martes, noviembre 22, 2011

Si me dijeran pide un deseo no elegiría un rabo de nube


No era 20 de noviembre, aunque podría haberlo sido. Día en el que comenzó todo, aunque no lo supiéramos. Aunque en realidad hubiese comenzado mucho tiempo atrás.


Sonaba Thunder road, pero podría haber sido cualquier otra. Drive all night, Racing in the street o Point blank. Cualquier canción lo suficientemente triste. Cualquier canción que justificase mis lágrimas.


Ahora toca salir a la calle y regresar a casa tras una infernal mañana laboral (mañana aún pese a que el reloj marca exactamente las 16:39). Llueve, y probablemente en una hora la noche haya caído casi tanto como los termómetros. Noviembre ha llegado y con él el mejor de los otoños.






Entonces ni siquiera estaba triste... o tal vez sí. Sólo un poco. Tal vez porque aún no he aprendido del todo a estar de otra manera.


0 perdidos en el laberinto:

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