La vida sin usar
Habrá que creer, canta Alejandro Filio encantado de estar en Coahuila, ¿o era Tamaulipas?... Habrá que creer... en Cristo, en la paz o en Fidel.
Aunque no recuerde los domingos y fiestas de guardar, no me arrepienta de mis pecados ni acuda con regularidad al confesionario y las únicas velas que encienda estén destinadas al baño de la semana, me consuelas en el llanto y me guías cuando me pierdo.
Siempre quise ser Lilith, la otra mujer; pero no hubo suerte en el reparto y me tocó su antagonista. Ahora contigo a mi lado ya no siento la tentación de mirar atrás con el riesgo de convertirme en estatua de sal…
1 perdidos en el laberinto:
Lilith fue carne cuando Jean Seberg me hizo temblar con su vulnerabilidad tan expuesta como lo estaba en su vida real. Ser Lilith (o Caín) siempre es preferible: se evitan las decepciones.
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