martes, noviembre 08, 2011

It takes two when it used to take one



Del mismo modo que existe el día sin humo, aunque éste ya casi carezca de sentido con todo este afán prohibicionista (y yo diría que inútil); o el día sin coche y los centros de las ciudades se cierran al tráfico (medida que a mi juicio debería extenderse a todos los días del año y a a hacer uso, y abuso, de los transportes públicos, a caminar sin fin por las aceras o a pedalear hasta la extenuación), deberían instaurar el día sin reloj (tal vez exista y yo no me haya enterado)... y deberían prohibir salir a la calle con él en la muñeca y permitir llegar tarde a las citas, y saltarnos las comidas y los horarios...

Y lo dice alguien que es extremadamente puntual. Que casi nunca llega tarde, que casi siempre con los cinco minutos de antelación de rigor, que casi siempre espera... y que por vez primera en mucho tiempo, no desespera.














P.D. Audrey Herpburn y Gregory Peck en "Roman holiday".

2 perdidos en el laberinto:

CMQ dijo...

Vivo sin reloj desde hace año y medio... y siempre, siempre, estoy donde debo estar a la hora en que debo estar.
Un beso.

Daeddalus dijo...

Yo tampoco uso reloj... pero en realidad soy una tramposa. El día que renuncie al teléfono móvil, entonces sí que me habré librado de la tiranía del tiempo.

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