(Des)horas
He vuelto a imaginar. Había dejado de hacerlo; que no de soñar o elucubrar sobre las vidas ajenas que tanto me interesan, aunque tan poco lo hagan, en cambio, las conversaciones.
De pronto, un buen día; en realidad una madrugada, podría fechar exactamente el momento algo más de tres meses atrás; la imaginación dejó de ser poder. Una Pacífico a mi lado (esa chela que sólo beben las viejas), una castiza Mahou frente a mí, y entre medias, Don Julio. La realidad se volvió más espesa y lo envolvió todo, se instaló en la escena.
Hace unos días regresó. Quique (González) saludaba y se sentaba detrás de unos teclados. Habló, no largo rato y yo dije en voz alta algo así como "ha engordado, está más guapo"... aunque Quique nunca me haya parecido guapo, tal vez demasiado bajito y aquel concierto fuera para puritos iniciados (contabilicé más de un bostezo). Y entonces lo supe, que sería de ida y vuelta, y aunque no llegaría para quedarse, allí estaba esa parte de mí que vuela lejos sin levantarse del asiento añorando lo que nunca jamás sucedió... Esa voz, aquel acento, la forma apurada de encender un cigarro y las calles de Madrid.
P.D. Qué lujo, por cierto, y sin que venga a cuento de nada, al menos aparentemente, el ciclo de Hitchcock todos los lunes a las 20:30 en el Filarmónica.
2 perdidos en el laberinto:
Sabes que amo a Quique, no? nada, sólo eso
Lo sé... y que sepas que me acordé de ti.
Y que me acuerdo ahora de los que os vais a Málaga.
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