miércoles, febrero 17, 2010

Cosas que nunca te dije


La vida raramente da segundas oportunidades. Poco importa, no las reclamo, ya me apropio yo de ellas sin el permiso correspondiente. Siempre he poseído el don de la inoportunidad, de hablar (o callar) más de la cuenta, de llegar tarde, siempre tarde, o demasiado pronto, de quedarme parada al filo de una calle mientras el resto de peatones cruzan con el semáforo en rojo, de contar cuando ya no lo esperas…

Con A .simplemente no llegué a tiempo. Distancias, aviones e inviernos se interpusieron al margen de que a M. le caía francamente mal (y eso que no le conocía). Con B., en cambio, me retiré caballerosamente a favor de un fracaso anunciado. Varios SMS después decía que diez años eran demasiados a cambio de una improbable quimera.

A C. se lo dejé bien clarito… no vayas a enamorarte. Todavía me culpa por mi “desaparición” anunciada, de nada vale decir, ‘te lo advertí’. Con D. simplemente opté por el silencio. La verdad, a veces, duele.

Hay demasiados E. para meterlos en una sola frase, de la F. y la G. apenas me acuerdo. Me salto la H. y la I. y vuelve a haber demasiadas J...

P.D. Le robo el título a Isabel Coixet. Mi gafapasta favorita aunque confesara en su momento que sus gafas en realidad eran metálicas (pitaban en los controles de los aeropuertos) haciéndoseme añicos un mito y ganando puntos en la escala de mis simpatías.

[...]este blog tiene vida propia, acabo hablando de cosas de las que no quiero hablar, claro que me quedan el resto de letras del alfabeto hasta llegar a la (z).

5 perdidos en el laberinto:

Anónimo dijo...

Seguro que también habrá letras de las que pases de largo sin ni siquiera acordarte de que estuvieron por ahí pululando alguna vez.

El Buscador de Miradas dijo...

La A de Anónimo es una de las imprescindibles.

Anónimo dijo...

La A. se la saltó la primera!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!, jejejejej

Fiebre dijo...

Dae, qué ganas tengo de volver a repasar el abecedario...

Y esta vez no me voy a arrepentir de que sea una "desaparición" anunciada. Allá ellos. Ya somos adultos.

Anónimo dijo...

Estimada Dae, en mi caso, quiero sólo recordar a M. porque vivíamos a ritmos diferentes, lo cual llevó a perder el compás (lógicamente), a E. que digamos fue un "intermezzo" que dejó su huella, y finalmente I. que es "Irresistible".
Yo no creo es que sólo la verdad sea la que duela, duele tanto la verdad como la mentira, eso si, al oirlas.
P.D. No es la de 1936, es la americana de 1939, pero en ambas es Igrid Bergman
http://www.youtube.com/watch?v=w7pfvdpjNR8

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