Siempre digo la verdad, incluso cuando miento digo la verdad
[Para D. y R., por los momentos de desmemoria]
Si algo he tratado de conseguir en esta vida es que los demás, los otros, no tengan que pasar por situaciones en las que a mí no me gustaría verme. A pesar de un puñado de lecciones mal aprendidas lo hice. No quería. Pero lo hice. Conscientemente. No pretendo disculparme. Y a estas alturas un “te lo advertí” ya está fuera de lugar.
Un corazón amputado más no inclina mi balanza. Ni fui buena ni quise ser mala aunque de cuando en cuando no pueda evitar caer en las redes de esa Veronica Lake que todas llevamos o pretendemos llevar dentro.
Cuando ya he sido juzgada debería ocupar un lugar en la desmemoria ajena y no ser más que un número de teléfono que pronto ha de ser olvidado, borrado y sustituido por otro; posiblemente más cercano y humano. No olviden que yo nunca quise acercarme, ni comportarme como la mujer que se esperaba que fuera.
No tendría que ser yo la que ayudara a hacer las maletas... pero no quiero, y menos justo ahora, que alguien se lleve algo que me pertenezca.
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