Estoy con C., que tiene muchos menos años que yo y casi tantas ilusiones como sueños. Estamos sentadas en una de esas confiterías con mantelitos blancos que tanto me gustan, cuyo gusto comparte conmigo, y donde la media de edad supera la edad de jubilación. Se nos había antojado comer pancakes con jarabe de arce, que no tortitas con nata y caramelo, que aunque sea lo mismo, no lo es, y no sólo por el sirope y tampoco porque en realidad C. diga panqueques y a mí no me guste la nata (no soporto la leche, ni sus derivados, ni nada que se le parezca en olor, apariencia o gusto aunque poco o nada tenga de producto lácteo; léase la horchata).
Y hablamos de chicos, que no de hombres... aunque es ella la que habla más bien. Y en un determinado momento me pregunta qué es eso de mantener una relación abierta, que lo ha visto en el Facebook o en el Lokalisten, ya no recuerdo. Y a mí estas cosas se me dan mal, pero lo intento pese a todo, y ella me contesta que sí, que ya le parecía, que los adultos somos muy raros.
Y hablamos de libros, de Cornelia Funke y el Capitán Alatriste; y me recuerda que yo les regalé toda la saga, pero que ella aún no los ha leído, piensa que igual no le gusta Reverte, que igual es de chicos, aunque esas distinciones le parezcan absurdas, que la saga Crepúsculo, aunque sea de chicas no va con ella.
Y hablamos de música, de Hannah Montana, aunque ella sea más de Ashley Tisdale y acabamos tarareando el 'Achy breaky heart' del padre de la artista, canción que ella no conoce pero que enseguida entona, y yo le cuento la historia de esa canción, todo un hit hace tantos años que yo probablemente tendría entonces los que ella tiene ahora. Y me pregunta qué música escucho ahora, tantos años después; qué músicos me gustan, así, que sean guapos, y no lo dudo ni un momento cuando me pide que le nombre a tres, aunque los tres a ella le parezcan unos viejunos: Bruce, Jorge y Andrés, que sobran las presentaciones. Y me dice que esos no valen, que no son guapos... y yo le digo que no es cierto y que no, que no son cosas de la edad, que yo a los catorce ya estaba enamorada de Bruce... pero ni modo, tengo que buscarme otros, pero que sean guapos de verdad de la buena, y no tan viejos, que yo no lo soy tanto... Pero no tengo otros, porque para mí eso es belleza... Aunque no la convenzo, o no del todo, y piensa que mis gustos son raros, o que no sé apreciar lo bonito, y yo digo que es como el que va repeinado con su raya al lado y sus zapatos relucientes, que las fachadas son sólo eso, fachadas, y no, no caigo en el absurdo tópico de que la belleza está en el interior, que puede ser cierto, o no, quién sabe... pero es que a mí me gustan los hombres así, que puede que no sean guapos, no sé, tal vez... pero a mí me lo parece, y eso, hasta el momento, me resulta suficiente, you know.
Bruce, guapo, guapo no es... pero Jorge y Andrés tienen otro punto que sí que les hace más guapos, o más atractivos. Enfins, estas jovenzuelas que no nos comprenden :)
Muy bonita charla has tenido con esa jovencita, es inevitable hablar de chicos je! Muy buen blog, continuaré leyendo otras entradas. Saludos desde el sitio juegos de Mario
Me gustó descubrite en este bosque bloguero. Nunca estamos a gusto con nosotras mismas. ¿ quien quiere ser una chica menuda y frágil?? Todas las chicas menudas sueñan con ser altas, con poder ver algo más que la espalda del personal cuando están rodeadas de gente y sobre todo emular a las grandes modelos de las que te puedo asegurar que no hay ninguna bajita. Un saludo
Y es que soy muy mía y a la vez muy del cosmos, muy de las tinajas y de los moldes de galleta, de las vainas y los pomos cromados, de la cola y el carril más lento, de embalsamadores y taxidermistas, del rincón del aburrido; soy muy de los desprendidos de la crítica, fiestas provocadas y tijeretazo en casa, del orden cosas y cosas por vicio. Soy muy de todo esto y de aún más cosas. Sólo espero que alguien me reclame... sería muy violento tener que hacerlo yo misma...
Deja tus paranoias o tus deseos, gritos al aire, diarios, confesiones, declaraciones de amor o de guerra, o simplemente tu firma, tu mensaje, tus besos, saludos o consejo, bromas o entusiasmo, reminiscencias o cañones recortados, y ya descubriremos si tenemos algo de lo que hablar...
Ser ese pincel aguado por la lluvia que esboza en cada bocanada una bahía, dos volcanes y diez maneras de decir lo que deseas. Una bandada de gaviotas. La ginebra. Las noches sin futuro. Una colección de lunas llenas. Las verbenas de barrio. Una tormenta sobre el azul inmenso del océano. Arrastrando la cobija. Tristezas a la carta por alegrías. Billie Holliday rasgando la noche. Una visita imprevista y deslenguada. Los calvos que se quitan el sombrero. Las noches "nuremberianas" al calor del Eulenspiegel repletas de ron, humo y conversaciones. Aquella voz, aquel acento."Mis" poetas: Á. González, Huidobro o Cernuda. La lluvia que parió charcos y barro. Viajar en tranvía. Volar cometas. Un par de botas sucias. El canto del urogallo. Alain Delon en "Rocco y sus hermanos". Caminar sobre hojas secas. Las tímidas que salen respondonas. Aviones que despegan. Las rosas amarillas, los lirios, las violetas. Las raras excepciones. ARJONA (con mayúsculas). Medianoche en una estación de tren. La honestidad brutal de Calamaro. Una tormenta sobre el azul inmenso del océano. Aquella buhardilla en la Peissenbergstr. Silvana Mangano en "Arroz amargo". Pisar charcos. El 14 (y la lluvia) de abril. Mi chupa de cuero. La Coca-Cola (nadie es perfecto). Besos con risas. Silvio y Ojalá como coartada. Lengua con besos. El castellano de Umbral. Esencia de playa y sal de un lugar donde habitaban las gaviotas. Pisar charcos. Un vestido y un amor. Salitre 48. EL hombre del piano. Luka, el niño del 2º piso. Compay y Celia, el son y la salsa de luto. La primera mirada por la ventana al despertarse. Las noches que sonríen en forma de luna. Estoy Bartok de todo. El olor a tiempo desgastado. Simon & Garfunkel. Waits & Cohen. Los trenes que viajan hacia el este. Rosas a Rosalía. En Lisboa, sobre lo mar. El cambio de estaciones. Dylan y su hijo Jakob. Un amanecer en la playa del Silencio. El piano ha estado bebiendo. Puentes que se cruzan en ambos sentidos. El Urriellu. Una Delirium Tremens. Las carreteras secundarias. Un otoño de párpados caídos. Los domingos al sol en el Englischer Garten. Camarón sin camisa. Frambuesas en la tarta. Las sesiones de madrugada. Las montañas mágicas de esta tierra que plantó mi corazón recibiendo el regalo de la lluvia. Chavela por Jose Alfredo. Los labios que aprovechan los rincones más olvidados, más olvidables. Veloso y su fina estampa. El miedo, el futuro incierto, el camino, la búsqueda. Je vous ai apporté des bonbons parce que les fleurs c'est périssable. Los que pudieron ser y no han querido... Dream, baby dream.
5 perdidos en el laberinto:
Bruce, guapo, guapo no es... pero Jorge y Andrés tienen otro punto que sí que les hace más guapos, o más atractivos.
Enfins, estas jovenzuelas que no nos comprenden :)
Muy bonita charla has tenido con esa jovencita, es inevitable hablar de chicos je! Muy buen blog, continuaré leyendo otras entradas. Saludos desde el sitio juegos de Mario
¿Jorge y Andrés??? A Bruce lo conozco, pero si no das más pistas...
Mua,
Me gustó descubrite en este bosque bloguero. Nunca estamos a gusto con nosotras mismas. ¿ quien quiere ser una chica menuda y frágil?? Todas las chicas menudas sueñan con ser altas, con poder ver algo más que la espalda del personal cuando están rodeadas de gente y sobre todo emular a las grandes modelos de las que te puedo asegurar que no hay ninguna bajita.
Un saludo
Flower... Jorge Drexler y Andrés Calamaro ;).
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