Me voy un par de semanas. No exactamente de vacaciones, ésas llegarán en agosto, pero me están pasando tantas cosas últimamente, algunas de ellas hasta buenas, que necesito tiempo para digerirlas. Al fin y al cabo cuando la vida te sonríe qué mejor que devolverle la sonrisa.
P.D. Sólo decir a quién corresponda que espero y cuento con la número 33. Cuando me vuelva la cordura espero poder agradecerlo.
"Excuse à mes lèvres. Ils trouvent satisfaire dans les lieux les plus inattendus."
A good year
viernes, junio 13, 2008
Je vous ai apporté des bonbons parce que les fleurs c'est périssable... pese a todo se aceptan flores que disfracen mentiras.
Aunque yo pretenda olvidarlo hay gente que se empeña en recordarme que hoy es mi cumpleaños.
jueves, junio 12, 2008
Me espera una noche de insomnio y duermevela (aunque no sea un bolso se agradece el detalle del aeropuerto)... y éste ha sido el mejor regalo que he recibido en mucho tiempo.
Ve la guía de NY que me ha prestado D. sobre la mesa y pregunta quién se va a Nueva York...
-"Ah, tú... ¿Te vas de compras?".
Mira que siempre he intentado que me caiga bien este tío. Al principio casi lo consigo, cuando aún me invitaba a su cumpleaños y compartía su tarta... pero no y me gustaría pensar que me voy a Nueva York a algo más que a hacer compras.
" Yo no sé de pájaros, No conozco la historia del fuego.
Pero creo que mi soledad debería tener alas."
Alejandra Pizarnik
Aquí y ahora, semanas después de haber puesto la fotografía y la cabecera de esta entrada, consciente de que ha pasado ese tiempo, buscado el lapso, provocada la distancia, debería completarla, ponerle fin y hablar de él, de el último él, del que todavía me ronda, del que está ahí expectante a cada una de mis palabras y mis gestos, pero sigo sintiéndome sola, más si cabe que antes, hay muchas formas de soledad, va a tener razón aquél que decía que la peor era la soledad de estar acompañada.
Cuando me veas deprimido, ansioso, malhumorado, todo lo que tienes que hacer es quitarte la ropa, y entonces brilla el sol y se revela el secreto: que somos carne y respiramos y estamos cerca el uno del otro.
Tu desnudez me vuelve invulnerable. La lógica podrida, el corazón borroso, gangrenadas tardes se curan con la simetría perfecta de tus brazos y piernas.
Extendidos forman un círculo eterno, sendas hacia una playa sola, la rúbrica de un Dios. Todo lo que no eres tú, todo lo que no soy yo deja de tener importancia: el dolor, el sin sentimiento, el asco, son nimiedades que nada tienen que ver con la vida.
Cuando me veas agonizante, quítate la ropa. Aunque estuviera muerto resucitaría.
Desconozco por qué siempre me gustó esta canción, que a día de hoy sería considerada políticamente incorrecta y probablemente condenada aludiendo a la tan traída y llevada violencia de género. Dicen que los viejos rockeros nunca mueren y a Loquillo, pese a todo y sin trogloditas, actitud nunca le ha faltado
"Ese amor del que hablas lo inventamos hombres como yo para vender medias"
Mad men
Hace tiempo que me declaré públicamente serieadicta, de las series made in U.S.A., eso es obvio pese a la huelga de guionistas pasada que nos dejó con las temporadas a medias y las tramas cayendo en picado. No veo la televisión habitualmente y es cierto, pese a la incredulidad de cierta persona, que la tengo guardada en un armario, aunque también es cierto y en honor a la verdad, que de cuando en cuando abro las puertas del armario y a la hora de la siesta me meto en vena unos cuantos minutos de SLQH (Sé lo que hicisteis, para los profanos programa que se emite en La Sexta en torno a las cuatro de la tarde).
Estaría a favor de pedir una moratoria a las cadenas y productoras para que durante una buena temporada dejaran de crear y/o emitir nuevas series, de ésas que te enganchan desde el episodio piloto. Como sigan a este ritmo debería dedicar las 24 horas del día para satisfacer mis instintos televisivos y no estoy dispuesta a ello, al menos de momento.
Mis ruegos y rezos varios en la misa dominical no han obtenido respuesta y al innumerable número de series a las que estoy literalmente enganchada ya se han sumado otras dos y las que se avecinan porque cuando andaba yo perdida y nunca mejor dicho con la cuarta temporada de Lost (Perdidos), tanto que seriamente me planteo quitarme, llega Glenn Close haciendo de mala, malísima, casi diabólica, superando Atracción fatal, en Damages (Daños y perjuicios). Un lujazo de actriz para una serie que te deja pegada a la pantalla, pero nada comparado con el efecto que produce Mad men.
Seguro que todos recordamos esa cursi e inocentona guerra de sexos que libraban Rock Hudson y Doris Day en Pijama para dos, No me mandes flores o Confidencias a medianoche. E igual que en Pijama para dos Mad men se ambienta en el mundo de la publicidad del Nueva York allá por los 60 donde los creativos, los llamados mad men, comienzan a enfrentarse al más difícil todavía "el tabaco mata" y el American way of life comienza a hacer aguas.
El parecido que puedan tener se acaba ahí, en la ambientación y el cuidado vestuario porque Mad men es absoluta y deliciosamente políticamente incorrecta. Si llegara a emitirse en una cadena generalista, algo altamente improbable, allí se prefiere el producto nacional, y no por patrio, sino por burdo y facilón, seguro lloverían las demandas y las acusaciones de insalubre (el humo ciega los ojos de quien ve la serie, todo el mundo fuma en todo momento y y lugar, véase a la paciente y a su ginecólogo en plena consulta), machista (hay chica nueva en la oficina y la veterana secretaria le enseña su herramienta de trabajo, una máquina de escribir mientras le dice: "Que no te abrume tanta tecnología, la han diseñado para que pueda utilizarla una mujer") y sexista, que supongo viene a ser lo mismo que lo anterior (en la consulta del ginecólogo que no suelta el cigarro ni para hacer la exploración mientras le receta los anticonceptivos: "Cuesta once dólares, pero no te conviertas en una puta para amortizarlo"). Ejemplos tampoco faltan de racismo, antisemitismo o acoso laboral planteados con la más absoluta normalidad entre camisas blancas perfectamente almidonadas, pin ups venidas a menos y el omnipresente humo del tabaco y es que en Mad men se fuma con la elegancia que ya sólo se ve en las películas que ya no se hacen.
El día que decida tomarme en serio... ese día, tal vez tenga que llegar ahora, aunque no llame a mi puerta. La duda que me corroe es si ahora o nunca. Cantaba Jorge Drexler... en tren con destino errado se va más lento que andando a pie. Pero en fin, todo llegará... o no. Y hoy no tengo ganas de pensar. Tal vez mañana.
Me contaba un amigo, al que mantendré en el anonimato para proteger su integridad, una historia acerca de un ilustre y desconocido lector, a la par que fan declarado de ésta, mi persona. Sé que a él le encantaría que hablase aquí de ello, pero para proteger la mía, mi integridad, digo, de momento mantendré esa historia en la nevera por si se le ocurre regresar.
Al hilo de todo eso recordé un correo que recibí meses atrás y que en uno de mis torpes intentos por liberar mi cuenta de correo basura eliminé sin querer, sin posibilidad de recuperarlo, una vez leído pero no contestado. Lo firmaba un ilustre desconocido con una simple inicial que no supe asociar a ningún nombre conocido. A pesar de eso no parecía serle mi persona completamente ajena pues aseguraba que por casualidad o alevosía, vaya usted a saber, había llegado hasta mi blog y leyendo había llegado a la no sabía si acertada conclusión de que yo era yo. Y "yo" era alguien a la que tres años atrás había perdido la pista además de mi teléfono. Incluso conocía mi nombre de pila y daba datos bastante fiables acerca de mi vida. Sin duda me conocía, me había conocido o me conoce. No daba datos acerca de él, al margen de su inicial creo recordar que interpreté que pertenecía al género masculino. Borré el email sin darme cuenta y olvidé el asunto.
Cuando Oscar, uy, digo, mi anónimo amigo, me contó esa historia incontable, lo recordé. Debo confesar que me asusta la fragilidad de mi memoria y que sea incapaz tan siquiera de recordar quién era yo hace tres años, como para recordar al ilustre desconocido de inferida inicial que incluso tenía mi teléfono, o eso dice él.
Esto, evidentemente, es un llamamiento al desconocido, que si sigue por ahí, al otro lado, en algún lugar, se de a conocer. Prometo no borrar el correo esta vez e incluso contestar.
La otra historia, para cuando recabe cierta información y confirme mis sospechas.
"There's a ghost on the horizon When I go to bed How can I fall asleep at night How will I rest my head"
Hope there's someone -Anthony and the Johnsons
-"¿De qué tienes miedo?"...
Esas fueron las primeras palabras que pronunció tras mi discurso de más de diez minutos que escuchó pacientemente, fingiendo un interés que probablemente no sentía. Esta vez me tocaba a mí ser escuchada, por primera vez en mucho tiempo no era él quién tenía algo (digno) que contar.
Yo no tengo miedo, nunca he tenido miedo. Asiente. Por supuesto, por supuesto... esa mezcla entre curiosidad y atracción hacia lo desconocido siempre ha sido muy tuya. Inconsciencia, murmuro. También, pero no suficiente, y ahora, de qué tienes miedo.
Y es que soy muy mía y a la vez muy del cosmos, muy de las tinajas y de los moldes de galleta, de las vainas y los pomos cromados, de la cola y el carril más lento, de embalsamadores y taxidermistas, del rincón del aburrido; soy muy de los desprendidos de la crítica, fiestas provocadas y tijeretazo en casa, del orden cosas y cosas por vicio. Soy muy de todo esto y de aún más cosas. Sólo espero que alguien me reclame... sería muy violento tener que hacerlo yo misma...
Deja tus paranoias o tus deseos, gritos al aire, diarios, confesiones, declaraciones de amor o de guerra, o simplemente tu firma, tu mensaje, tus besos, saludos o consejo, bromas o entusiasmo, reminiscencias o cañones recortados, y ya descubriremos si tenemos algo de lo que hablar...
Ser ese pincel aguado por la lluvia que esboza en cada bocanada una bahía, dos volcanes y diez maneras de decir lo que deseas. Una bandada de gaviotas. La ginebra. Las noches sin futuro. Una colección de lunas llenas. Las verbenas de barrio. Una tormenta sobre el azul inmenso del océano. Arrastrando la cobija. Tristezas a la carta por alegrías. Billie Holliday rasgando la noche. Una visita imprevista y deslenguada. Los calvos que se quitan el sombrero. Las noches "nuremberianas" al calor del Eulenspiegel repletas de ron, humo y conversaciones. Aquella voz, aquel acento."Mis" poetas: Á. González, Huidobro o Cernuda. La lluvia que parió charcos y barro. Viajar en tranvía. Volar cometas. Un par de botas sucias. El canto del urogallo. Alain Delon en "Rocco y sus hermanos". Caminar sobre hojas secas. Las tímidas que salen respondonas. Aviones que despegan. Las rosas amarillas, los lirios, las violetas. Las raras excepciones. ARJONA (con mayúsculas). Medianoche en una estación de tren. La honestidad brutal de Calamaro. Una tormenta sobre el azul inmenso del océano. Aquella buhardilla en la Peissenbergstr. Silvana Mangano en "Arroz amargo". Pisar charcos. El 14 (y la lluvia) de abril. Mi chupa de cuero. La Coca-Cola (nadie es perfecto). Besos con risas. Silvio y Ojalá como coartada. Lengua con besos. El castellano de Umbral. Esencia de playa y sal de un lugar donde habitaban las gaviotas. Pisar charcos. Un vestido y un amor. Salitre 48. EL hombre del piano. Luka, el niño del 2º piso. Compay y Celia, el son y la salsa de luto. La primera mirada por la ventana al despertarse. Las noches que sonríen en forma de luna. Estoy Bartok de todo. El olor a tiempo desgastado. Simon & Garfunkel. Waits & Cohen. Los trenes que viajan hacia el este. Rosas a Rosalía. En Lisboa, sobre lo mar. El cambio de estaciones. Dylan y su hijo Jakob. Un amanecer en la playa del Silencio. El piano ha estado bebiendo. Puentes que se cruzan en ambos sentidos. El Urriellu. Una Delirium Tremens. Las carreteras secundarias. Un otoño de párpados caídos. Los domingos al sol en el Englischer Garten. Camarón sin camisa. Frambuesas en la tarta. Las sesiones de madrugada. Las montañas mágicas de esta tierra que plantó mi corazón recibiendo el regalo de la lluvia. Chavela por Jose Alfredo. Los labios que aprovechan los rincones más olvidados, más olvidables. Veloso y su fina estampa. El miedo, el futuro incierto, el camino, la búsqueda. Je vous ai apporté des bonbons parce que les fleurs c'est périssable. Los que pudieron ser y no han querido... Dream, baby dream.