La última vez que leí al joven Marías
Siempre supe, supongo, que ese momento llegaría... y que no estaría preparada, que yo llegaría con retraso, al menos con el cuarto de hora de rigor. Y que preguntaría quién era Gene Tierny... y yo me olvidaría de Laura y me lanzaría a los brazos del capitán Gregg.
No es que la vida a veces se asemeje a las películas, es que al director se le ha olvidado gritar el "corten"...
P.D. Gene Tierny
8 perdidos en el laberinto:
Muchas soñamos con una casa a orillas del mar y un capitán con brazos fuertes pero que abrace tierno... :)
Yo creo que es al revés... los sueños sólo se realizan en la películas... por eso nos molesta tanto cuando no tienen un final feliz... :(
Recuerdo esa peli... siempre me gustó Rex Harrison... ;)
Ufff...últimamente no sé qué pasa, pero me lees el pensamiento!
En eso andamos... intentando recrear películas en la vida real, pero sin un buen director ni grandes actores... suena a fiasco total!!!
"La última vez que vi a Miguel Desvern o Deverne fue también la última que lo vio su mujer, Luisa, lo cual no dejó de ser extraño y quizá injusto, ya que ella era eso, su mujer, y yo era en cambio una desconocida y jamás había cruzado con él una palabra."
No sé Vd., pero yo ya he encargado un ejemplar en mi librería de cabecera.
H.
Daedd, leo con gran placer este post. Has mencionado a uno de mis referentes y maestros de la voluptuosidad de la lengua española de la pluma del Joven Marías, justo cuando ayer leí la reseña en EL PAÍS sobre la salida a la venta de la última novela de mi admirado J. Marías..., y eso me llena de alegría. Yo, al igual que Hunter, ya he encargado la novela mi librería habitual.
Y de Gene Tierney, la bellísima y estilosa Gene Tierney, ¡qué te voy a decir yo si la admiro un montón!
Gracias por este post.
Un besín,
Amber
Me ha gustado en nombre de tu blog y por eso he aterrizado aquí.
A mí me pasa que cuando acabo de pasarme el carmín por mis labios, me fastidia que me besen, aunque otras veces me chifla que se lo coman.
;)
Un beso,
Desde ya pido el premio Templeton para esta insigne bloguera. Uno está harto de blogs donde se acumulan engreimiento, jactancia, pedantería, ingenuidad y estupidez concentrada. No así este blog donde nuestra amiga Dae cuando se arrepiente de sus devaneos nos hace participes, nos sentimos ella, vivimos su vida, blanca espalda del tiempo incluida. Y aunque nuestra Dae se pone en un papel sufriente demasiado a menudo no nos aleja, al contrario, nos sentamos cerquita de ella y la consolamos, y la entendemos y no la dejamos llegar a las cotas esteroidales de sandez que se ven en otros lares.
Yo también disfruto con las lecturas de la joven Dae.
el joven Marías tiene siempre hueco en esta casa. Tengo una pila de libros pendientes, pero ya tengo uno más.
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