miércoles, septiembre 30, 2009

Desde el otro lado


"Si me pides perdón socorro pido,
si te sobra un orgasmo me lo ingresas
en el banco de semen del olvido."

Joaquín Sabina


Que levante la mano la mujer que nunca, nunca en todita su vida (sexual) haya fingido un orgasmo y de inmediato la colocaré en el altar reservado a mis Diosas particulares, al ladito de Maria Felix, a la derecha de Lucinda Williams y delante de Martirio (tengo un hueco vacante y una vela aún sin consumir con olor a arándanos). No veo muchas manos levantadas, ni siquiera la mía. Y no, no me miren así, mi honestidad (sexual) en entredicho. Yo lo he hecho, no una, sino varias veces. Las suficientes, demasiadas. ¿Qué quieren que les diga, que entre mi honestidad y un tipo que me aporrea los ovarios me quedo con la honestidad? Pues no, me quedo con que el tipo en cuestión sea capaz de terminar pronto y ni se le ocurra volver a llamarme, porque de no llamarle ya me encargo yo. Una vez hice llorar a un hombre, fui muy cruel, dijo él, eso no les pasa a todos, dije yo. No vuelvas a buscarme, dijo él, no pienso hacerlo, dije yo. Los hombres no lloran, tienen que pelear, dijo Bosé (Miguel). Me gustan las lágrimas, las propias y las ajenas. Pero las que saben a sal en las heridas, las que huelen a despedida en una estación de tren, las que me embargan de ternura cerrando cicatrices imposibles de borrar derramadas en la oscuridad de cualquier cine, no las de los orgasmos perdidos y nunca recuperados, no las de una virilidad desorientada. Para malinterpretar el orgullo y la dignidad ya estoy yo. Los escasos metros cuadrados de una cama y no digamos ya del asiento trasero de un coche, no tienen cabida en ellas.






"Si tocas tu entrepierna y encuentras un bulto, escucha mi mensaje y el que avisa no es traidor. Que escuche el ignorante, que escuche el inculto; contaré por qué tus polvos ya no tienen color.

Tu chica no finge, simplemente se calla. Yo sé la causa de que lo hagas fatal. Cinco palabras, la clave que no falla. Repite: NO EXISTE EL ORGASMO VAGINAL.

Te gritó que le gustaba, mira que eres inocente; confiabas en tu rabo apetitoso. Y te enteras de repente que tu novia miente. ¡¡MUERTE AL MIEMBRO, VIVA EL DEDO HABILIDOSO!!

Te crees Lorenzo, el rey de las camas. Tu cultura sexual nos parece de chiste. Te has equivocao, te lo juro por mi mama; EL ORGASMO VAGINAL NO EXISTE.

Tu la metes, tu la sacas, tu lo pasas genial, y terminas dejando mi chumi escocío. Tu te crees que he tenío un orgasmo vaginal y yo creo simplemente que es que no me he corrío.

Me preguntas si me gusta; te grito que si, pero no es suficiente si no tocas mi botón. Está un poco más pa arriba de donde hago pipí. Al principio es pipetilla y al final es pipetón.

Quién pudo inventar semejante pegolete, el orgasmo vaginal quién pudo pregonar. Saca mete, mete saca, mete saca, saca mete ES TEOREMA DE UN SER UNICELULAR.

Tu chica no finge, simplemente se calla. Yo sé la causa de que lo hagas fatal. Cinco palabras, la clave que no falla. Repite: NO EXISTE EL ORGASMO VAGINAL.

Quién pudo inventar semejante pegolete, el orgasmo vaginal quien pudo pregonar. Saca mete, mete saca, mete saca, saca mete ES TEOREMA DE UN SER UNICELULAR."

El orgasmo vaginal - Rakel Winchester

La única herida



"One of these days, you'll miss your train and come stay with me
We'll have drinks and talk about things, any excuse to stay awake with you
You'll sleep here, i'll sleep there, but then the heating may be down again
at my convenience
we'd be good, we'd be great together."

Good night and go - Imogen Heap



Escasos 35 minutos de trayecto, de los cuales 20 los hago inesperadamente acompañada. Los suficientes para recordar, por si se me había olvidado, por qué no nos hemos mantenido en contacto con el paso del tiempo. Pocas personas tienen la virtud de sacarme de quicio, ésta se lleva el primer premio.

En torno al minuto doce y en un ataque de mal entendida vanidad, no importa a cuento de qué, confieso que escribo en un blog desde hace años.

-¿Y sobre qué escribes?

Me sorprende la pregunta, más el interés, que parece sincero. En todo caso no me conoce ni mucho, ni poco, pero sí lo suficiente como para intuir que no escribiré sobre física cuántica o la reproducción del berberecho salvaje. Ni que esto sea un trasunto del Sartorialist.

-De mí. Hablo de mi yo, de mi mismidad y circunstancias. De mi ego y vanidades varias. De mis hechos y desechos. Sobre las personas que se cruzan conmigo y en algunos casos cambian el curso de mi vida.

Se le ilumina la mirada mientras pregunta, con voz queda, si acaso es una de esas personas. Como si nombrarlas aquí fuese un inmerecido honor que se acepta con falsa humildad. La pregunta ofende, no ha cambiado ni el mal humor con el que me levanto por las mañanas. Pero el que calla otorga y se acerca su parada. Nos despedimos entre vagas promesas y se funde con la marea de gente que abandona el tren.

He escrito sobre mucha gente, al margen de mí. Probablemente sean muchas y muchos más sobre los que haya caído un manto de silencio. He hablado sin parar, pero he callado lo que de verdad me atormenta. He mostrado mis sueños, pero no mis insomnios. Me quedan en el tintero muchas historias que probablemente nunca verán la luz y otras en cambio que sí me gustaría contar pero tal vez nunca lo haga. Por ejemplo siempre he querido hablar de ti, y nunca lo he hecho.

De cuando en cuando has sido una inicial seguida de su correspondiente punto. Algún comentario sobre lo que me dices, tus consejos siempre son sabios. Un par de líneas acerca de nuestras vivencias, también pocas. Yo no les di tiempo.

No sé si lees esto. Creo recordar que en su momento lo hiciste. Desconozco si sigues haciéndolo. En aquel momento pensé que si eras capaz de entrar aquí y leer mis miserias sin perder ni las ganas ni la sonrisa es que merecería la pena. Tu respuesta fue besarme, la mía, romper mis defensas, justo antes de salir corriendo.



Para Daniel, por qué no decirlo...

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