La luz vencida
Había olvidado lo que era levantarme a las cinco y media de la mañana y conducir entre la niebla (la autovía parecía sumergida en los páramos de Yorkshire). Llegar la primera y entrar precedida por los buenos días del de seguridad de turno. Encender las luces, siempre me equivoco y disfrutar de no más de media hora, desgraciadamente, de absoluta soledad y silencio. Odio mi trabajo con toda la capacidad que tengo yo para odiar (ciertamente bastante limitada). Momentos así son los únicos que merecen la pena.
Y ahora que estamos solos, hablemos, aunque ya no tengamos nada que decirnos.
P.D. Olivia de Havilland en "Government girl"
11 perdidos en el laberinto:
¿Cuantos somos los que hemos acabado en un trabajo que cada vez nos gusta menos?
Desde luego, nuestra generación, ha resultado peor de lo que pensabamos
Me acabo de llevar una sorpresa con lo de las luces de su coche... como había leido que anda por los 60 tacos... la imaginaba en un carro con candil como única luz.... vamos... como el mio... Y no se queje del trabajo.. visto el panorama....
Yo desde luego, levanto la mano...
Supongo D. Luis que lo dice porque Vd. debe andar también en torno a los 60, y no, no me refería a las luces del coche...
Estimada Dae, perdone mi poca comprensión de su texto... pero es que a mi edad la única neurona que me queda anda perezosa... le doy las gracias por quitarme unos lustros de edad... quien pillara los 60.....
Pues debo decir que se mantiene usted fresco y lozano como un sexagenario jubilado inglés en las playas de Almería.
Ya quisiera ser yo como un jubilado inglés... que andan con esos cochecitos eléctricos.... paseandose por ahí.... mi pensión no da para esos lujos... fíjese que el taca taca que utilizo me lo regalaron mis bisnietos.... Gracias de todas formas por su comentario... no sabe lo que ayuda para compensar la super-mega- hipertensión que padezco....
Pues ya sabe, a renunciar al chuletón de buey de Kobe y al Somontano.
Dae, Luis.... pues para estar ustedes en la "cuarta" edad... les veo muy ágiles de cabeza...
Por Dios... no sea usted tan cruel conmigo.... quiere que renuncie al único "placer" que me queda? Pensé que me tenía usted algo de aprecio....
Hay ‘querereres’ que matan…
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