vasto y exquisito gusto musical. Pasar de Raphael a Sibelius sólo es digno de unos pocos privilegiados.

Daeddalus dijo...

Anónim@, si lo estimas conveniente me pasas la factura y me ahorro la próxima sesión de psicoterapia.

Lolita Lamento dijo...

Madre del amor hermoso.


¿Sabes esos minitendederos pequeñajos, casi ad hoc, con forma de pulpo que venden en Ikea?
Son menos novelescos que colgar un liguero en un radiador, pero tienen un punto naif que podría haberte ahorrado muchos matices con el portero, porque... ¿qué edad hablamos que ronda el portero? Y lo más importante, ¿a cuánto asciende el diámentro de su bartola (proporcional al tiempo que te queda de aguantarle la media sonrisa)? ;D

Eres un(a) crack, baby ;D

Hedonista dijo...

dejémonos de imposturas imposibes y de poses elegantes: tod@s somos culpables de guardar secretos inconfesables (excepto si se confiesan a la luz de las velas en un colchón en el suelo y con el zumbido de fondo de un replicante vibrador)

PD: me encanta el texto. No te cases con el anónimo, casate conmigo!!

bss y canciones, Dae

I need a miracle dijo...

Jajajaja, cómo me he divertido con esta entrada. He de confesar que yo también soy de las de radiador-tendedero, es que quedan tan calentitas... Y yo no preocuparía demasiado por el portero, seguro que en su larga vida profesional, habrá visto cosas peores ;)

Bueno, un saludo y si no te importa, volveré por aquí que me ha gustado el lugar.

Anónimo dijo...

jajaja hoy me vida es un poco menos triste!!




C.

Pele Ón dijo...

Las dos últimas líneas no las habías confesado antes. No te propongo nada, tengo que serenar ahora mismo mi vida, pero ánimo, que seguro que contigo estás bien acompañada.
Hay dos cosas en el universo: tú, y todo lo demás. Adivida cuál es la más importante.
bs

Nebroa dijo...

Qué bien mientes capulla! :p

Anónimo dijo...

¿Preservativos, vibradores?, de verdad te crees que alguien se puede creer esa fula.
No te entiendo, te pasas medio blog ejerciendo de pija y otro medio de ninfomana de andar por casa.

PD: Eso debe ser lo que ahuyenta tu vida sentimental, que no sabes lo que quieres.

Anónimo dijo...

¿Preservativos, vibradores?, de verdad te crees que alguien se puede creer esa fula.
No te entiendo, te pasas medio blog ejerciendo de pija y otro medio de ninfomana de andar por casa.

PD: Eso debe ser lo que ahuyenta tu vida sentimental, que no sabes lo que quieres.

Maeve dijo...

Jamás entenderé a vuestros trolls.
Les tenéis encoñados.

Fiebre dijo...

Como le he dicho a Busca, transcribo literal:

Hacía tanto tiempo que no me desternillaba tanto con un blog comparando dos versiones del mismo hecho.
Me haceis pasar unos ratos insuperables.

Ya sabes el dicho ese de: "Nada es verdad ni es mentira, todo es según el color del cristal conque se mira."

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