Ante un par de vasos vacíos para despistar al olvido
Puede que sean los efectos colaterales de haber pasado un fin de semana "dexterizándome", o lo que es lo mismo, metiéndome entre neurona y neurona la quinta temporada de Dexter en dos sesiones (cinco y seis capítulos), pero hoy tengo un día en el que estoy hablando (escribiendo) jodidamente mal.
Me gusta esa especie de declaración de amor de Quinn hacia Deb cuando viene a decirle algo así como que es la mujer de su vida pese a lo jodidamente mal que habla, que al fin y al cabo se comporta como un tipo, habla como un tipo, y las mujeres, parece que incluso también en la ficción, no pueden pensar y reaccionar como un jodido hombre.
Va a ser eso, que al fin y al cabo en mi mundo no hay pantalones de tergal ni tipos duros que sepan apreciar esas putas cosas.
5 perdidos en el laberinto:
y digo yo, vale, de acuerdo pero... ¿qué coño tiene que ver la abuela de ZP en todo esto?.
Nada, pero mola, ¿no?
Pues claro que mola.
Ojalá hubiera por ahí más tipos duros de esos que son capaces de beberse las palabras... ¿mal sonantes?
Sí, ojalá existieran más tipos de esos que te ponen mirando a la pared.
... me gusta tu comentario Asolada, pienso como tú... ojalá...
Bueno, si queréis os puedo presentar a mi vecino, él lo hace cada dos por tres con su parienta... aunque, tengo la impresión de que a ella alguna vez sí que le gustó todo eso, ahora no tanto.
Es lo de siempre, la novedad y las fantasías encandilan; la realidad, acojona y hasta duele.
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