sábado, julio 07, 2007

A vuelta de correo




Querido Sam, a vuelta de correo...

¿Se permite esa hermosa expresión "a vuelta de correo"?... No deja de ser otra vuelta de tuerca más a tú ya famosa teoría de agrupar a todos los hombres bajo la bandera común del “hijo-putismo” más atroz y a las mujeres bajo el calificativo de “zorras frías y calculadoras”.

No seré yo quien lo niegue y pretenda escaparme y colocarme fuera de esa clasificación; he aprendido, y no me ha costado demasiado, debo reconocerlo, que en el mundo que nos ha tocado vivir (buena pregunta sería si realmente podríamos nosotros hacer algo por cambiarlo) la caridad bien entendida empieza por uno mismo, y que la única forma de sobrevivir es vivir por y para sí mismo. Un cierto egoísmo vital debería ser de obligada prescripción médica.


Se admiten las cobardías, se admite el aburrimiento o el cansancio, se admite el desencanto, pero nunca, y creo que un día de estos pasados te lo dije, nunca deberíamos admitir el derrotismo injustificado, y no por derrotismo, sino por injustificado, o quizá debería ser al revés, no por injustificado, sino por derrotismo, no siempre tiene porque haber motivos que nos empujen a hacer algo. Tan válido es el motivo, como el “no motivo”.


Mientras respires, “trece veces por minuto, para ser y en tanto somos....”, como decía el poeta, estás vivo, y mientras estés vivo no estás derrotado. La vida es una batalla, una guerra constante en la que tu principal enemigo eres tú, sin olvidar a la gente que de alguna u otra forma te rodea, y la guerra se acaba cuando te vas de este mundo, y eso no necesariamente supone una derrota, simplemente es el fin, pero hasta entonces habrás perdido muchas batallas, pero seguro habrás ganado alguna entre derrota y derrota.


Mientras estés en pie, no estás derrotado. Mientras sientas, aunque sea rabia o dolor, no estás derrotado. Mientras te preguntes o pienses o te plantees tu existencia, no estás derrotado.


Desde el preciso instante que aceptes que no hay ser más desvalido en este mundo que un hombre solo, pero precisamente en su debilidad radica su fuerza, y cuando aceptes que sólo te tienes a ti, que sólo puedes contar contigo y que debes exigirte lo máximo a ti mismo y por el contrario esperar poco o nada de los demás puede que no seas más feliz, pero te aseguro, y lo digo por experiencia propia, que serás menos infeliz.


Lo único que te enseñan los años, cosa bien distinta es que tú tengas la capacidad de asimilarlo y aprenderlo, es que las grandes palabras AMOR, COMPROMISO, FIDELIDAD, IMPLICACIÓN están huecas y vacías; y he dicho los años, no los fracasos, porque llegado este punto siempre habrá alguien que diga que el decir algo así es sinónimo de haberlo pasado muy mal. Pues no, no necesariamente. Eso no es más que cinismo y escepticismo, convencionalmente no consideradas virtudes y el que puede hacer gala de ellas será un hombre desencantado, pero sin dudarlo, un desencantado inteligente.


Si me dan a elegir, prefiero ser “una zorra inteligente” a una mujer temerosa y bobalicona..... y no olvido que no soy ningún ejemplo a seguir ni a tener en cuenta.

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