viernes, octubre 29, 2010

Should I stay or should I go

Odio ser tan dependiente de los demás, trazar planes siempre en función de otros, y que esos otros, no uno, ni dos, sino tres, me dejen plantada y yo no sea capaz de seguir caminando en esta tarde de viernes bajo la lluvia y esta vez sí, sin paraguas. 

Learning how to live



"I can't feel my love anymore
I can't feel my love anymore
mystery and the splendor
don’t thrill me like before
I can't feel my love anymore

I don’t want to talk to anyone
I don’t want to talk to anyone
all the words that used to work
are melted in the sun
and I don’t want to talk to anyone

Faces look familiar,
but they don’t have names
towns I used to live in
have been rearranged
Highways I once traveled down
don’t look the same
Everything has changed
Everything has changed

I can’t find my joy anywhere
I can’t find my joy anywhere
all the magic vanished into the misty air
and I can’t find my joy anywhere

Now I don’t know where my faith has gone
Now I don’t know where my faith has gone
from the wonder I had a sense of
to the brightest star that shone
and now I don’t know where my faith has gone

Faces look familiar,
but they don’t have names
towns I used to live in
have been rearranged
Highways I once traveled down
don’t look the same
Everything has changed
Everything has changed".






P.D. Marilyn Maxwell y Richard Conte




[Tengo que desengancharme, y no sólo de Lucinda... a lo mejor debería volverme lesbiana]

jueves, octubre 28, 2010

Si tú estás, me vale cualquiera...



Parece ser que sí, que esta vez es la buena y que habemus concurso de traslados. Desde hace unos días circula un borrador con vacantes y todas las novedades que parece ser se incluyen en la forma de provisión. Y que sí, que ésta es la buena, la buena noticia, se entiende.

La mala, la cara B... después de esperar casi un año podrían haber esperado unos meses más, hasta febrero, por ejemplo, que es cuando cumplo yo dos años en este puesto de trabajo y así poder optar a cualquier plaza fuera de la Consejería que tan amablemente me acoge. Pero no, como no alcanzaré los dos años por poquito, sólo puedo moverme dentro de ella. Primera reducción drástica del número de plazas a las que puedo optar.

Segunda reducción al descartar las plazas en las que ganaría aún menos de lo que gano ahora. Me muero por salir de aquí, pero el maldito parné me hace más falta que nunca, que acaban de revisarme la hipoteca. Así que un puesto base sin complemento alguno no es opción.

¿Qué me queda entonces dentro de esta Consejería y con algún tipo de complemento como el que ya tengo? O quedarme donde estoy, que tampoco es una opción, o cínco míseras plazas que estarán más solicitadas que Carlos Chaouen en un día de feria.

De esas cinco, en realidad, debería quedarme con cuatro. Porque una se va a ir para alguien que conozco, interesado y con bastante más antigüedad que yo.

Otra está situada tres armarios más allá de la mía y sospecho que está tan vacía de contenido como ésta, sin contar que mi actual ordenador es mejor y que renunciar a la ventana y a ver la gente pasar por la calle Coronel Aranda es mucha renuncia.

En resumen sólo tres opciones, que dada mi escasa antigüedad y lo solicitadas que imagino estarán, me dejan en bastante mal lugar y con pocas, poquísimas posibilidades. Pero no desisto, y la esperanza es lo último que se pierde, que claro, está la opción de irme fuera de Oviedo, y pongamos elegir Tineo o Cangas del Narcea... que obviamente no es opción, aunque en ese caso no tuviera rivales.

Habrá que comenzar a sacar velas y conjurar a la suerte que siempre tan esquiva me resulta...



Y en realidad esto no es más que una excusa para escuchar a Carlos Chaouen...




"Qué te diría
Después de tantos años que me identifican
Tras algunos colchones de casas ajenas
Y desayunos con otras en camiseta


Qué te diría
Después de los partidos de cada domingo
Fui más cauto en el ilusionismo
Y la avería del mundo sigues sin vida 


Te diría que tengo los zapatos sucios
El alma desangrada de tantas mentiras
Te diría que tengo sólo el tiempo justo
Sin embargo tengo todo el tiempo del mundo


Dame la mano que contigo es más llevadero
Este camino que conduce del cielo al infierno
En mis descuidos no me tomes muy en serio
Dame un papel protagonista en tus sueños


Qué te diría
Despues de las palabras detrás de la hoguera
Algunos revolcones en otras melenas
y canciones sonando en cada estrella


Qué te diría
Que a veces me pierdo en mi fantasia
Y me gustan los bares donde se hace de día
Y los amantes que buscan las esquinas


Te diría que tengo las manos cansadas
Pero las tengo a punto para otras batallas
Te diría que tengo sólo el tiempo justo
Sin embargo tengo todo el tiempo del mundo


Dame la mano que contigo es más llevadero
Este camino que conduce del cielo al infierno
En mis descuidos no me tomes muy en serio
Dame un papel protagonista en tus sueños


Dame la mano que contigo es más llevadero
Este camino que conduce del cielo al infierno
En mis descuidos no me tomes muy en serio
Dame un papel protagonista en tus sueños".




P.D. Katherine Herpburn (que digo yo que no necesita presentación).

Como Joni Mitchel, quiero que me dejes hablar y escupir mi amargura nacida del dolor y de las noches sin dormir



No me gusta, imagino que como a tantos, escuchar las conversaciones ajenas vía teléfono móvil. En el autobús, a punto de subirse al avión o al bajarse, en las estaciones de tren, o en plena calle, en la cola del supermercado, en la del cine e incluso a veces, dentro de la propia sala. Y tampoco me gusta, obvio, que se escuchen las mías. Por pudor, básicamente, y porque siempre me siento extraña con un teléfono en la mano. Aunque después sea capaz de mantener interminables conversaciones telefónicas si se da el caso, que se da, alguna vez, pocas.

Suelo caminar muy deprisa. Muy, muy deprisa cuando voy a solas, y bastante deprisa cuando lo hago acompañada. Casi parecería, y en muchos casos así es, que llego tarde a algún lado. Así que, aunque odie ir caminando y hablando en plena calle por el móvil, raramente mis conversaciones son captadas por oídos ajenos. Paso como una exhalación.

Hace un rato volvía de una interminable, y todo hay que decirlo, divertidísima, reunión, cuando suena el teléfono y aparece la voz de mi amiga Sal al otro lado con el clásico "¿puedes hablar?"... Pues sí, puedo, que voy camino a la oficina, y estoy en la calle, aunque intuyo que va a ser una llamada interminable, que ha vuelto a la fase ni contigo ni sin ti. Pero no, es bastante concisa, sorprendentemente... ha decidido dejarle, sí, pero no del todo. Que bueno, que se ha levantado con la convicción del ya no más, pero a lo largo que ha ido pasando la mañana la determinación se ha ido diluyendo. Y vuelta a empezar. Que digo yo que si somos amigas desde hace casi veinte años será por qué algo tendremos en común.

Y como es sí, pero no, y vuelta a empezar aunque ya no más, ha decidido recurrir a las clásicas listas de pros y contras, que a ella en estos y otros casos, siempre le funcionan. A un lado lo bueno, al otro, lo menos bueno; porque malo, lo que se dice malo, desde hace un par de horas que no encuentra nada... y de repente se queda sin nada más que contar o que querer contar, y esto, cuéntame tú algo, que tú también deberías hacer una lista a dos columnas... Y yo, esto, ¿por qué?, si a mí todo me va bien, si yo siempre bien, si las cosas están bien, tú sabes, siempre bien, todo bien...

Y no sé, pero de repente rompo a hablar y a contar... y no paro. Aunque sé que ella ha dejado de escuchar hace un rato, que yo siempre he sido muy cómoda de tratar porque nunca rompo diques ajenos, hasta que lo hago, en ese preciso instante, y empiezo a contarle una historia de la que nunca antes le había hablado, o muy poco y a grandes rasgos, pasando casi de puntillas, contando sin contar. Y de repente me veo parada en un semáforo, hablándole en voz alta al teléfono y con un tipo mirándome con una media sonrisa a mi lado escuchando lo que estoy contando... Hacía mucho tiempo que no cruzaba un semáforo en rojo.





P.D. Y creo que sí, que haré esa lista a dos columnas... y la colgaré aquí, obvio.

miércoles, octubre 27, 2010

De horas, días infernales, comportamientos improcedentes y es la falta de amor la que llena los bares




Hoy ha sido un día, laboralmente hablando, infernal. ¿Quién dice que los funcionarios no trabajamos por las tardes o que nunca nos exigen tareas que deberían estar para ayer con jefes que de vacaciones en la otra punta del mundo dejan instrucciones imprecisas e inexactas o que no nos grita el de presupuestaria porque si no tenemos las fichas de acreedores para las nueve de la mañana cuando en realidad ya son las cuatro tropecientos buenos ciudadanos que no tienen culpa de la ineficacia y el mal funcionamiento de la administración pública asturiana se quedarán sin cobrar la subvención que les pagarán no antes de tres meses por una reclamación impuesta hace casi dos años?

Reconozco que trabajar contrarreloj por primera vez después de tanto tiempo no ha estado mal del todo.



Y durante al menos unas horas me he olvidado de lo idiota que puedo llegar a ser...










"Por lo menos te he mandado cien mensajes
super cursis en plan sueño con tu boca.
Por favor, no se lo cuentes a nadie,
que esta noche es que estoy un poco idiota.

Quizás me he cargado más la última copa.
El caso es que estaba fría mi cama
y te echaba de menos mi pijama
y de abrazarte y de estrujarte me moría de ganas.

Soy igual que un niño castigado sin recreo,
dibujando corazones cada vez que no te veo.
Pero, no pasa nada, mañana se me quita.
Olvida mis chorradas, demasiadas cervecitas.

Simplemente te he mandado cien mensajes
super cursis en plan sueño con tu boca.
Por favor no se lo cuentes a nadie
que esta noche yo es que estoy un poco idiota.

Esto debe ser como una gripe.
En vez de fiebre lo que ocurre es que sonríe
mi cara si recuerdo los momentos en que te siento
tan cerca y me entretengo
dibujando corazones como un niño sin recreo.
Con lo golfo que yo he sido y lo tonto que hoy parezco.

No me tomes en serio, yo al menos no lo haría.
Pero, cuelga tu primero, (¡Joder macho vaya día!!).

Y es que encima te he mandado cien mensajes,
super cursis en plan sueño con tu boca.
Por favor no se lo cuentes a nadie
que esta noche yo es que estoy un poco idiota.
(mal te veo, rafita, mal te veo)".




P.D. 1 Rafa Pons toca en el Clandestino el viernes (C/Cabo Noval). Y por cierto mañana en la  sala Acapulco (Casino de Gijón), Arizona Baby + Los Coronas... Y si no, siempre nos quedarán los bares...

P.D.2 Louise Lasser


[Y sigue sonando Lucinda...]

I want my soul to feel brand new






Me cuenta Sal, en medio de su penúltima crisis erótico-senti-existencial con ese impresentable con el que comparte la parte de su vida y de su cama que él le permite compartir, que se ha pasado casi una hora llorando y borrando mensajes de móvil y correos, a modo de anticipo para borrarle de su vida. Aunque ambas sabemos que podrá borrar lo primero, pero no lo segundo. Extraño caso de dependencia el suyo, o tal vez es que todas lo sean, las dependencias, irracionales, digo.

Supongo que aunque debe de ser una buena catarsis, al margen de cuestiones de espacio, virtual, y sin atender a la higiene mental; yo nunca lo he hecho, básicamente porque soy de efectos más inmediatos, sin criterio alguno saco la goma y fijo, limpio y doy esplendor sobre la marcha. Si no voy a contestar, para qué mantenerlo, y si voy a hacerlo, una vez hecho, para qué mantenerlo.

Bueno, venga, sí, que alguno o algunos conservo, y quién no, pero esto no se lo cuenten a nadie... pero no es norma, es excepción, que de cuando en cuando llega un puñado de frases dignas de ser recordadas, atesoradas durante un tiempo para ser releídas, o no, que a veces sólo cuenta que estén ahí. Aunque inevitablemente siempre, más temprano que tarde, llegue el momento en el que mantenerlos sea absurdo y no quede más remedio que la purga. Por mucho que joda duela. Porque duele, para qué negarlo, al menos en algunos casos.

Por ejemplo tengo un email en mi bandeja de entrada fechado el 8 de julio de 2010. Es el más antiguo del puñado de ellos que conservo, que sí, que conservo unos cuantos pese a todo, y ahí se quedarán una buena temporada. No sé por qué no lo borro, si ni siquiera lo contesté. Una felicitación de cumpleaños, mi respuesta, la respuesta a mi respuesta... y ahí se quedó, testigo mudo de una comunicación truncada. No dice nada importante, ni digno de recuerdo, ni siquiera de alguien que lo sea. Pero supongo que de alguna forma el día que lo borre habré borrado una parte de mí, que si bien yo mutilé de mi vida, de momento, paradójicamente, quiero que siga ahí.

Con los SMS me ocurre algo parecido. En cuanto envío uno, lo borro ipsofactemente, como diría Fever; de forma compulsiva e irreflexiva. Y claro que hay excepciones, muchas, tal vez demasiadas; aunque a día de hoy, y ni siquiera tengo que coger el teléfono y mirar para comprobarlo, sólo conservo un primer mensaje enviado por mí, que de momento sé que no voy a borrar.

En el buzón de entrada ocurre lo mismo, recibo y borro, conteste o no conteste. Y sí, conservo alguno, pocos, pero ahí están, y lo que les queda, supongo. El día que los borre habré vuelto a la normalidad, el caso es que no sé quiero despertar... o no puedo.






P.D. Helen Mack y Chester Morris

You should have a little faith in me





Esta noche toca el gran John Hiatt en Madrid, viernes en Barcelona y sábado en Donosti. Y yo no podré estar en ninguno de los tres, como mucho el viernes escucharé a Rafa Pons, que aunque tan sólo sea por ese 'un poco idiota' con el que tan identificada me siento últimamente, ya merecerá la pena.

Siento tremenda envidia de los que disfruten de él hoy en la Joy, y sin duda estaré en espíritu. Que John Hiatt, a lo largo de los años y sin hacer demasiado ruido aparente, ha ido colocando un más que estupendo buen puñado de canciones.

Tómenselo como tarea para el día de hoy, descubrir a John Hiatt. Nunca me lo agradecerán lo suficiente.





P.D. Lotte Lenya

Como cantaba el Lichis, te he apuntado en una barra de hielo mi dirección y mis mejores deseos...




Sigo sin pillarle el punto al Facebook, supongo consecuencia de mi más que evidente carencia de habilidades sociales; y excepto escribir alguna tontá de cuando en cuando y colgar canciones vía Spotify, poco uso le doy. Por cierto que no he colgado aún ninguna de la Jurado, aunque a estas alturas poca reputación e imagen me quede por mantener a buen recaudo. Y de ser sincera, está comenzando a asustarme un poco... El Facebook, digo, no mi reputación; que ésa ya no tiene remedio.

Hace un par de días en fase de aburrimiento agudo me puse a buscar, tratando de recordar sin demasiado éxito, a mis viejas compañeras del colegio. Llegué a encontrar a tres, y como es obvio no tenía nada que decirles. No más fructífero, pero sí más divertido fue tirar del hilo de los amigos de amigos y encontrarse con que en ese irreal mundo, enemigos irreconciliables en la calle, se envían saludos y felicitaciones virtuales. Yo sigo sin caerme del guindo y sin entender cierto tipo de ¿amistades?

Porque ésa es otra, y no, no hablo de tener más de mil amigos, que supongo todo es posible. Acaso no presume Sánchez Dragó de haberse acostado con más de mil mujeres, ¿o era Julio Iglesias? No, hablo de "mis amigos", como aquél que me envió una invitación, y vaya, tu quoque, Brutus, fili mi, con la de tiempo que hace que no nos vemos y la cantidad de veces que nos repetimos que tenemos que ponerle remedio, pues va y le acepto, a ver si vía Facebook nos ponemos de acuerdo en fecha y hora. Pero va a ser que no, que a las dos horas me dice que me borra, que apenas usa el Facebook (aunque su muro demuestre lo contrario) y que fue por error, no sé qué historia del correo electrónico. No es que me importe, pero me pregunto si eso significa que si nos cruzamos por la calle va a cambiar de acera y evitar saludarme, y eso sí me preocupa. Supongo, debería.

Después están los que me envían sus invitaciones con grandes alharacas, "qué alegría Dae, verte por aquí y bla bla bla", y luego ignoran tu existencia por completo y parecen contestar y hacer caso a todo el mundo excepto a ti. También me pregunto si es sinónimo de que la próxima vez que nos veamos van a retirarme el saludo.

En tercer lugar los que no dejaban de enviarme invitaciones cuando yo no estaba en Facebook, y que cordialmente reenvié cuando finalmente me uní, más por reciprocidad, cortesía y educación, que por otra cosa, todo hay que decirlo. Ahora, semanas después de que no las aceptaran, ya he logrado comprender que sin duda las suyas fueron, por tanto, "un error".

Mención aparte merece la gente que no conoces de nada, ni siquiera virtualmente, que al fin y al cabo ya es un tipo de conocimiento, que te abruma, literalmente, con invitaciones. Concluyo entendiendo que muchas de ellas, tal vez la mayoría, son "errores".

Y claro, esto me lleva a preguntarme si la escasa gente que tengo como "amigos", de veras les apetece serlo y estar ahí o han aceptado "como un error" mi invitación; o viceversa, y me enviaron la suya también equivocadamente. Porque ése sí que es el auténtico error. Así que de de darse ese caso, hagan el favor de borrarme, que yo aún no he aprendido a hacerlo, que a desfacedora de encuentros nadie me gane.







P.D. Laura Antonelli

martes, octubre 26, 2010

Dice Quique que de haberlo sabido no hubiera sido la noche en tu espalda, ni hubiera habido corazón en la garganta...



"Hoy que llevo en la boca el sabor a vencido
procura tener a la mano a un amigo que cuide tu frente y tu voz.
Y que cuide de ti, para ti y tus vestidos
y a tus pensamientos mantenlos atentos y a mano a tu amigo.

La importancia de verte y morderte los labios de preocupación
es hoy tan necesaria como verte siempre
como andar siguiéndote con la cabeza en la imaginación.
Porque sabes, y si no lo sabes, no importa,
yo sé lo que siento, yo sé lo que cortan después unos labios
esos labios rojos y afilados
y estos puños que tiemblan de rabia cuando estas contenta.
Que tiemblan de muerte si alguien se te acercara a ti.

Hoy procura que aquella ventana que mira a la calle en tu cuarto
se tenga cerrada porque no vaya a ser yo el viento de la noche
y te mida y recorra la piel con mi aliento
y hasta te acaricie y te deje dormir
y me meta en tu pecho y me vuelva a salir
y respires de mí...
O me vuelva una estrella y te estreche en mis rayos
y todo por no hacerme un poco de caso
ten miedo de mayo
y ten miedo de mí.
Porque no vaya a ser que cansado de verte
me meta en tus brazos para poseerte y te arranque las ropas
y te bese los pies
y te llame mi diosa
y no pueda mirarte de frente
y te diga llorando después:
por favor tenme miedo
tiembla mucho de miedo mujer
porque no puede ser..."



Sí, de haberlo sabido, de haberte avisado... no hubiese dejado de ser lo que nunca tuve que dejar de ser y ahora ya no quiero ser...





P.D.Gracias Amber, por descubrírmela...

Martes de octubre, día de feliz no cumpleaños en el que se admiten regalos y felicitaciones varias. Aunque sobre decir que tú serías el auténtico regalo





De cuando en cuando, por aquí, la gente celebra su aniversario, el día que desembarcó en el mundo bloggeril o alcanza la entrada número 100, la 501, la 999 o la 413, que cada cuál elige la fecha que menos rabia le de. A mí por ejemplo me gusta mucho mi entrada número dos, pero nunca la celebré, ni siquiera recuerdo cuándo la escribí, y debería. En realidad soy poco de celebraciones y nunca se me ocurrió felicitarme por haber escrito más de mil entradas, que tiene mérito teniendo en cuenta la nada en la que navegan mis letras.


Tampoco tengo aniversario que celebrar, porque no recuerdo cuándo comencé a escribir aquí. En sucesivos lavados de cara estuve a punto de cargármelo, no una, ni dos, sino tres veces, y perdí la referencia temporal; con lo cual mis no sé cuantos primeros posts tienen todos la misma fecha de publicación. Leyendo y tirando del hilo podría situarme allá por el verano del 2005, tal vez principios de otoño, pero no lo sé con certeza. Tampoco tiene la mayor importancia, supongo. 

Y así, condenada como estoy a no besarte nunca, sin ni siquiera tener la excusa de brindar con champagne porque aquí cumpla años, he decidido que hoy sea mi no cumpleaños. Pongamos que un 26 de octubre de 2005 escribiera aquí por primera vez y celebremos, cada uno a su modo y manera, que eso es lo bueno de la alegría, a diferencia de la tristeza, que nos vuelve iguales en modos y lágrimas. Y celebren, festejen, besen y vístanse de domingo conmigo, que ya habrá tiempo de soplar las velas, o no... que nunca se sabe si los vientos nos serán favorables.






P.D. Dana Wynter

I'm not just like a woman






Tú dirás, probablemente, que si una se comporta como una tonta aun no siéndolo; por inoportunidad, mal entendido orgullo o casualidad, no se merece otra que ser tratada como tal. Aunque siempre se espere del interlocutor mayor agudeza y no necesariamente visual.





P.D. Supongo que tendré que comprarme un burro si lo que quiero es luchar contra molinos.

lunes, octubre 25, 2010

Pues eso...









P.D. Gilbert Roland


[No logro sacarme esta canción de la cabeza... entre otras cosas]

domingo, octubre 24, 2010

Mi corazón es tan absurdo como una llamada perdida

Estoy bastante borracha, y es fantástico, porque yo borracha soy tremendamente divertida y desinhibida y digo lo que pienso sin pensar lo que digo, aunque bueno, eso ya lo hago siempre, pero cuando estoy borracha no me arrepiento, que siempre se le puede echar la culpa a mi estado alcoholizado. Aunque esta mañana, sin estar borracha, le dije a alguien que yo no me acostaba con hombres comprometidos y él me contestó que no tenía sentido del humor. Y bang, le he dicho a alguien, a otro alguien, esta noche, que no se hiciera ilusiones, que soy un corazón perdido, y me ha contestado que vale... y no he dejado de mirar en toda la noche a ese camarero moreno que siempre estaba al fondo de la barra con su media melena y su estudiada barba descuidada... y no sé en qué jodido momento comenzaron a gustarme los chicos guapos y las camisas de cuadros, y sí, sé que me repito, pero es que últimamente no me queda otra...









[Iba a borrar esta entrada esta mañana al levantarme... pero ese comentario tan lúcido me lo ha impedido.
Acá escuchando a Willie Nile y deseándoles un buen domingo a todos sin excepciones,
aunque a algunos más que a otros, tendrán que disculparme, pero si son guapos y llevan camisas de cuadros...]

sábado, octubre 23, 2010

Hago chas y aparezco a tu lado (II)






Una vez lo hice, pasar lista... al hilo de lo anterior. Aquí, por si a alguien le interesa: http://daeddalus.blogspot.com/2009/04/is-there-anybody-alive-outhere.html, y confesaré, ahora puedo decirlo, que me hizo mucha ilusión que se levantara la mano y se dijera presente.

No pretendía eso ayer. De hecho me planteé la posibilidad de no habilitar los comentarios para esa entrada en concreto, pero eso sería la segunda vez y no creo que las excepciones deban tomarse tan a la ligera. No quería recolectar un puñado de halagos, sin duda inmerecidos y agradecidos. Ni que nadie me dijera que no me fuera. Gracias en todo caso, y gracias a quién tendió su caña de pescar por si acaso "desaparecía". Pero no, en este caso el victimismo pretendía quedarse a un lado. Sólo era una reflexión en voz alta.

Nunca pretendí que esto se convirtiera en un medio para conocer gente, porque entre otras cosas partía de que el anonimato era irrenunciable, y vayan ustedes a saber dónde se habrá quedado. Pero a veces es inevitable acabar dando ese paso. Bueno, inevitable tampoco, que si algo se quiere evitar, se evita; pero supongo que es casi consecuencia natural que al ir tendiendo puentes algunos se vayan cruzando, las más de las veces por un cúmulo de casualidades que por premeditación o alevosía.

La gente que me conoce realmente y lee esto, supongo que lo hace desde la distancia y el pudor. No es lo mismo ser sólo un personaje que se intuye o adivina, que una persona de carne y hueso, que es mucho más que un puñado de vocales, consonantes y signos de puntuación. No es lo mismo quedar un día para compartir un café porque se comparte ciudad, intereses o circunstancias. C
uriosidad simplemente la mayoría de las veces y un nada que perder; que construirse un extraño o extraña a medida. Porque en el primer caso el personaje queda fuera, aparcado en una pantalla; en el segundo el personaje es el protagonista absoluto de la función.

Y sobre eso último es sobre lo que yo reflexionaba ayer, aunque después, como tantas veces que quiero hablar de una cosa, acabara hablando de otra. La extraña sensación de no saber lo que ustedes se imaginan que soy, en el caso de que se les pase por la imaginación tal cosa.

Bromeaba con alguien hace unos días y decía que esto del blog no era un buen invento para ligar. Y no, no es que yo lo tuviera como la finalidad de escribir aquí. Nada más lejos de mi intención, que de tenerla, como es obvio, trataría de "venderme" enseñando mi mejor lado, que aunque chiquito, está ahí. Esta persona me repetía que era tan simple como que yo podía llegar a "asustar", un poco o un mucho; que era, digamos, "intensa" en algunos aspectos, tal vez demasiado. Y supongo que puede ser cierto, no sé, tampoco es ésa mi intención; ni ligar, ni parecer "intensa", ni mucho menos asustar. Pero especialmente, de lo que más lejos querría estar es de la posibilidad de decepcionar. De no ser lo que alguien espera o se imagina. De que el paso de ficción a realidad, aunque no haya nada de lo primero aquí, sea un rotundo fracaso.




[Sigue sonando Lucinda... me he hecho un mix con "Metal firecracker" y "Lake Charles",
que se repite hasta tender a infinito]

Hago chas y aparezco a tu lado





A veces me pregunto, si un buen día me diera por desaparecer y dejar de escribir aquí; que supongo que llegará, no sé si más temprano que tarde o a la inversa; si alguien iba a echarme de menos. No sé, yo si sé que echaría de menos mi más que diaria cita con algunos blogs. Incluso en algunos casos me he planteado seriamente la opción de "desengancharme" de ellos, aunque al fin y al cabo la lectura sigue siendo inofensiva, y la atracción virtual hacia las letras ajenas siga siendo precisamente eso, virtual (desgraciadamente, en algunos casos, al menos).

Si alguien, no sé, se preguntaría qué ha sido de mí o dónde me he metido. Y sí, lo sé, suena a tremenda pretensión por mi parte. Probablemente la respuesta sea evidente...

No suelo mirar nunca las estadísticas del Google Analytics, en parte porque no sé, en parte porque tampoco me interesa saber que un lector se ha conectado desde Cuenca a las 16:13 y lo ha vuelto a hacer a las 20:19, siendo el tercer día que lo hace; y para conocer las palabras de búsqueda que llegan a este blog, como imagino que a casi todos, no hace falta ser especialmente perspicaz. Al margen de que casi me siento invadiendo vuestra privacidad. Porque por un lado estoy yo, que escribo y que muestro voluntariamente, pero por otro estáis vosotros, que tenéis todo el derecho a ser anónimos, pasar sin hacer ruido, de puntillas y con el spray de la invisibilidad a punto.

Pese a todo a veces me puede la curiosidad cuando de repente veo que hay 11 persona a la vez supuestamente visitando/leyendo/echando un vistazo a esta página; y claro, no puedo evitar preguntarme quién y por qué.

Hablando ayer con un devoto lector y contándome éste los motivos por los que lo hacía, no pude evitar acordarme del resto... Y no, no pretendo pasar lista y que se levante la mano, que eso ya lo hice una vez. Pero no sé, sigue sorprendiéndome porque probablemente yo no me leería a mí misma y a veces siento que me gustaría establecer una comunicación con el otro lado y que esto no fuera un diálogo unideraccional. Aunque probablemente, sin duda, para eso están los comentarios, y también, por cierto, mi dirección de correo electrónico en la esquina superior izquierda (que nadie usa, todo hay que decirlo). Tal vez mejor así, supongo, que ya lo dije anteriormente, lo que mejor se me da es ser una extraña.

Aunque siga preguntándome por qué lo haces, si es que lo haces.





Y en realidad esta última pregunta va dirigida a dos personas... sólo que ellas no lo saben.







P.D. Terry Moore




[Sigue sonando Lucinda, como durante los últimos tres días]

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