viernes, enero 09, 2009

Causa y efecto



Odio a Leonor Watling. No se puede cantar tan bien, ni ser tan guapa (aunque lo salve su nula elegancia, al menos mientras no está sobre un escenario) y muy especialmente la odio porque yo amo a Jorge Drexler y lo suyo fue un golpe bajo. Hasta creo que lo sufrí yo más que la mismita Ana Serrano o Ana Laan o Rita Calypso (sus diversos alter ego). Y ahora que son noticia por eso de que han sido padres de una preciosa niña, diría la crónica rosa, recuerdo ésta, la primera canción que yo le escuché en aquellos tiempos en los que una aún escuchaba a "cansautores", y tenía el pelo largo y veinte años. En el Jovellanos, invitado por Javier Álvarez, recién llegado de Montevideo de la mano de Sabina se asomó al escenario sólo con la compañía de su guitarra y nos regaló estos 730 días. Luego llegó la noche, y ya se sabe, era un pueblo con mar después de un concierto.

8 perdidos en el laberinto:

Anónimo dijo...

Aunque hayas borrado algún número de teléfono y fueras a buscar a tu "amigo en el baño", se agradece la felicitación de final de año. Muchas gracias. (¿sabías a quién respondías?).
:)

Necio Hutopo dijo...

mmm... Darse una vuelta por aquí siempre es una aventura musical por tierras casi siempre inexploradas... Hoy me quedo con los del amigo del baño... Que va a resultar una explicación tan buena como cualquier otra al repentino olvido que le ataca a algunas de mis exparejas...

Daeddalus dijo...

Estimado Anónimo, o debo decir, estimado T*, yo siempre sé a quién "respondo".

Anónimo dijo...

Estimada Daeddalus:
Nunca dudé de tu sabiduría, cultura, inteligencia, sagacidad, perspicacia, etc, etc, etc, a la vez que otras muchas cualidades que seguro no llegué a conocer en su momento por falta de tiempo.
Veo que no dudaste mucho tiempo en apuntarme como el autor del agradecimiento desde "Anónimo", aunque tampoco era mi intención esconderme ante ti, ya que como dije antes, sabía que eras demasiado inteligente como para pasar desapercibido. De lo que sí tenía dudas, era de si mantenías en tu agenda mi nombre y número.
Te seguiré leyendo (con tu permiso) ya que entre otras cosas, da gusto hacerlo y por lo menos sé que sigues coleando.

Se despide afectuosamente:
"Anónimo" T*

Daeddalus dijo...

Lo valiente no quita a lo cortés. Borré los números en Nochevieja, tras las uvas y las pertinentes felicitaciones.

Anónimo dijo...

El borrón y puesta a "cero" de una agenda, debería de ser obligatorio y automático cada cierto tiempo.
Yo tengo desactivada esa opción en mi teléfono.
De vez en cuando uno ve esa entrada en la agenda y vienen recuerdos, ya sean buenos o malos, pero al fin y al cabo, recuerdos.
Uno de ellos fue una nochevieja pegado a las teclas de un móvil, no se si fueron 20,30,40.....mensajes!!!!!!!. No fue la mejor nochevieja de mi vida, pero ahí está.

"T".

Daeddalus dijo...

Tampoco lo fue para mí, pero ninguna Nochevieja lo es.

Y no fueron tantos...

Anónimo dijo...

No, no fueron tantos, tienes razon, 40 serían si sumamos los de los dos contertulios, jejejeje. Y no, no fue una de las mejores Nocheviejas, pero tampoco fue la peor. Visto lo que había a mi alrededor, me lo hubiera pasado sin ningún lugar a dudas, mucho mejor con la compañía que estaba al otro lado del teclado dando buena cuenta de alguna que otra botella de Moët & Chandon.

"T".

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