domingo, junio 28, 2009


Después de años, muchos, volví a encontrármelo. A ése que se dice que todos tenemos y todos recordamos, a nuestro primer amor. Amor, al menos por mi parte (nunca fui correspondida.

Lo que más me gustaba de él era que yo no le gustaba. A mis inseguros 16 años y parafraseando a Groucho Marx, no me hubiese hecho socia de un club que me hubiese admitido a mí como miembro (probablemente aunque hayan pasado ya más de 15 años siga cayendo en lo mismo). Por el contrario, admiraba su buen gusto, no sólo no le gustaba yo, sino que estaba rendidamente enamorado de una tía que nos superaba en años y en aficiones. No era alta, ni especialmente guapa, ni la más inteligente del barrio. Era tan admirablemente normal, tan del montón, tan insignificante que una, siendo tan normal, tan del montón y tan insignificante se podía llegar a creer que ya llegaría su oportunidad. Oportunidad que como es de recibo nunca llegó, la vida se encargó de separar nuestros caminos en direcciones opuestas tras compartir, eso sí, clase de matemáticas e intimidades varias.

Ayer, llegando a mi destino, cerrando ""Mercado de espejismos" y poniéndome en pie dirigiéndome a la salida de un tren todavía en marcha siento unos ojos clavados en mi espalda, me giro y mi mirada se cruza con otra al fondo del vagón. Alguien me reclama, se abren la puertas, desvío la mirada, me bajo y el tren arranca de nuevo. Al otro lado del cristal un amago de saludo.

Creo que si alguna vez estuve enamorada fue entonces. Y no es que haya perdido la capacidad de amar, es que nunca la tuve.



7 perdidos en el laberinto:

Rose Kavalah dijo...

Te escribo algo que publiqué en septiembre en mi blog:

"...hasta que te tuve

Se dice que los niños tan solo quieren lo que no poseen, y que hacen lo imposible para obtenerlo, pero que cuando al final lo consiguen, dejan de quererlo porque ya lo tienen.

Y entonces me pongo a mirar a mi alrededor, y pienso en lo larga que puede llegar a ser la infancia; en serio."

Daeddalus dijo...

Siempre he sostenido que hay que tener mucho cuidado con lo que se desea, porque se puede llegar a conseguirlo.

Rose Kavalah dijo...

¡qué gran frase!

Y es que ahora mismo yo distinguiría dos tipos de deseos: Los deseos de lograr algo, o los deseos de tener algo.

En los primeros, el lograrlo sí que supone una grandísima alegría, pero es completamente efímera y casi cabe destacar bastante más los momentos del recorrido a ese éxito que el éxito mismo, porque como digo, la felicidad dura bastante poco normalmente tras haber cumplido ya el objetivo.

Y en las segundas, me inclino completamente ante tu postura, y aunque suene totalmente desconsolador, creo que no hay que llegar a tener nunca del todo lo deseado, pues casi con total seguridad le restaremos valor desde ese mismo instante.

Y esto no quiere decir que si te enamoras alguna vez, no vayas a intentarlo. Sino que aunque consigas al amor de tu vida y aunque lleves 25 años junto a él, aún tiene que existir esa sensación de que de alguna manera continúa sin ser totalmente tuyo, que de alguna manera aún guarda cierto misterio que le hace seguir siendo interesante.

Por eso creo, (y esto ya es una opinión bastante personal), que no suele ser conveniente nunca compartir TODO con otra persona, siempre hay que guardarse cosas para uno mismo, por esto y por varias cuestiones más.

El Buscador de Miradas dijo...

Es que cuando se ama con 16 años, uff, cómo se ama.

PD: ¿Y qué tal Felipe Benítez Reyes como prosista?

Marga Esteban dijo...

Mi primer amor fue también a los 16, todavía pienso en él muchas veces. Me gustaría decirle lo fantástico que fue conmigo y lo agradecida que me siento...quizás algún día vuelva a verlo.

Nebroa dijo...

El primer amor... a mí lo que me gustaría es que el último fuese como ese primero! En fin...
Rose, toda la razón en que ese misterio que envuelve al otro, ese no compartirse plenamente, ese guardar algo, mostrarte poco a poco, bueno, todas esas cosas que escritas no funcionan, todo eso ha de existir, la chispa, de esa forma, tarda mucho más en apagarse...

Alex dijo...

Yo he estado enamorado dos veces en mi vida y he querido una. La revelación me llegó en forma de dolor. No es agradable.

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