Un día de verano
Tengo un domingo en stand by por si un lunes te deprime... así comienza una canción de ese extraño Arjona, a base de no se qué ritmo tropical, tal vez salsa o danzón, y aunque esa primera frase promete la canción poco a poco se desvanece hasta quedar en un tema insufrible de escuchar.
Pero esas palabras me gustan, y me gustaría disponer mañana, lunes, del tiempo que hoy, domingo, me sobra. Me temo no será posible, mañana sonará inexorablemente el despertador en su horario de verano regalándome una hora de duermevela y malsueño, y comenzará a regir la rutina habitual, autovía y breves atascos, tiritas y eutirox, excusas pendientes y cantos de sirena...
Sigo odiando los lunes, aunque sean de verano y a la una se decrete la libertad condicional o el tercer grado, y seguramente me espere Bartleby y su comparsa en la playa.
Y otro día que ha pasado y no he lavado el coche.... Y tengo una llamada pendiente con un "no" entre los labios y montones de papeles que archivar y esos billetes de avión por recoger y ese sueño por cumplir a la vuelta de la semana...
Agosto, los 23 días laborables de rigor, un tren con asientos de madera y Arequipa, a la que espero no tener que volver nunca por haber sido lo suficientemente feliz...
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