jueves, abril 02, 2009

Insisto


El rollito canSautor no es precisamente mi debilidad. Que alguien pusiera en duda que Ismael Serrano no se mereciera un puesto de honor (a la altura del PrínZipe Felipe como poco) en la honorable lista de los hombres más aburridos de España hace escasos días provocó tremenda discusión entre mi mismidad y la de un colega.

Va a ser que no, que el que aquí presento, Rafa, alias Rafita, Pons, uno de mis últimos descubrimientos no recorre esas sendas aunque nunca falte alguien para ponerlo en duda y en cambio otro alguien lo compare con el primer Quique González.

Y no, ni lo uno pero tampoco lo otro, ese Quique es sagrado desde el principio de los tiempos promocionado, ironías del destino, por el sosainas de Ismael (Ardiendo a un clavo y Romeo y Julieta). Más tarde llegaría esa desconocida (que lo fue) joya llamada "Personal" un disco que venero y veneré cuando nadie lo conocía y/o tenía y que nunca perdió su encanto cuando Quique González se fue convirtiendo en lo que es hoy, pese a que una siempre ha pecado en exceso y sin arrepentimiento del más puro esnobismo del tipo yoyaloescuchabayoconocíacuandonoeranadieytocabaantecuatrogatosenlaSantaSebeantesdeconvertirseenunbardeambiente.

Dicho queda. Acá les dejo a Rafa Pons. Creo, dudo, que alguna canción de su primer disco debe de sonar por algún rincón de este no humilde blog, las únicas en todo caso que me gustaban de ese disco, "Mal te veo". La del contestador y la que cantaba con Aurora Beltrán (la Janis Joplin española, bien, sé que la comparación es odiosa y probablemente inexacta, pero nunca he entendido la poca recompensa que su talento ha cosechado, también creo haber hablado de esto en algún rincón).




Puede ser una buena banda sonora para terminar este jueves casi viernes... me gusta su voz, me gustan sus ojos.

Directo al olvido


Decía antes que éste había sido un día de mierda. Bueno, lo ha sido hasta ahora. Por un lado saber que tengo una cita con Mr. Cohen me ha devuelto la sonrisa, por otro, un motivo absolutamente surrealista vía email del que tal vez hable en otro momento (lo siento Shami, no creo que me resista a contarlo públicamente) la ha refrendado (pese a mi corte de pelo).

Tras pasar dos dias sin salir de la cama excepto para visitar a mi médico de cabecera ("chata, lo que te ha pasado es que tu cuerpo ha dicho 'basta' ", es lo que tiene la confianza y los años de visitas a domicilio). El estrés, los madrugones, no comer o comer a destiempo y de mala manera, los nervios, la soledad, las prisas, los problemas, los dolores, la puñetera señorita de rojo y yo negándome a que me diera la baja, que en casa me agobio, que no sé qué hacer, que los días se me hacen eternos y mis deseos son órdenes y hoy vuelvo al trabajo más muerta que viva, tras dos días sin probar bocado (si al menos me hubiera hecho perder un par de kilos) y arrastrando dolor de ovarios y mal humor y una montaña de expedientes sobre mi mesa y una mierda de curso sobre la Ley de contratos de las Administraciones Públicas que no sé para qué he pedido y al que le debería estar dedicando este preciso instante. Tengo que entregar un supuesto el lunes y sé de facto que si no lo hago hoy ya no lo haré en todo el fin de semana, que no tendré ni ganas (las mismas que no tengo ahora) ni tiempo. Me espera un fin de semana largo y lleno de cosas por hacer, y no, no tengo planes, ni una escapada romántica, ni una aventura desenfrenada ni cena a la luz del rocío y citas a ciegas, ni una habitación de hotel ni tequila ni cervezas. Más bien tendré que quitar el polvo, y hacer camas, y adecentar el jardín y poner flores en los jarrones y hacer sitio en los armarios y sacar toallas, que vente de Alemania, Pepe, incluida la novia de mi sobrino mayor que increíblemente a punto está de cumplir los 18, si parece que nació ayer (claro que obviamente yo era una cría cuando nació, y lo era literalmente, aclaro).

Pero volviendo a lo estaba contando el día apuntaba maneras. Comenzó bien y cuando llegué al aparcamiento de la estación a eso de las siete y media de la mañana, más tarde de lo habitual, hoy me lo merecía, había milagrosamente sitio libre donde aparcar, pero como todo lo bueno de hoy (hasta ahora) no ha sido más que una ilusión cual sería mi sorpresa cuando a eso de las cuatro me bajo del tren y me encamino hacia mi coche y por segunda vez en un par de semanas lo encuentro rodeado de vallas y con un letrero que dice "prohibido aparcar por obras". Cartelito que evidentemente no estaba esta mañana, y carajo, en mi pueblo esas cosas se hacen con antelación, te encuentras un letrero que dice que tal día a partir de una hora cualquiera no se puede aparcar y una va sobre aviso y no se le ocurre aparcar allí (al menos no a mí) o si lo tiene aparcado lo retira, pero no se coloca con traición y alevosía a las doce de la mañana (reitero, por segunda vez en dos semanas) y se plantan cual pensamientos en otoño unas hermosas vallas rojas y blancas rodeando e impidiendo la salida de los incautos coches aparcados e ignorantes.

¿Y qué hacer? Pues apartar alegremente las vallas y montarse en el coche e irse pitando de allí entre los improperios y risas varias de media docena, por lo menos, de obreretes.

-"¿Pero qué haces, cuca?" (Tú yes de la Cuenca, oh... por lo de cuca, digo).

-"Pues qué voy a hacer, coño. Sacar el coche. Aunque no tengo ningún problema en llevarme por delante la valla para sacarlo... Y esto no estaba esta mañana aquí, joder". (Juro que nunca digo tacos, pero las risas en manada y no precisamente de lobo estepario me exasperan y sacan lo peor de mí, que haberlo, haylo).

Más risas...



Como terapia se recomienda cantar a pleno pulmón "Voy persiguiendo la luna".

Halellujah


Qué ruina de año, se anuncia a Fogerty, a la grandísima Lucinda, pasaron los Killers, Anthony and the Johnsonns y AC/DC (sin entradas), vendrá Bruce, Arjona... y yo que ya pensaba morirme sin escuchar Suzanne en directo me llevo la inesperada alegría, lo único bueno de este día de mierda, de saber que Leonard Cohen (arruinado por su ex-manager y amante, todos a una) vuelve a la carretera y el 31 de julio visitará Gijón. Haciendo malabarismos, pero allí estaré, que ganas le tengo. Ya sólo me queda escuchar un día cualquiera Point blank en directo y puedo irme al otro barrio tranquilamente.

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